Lo speedwatching, el fenómeno de consumir todos los contenidos audiovisuales, bien sea pódcast o videos de YouTube, con la velocidad acelerada es cada vez más frecuente entre la gente más joven. Redes sociales como TikTok o YouTube basan su contenido en videos de corta duración y muy fáciles de pasar para retener la atención de la audiencia, cosa que cada vez es más difícil por la voluntad entre la juventud de consumir nuevos estímulos constantemente. De hecho, el mismo pasa, en cierta medida, con la plataforma de mensajería WhatsApp, que ya ha incorporado la posibilidad de escuchar los mensajes de voz a velocidad x2.
La psicopedagoga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Sylvie Pérez, considera que esta tendencia tiene cosas positivas para la población, pero también consecuencias graves para el desarrollo cerebral de los más jóvenes: «El speedwatching es un modelo de consumo actual que ofrece algunas ventajas, a pesar de que también tiene consecuencias, todavía más, en las generaciones jóvenes que experimentan un periodo de formación y aprendizaje, así como un proceso de madurez de capacidades como la atención, la retención, la comprensión y la memoria», apunta la psicopedagoga. En este sentido, la experta advierte que la constante exposición a contenidos extremadamente rápidos entre la gente más joven, que todavía está en proceso de crecimiento, empeora el desarrollo «cognitivo, emocional y social»: «Actualmente, vivimos en la cultura de la prisa y el estrés, una manera de vivir que puede afectar sobre todo los jóvenes y menores en etapas educativas. Los adultos más grandes tienen el seso formado, pero un menor, adolescente o joven, se encuentra en una fase de construcción, por lo cual su seso es más frágil y mucho más débil«, argumenta.
Imagen de archivo de la aplicación china TikTok / EP
Hacer un consumo responsable
Pérez considera que es fundamental hacer un consumo responsable del speedwatching, independientemente de si se es adulto o no: «Convertir el speedwatching en una norma puede comportar consecuencias graves en los grupos sociales más jóvenes, por lo cual se tiene que recurrir a esta técnica de una forma consciente y responsable, y evitar el abuso continuado para asegurarse tanto la comprensión de los mensajes como el goce del contenido audiovisual», asevera la psicopedagoga, que advierte que «el estímulo acelerado del seso hace que ‘se aburra’, y esto tiene repercusiones negativas» para la persona.