Uno de los problemas que arrastra el sistema de salud de Cataluña es la gran cantidad de profesionales que trabajan en él y que son incapaces de entender el catalán. Una situación que provoca discriminaciones lingüísticas y quejas de pacientes, como las que ha explicado este diario con casos como el de la Dexeus, el Instituto Catalán de la Retina o el Sagrado Corazón, entre otros; porque no pueden ser atendidos en catalán, ya que los profesionales sanitarios que los atienden no los entienden. Aunque teóricamente es un requisito saber la lengua, es obvio que no se cumple porque es el ámbito de servicios donde los usuarios perciben un dominio más claro de la lengua castellana frente a la catalana. Concretamente, según la Encuesta de Usos Lingüísticos de la Población de 2023, el 42% de los pacientes admiten que solo hablan en castellano con el personal médico. Una situación que, en parte, es consecuencia de la necesidad de contratar médicos extranjeros para hacer frente a la avalancha de jubilaciones de los últimos años.
Esto ha provocado que, según datos del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB) a los que ha tenido acceso El Món, en la última década —del 2014 al 2024— los médicos extranjeros colegiados han tenido un aumento del 105%, pasando de 5.581 a 11.478. Un crecimiento muy por encima del incremento de los médicos nacidos en Cataluña, con un incremento del 13,4%, de 20.000 a 22.726 médicos, o del resto del Estado español, con 25,4%, de 5.863 a 7.353 profesionales. Aun así, fuentes de la institución aclaran que no todos estos extranjeros se han formado fuera y, aunque no pueden concretar la cantidad porque la clasificación es por lugar de nacimiento, hay algunos que se han formado en Cataluña.
Esta es una de las conclusiones que se extrae del informe anual de 2024 elaborado por el COMB, y que se ha presentado esta semana. Asimismo, el documento destaca que el año pasado se cerró con 41.557 colegiados –1.204 más que el año 2023— con una media de edad de 50,8 años. Más de la mitad de los nuevos colegiados del COMB en 2024, concretamente el 52,1%, fueron médicos extracomunitarios —graduados en Medicina en universidades extracomunitarias— y el 3,6% proviene de países de la Unión Europea. Los médicos provenientes de universidades catalanas, lo que no significa que todos sean catalanes, ya que un 35% de las plazas universitarias están ocupadas por estudiantes de fuera del país, representan el 30,3% y el 13,1% proviene de universidades del estado español. Con estos datos en la mano, hay, como mínimo, un 55,7% de los colegiados que son médicos con dificultades con el catalán.

Médicos formados en el extranjero para cubrir la disminución de médicos activos formados en Cataluña
En la clasificación por franjas de edad, la agrupación destaca que entre los segmentos de 30 a 45 años, los médicos extranjeros han ganado mucho peso en los últimos años. Actualmente, este colectivo representa la mitad de todos los médicos entre los 35 y 39 años. En cambio, el COMB destaca que las franjas de edad más altas están ocupadas mayoritariamente por médicos nacidos y formados en Cataluña. Actualmente, 3 de cada 4 médicos de entre 65 y 74 años tienen este perfil. Una situación que ha modificado los pesos porcentuales en los profesionales en activo, ya que el porcentaje de médicos formados en Cataluña ha disminuido un 15% en una década.
Si hace diez años los médicos formados en Cataluña representaban el 72% del total de profesionales activos, en 2024 representan el 57,1 %. En cambio, no ha habido una gran variación en cuanto a los médicos en activo provenientes del resto del Estado español, que han pasado del 12% al 13%. La disminución de médicos en activo formados en Cataluña se ha equilibrado con médicos formados en el extranjero, que hace una década representaban un 16% y actualmente representan un 30%. Es decir, un incremento del 14%. Además, tampoco ha variado el porcentaje de médicos extranjeros formados en universidades catalanas o del resto del Estado, que continúa siendo bajo —del 3,6% en 2014 al 4,4% en 2024—.

El colectivo que tiene más dificultades con la lengua
Sobre el grado de aprendizaje del catalán de los médicos según el país de origen, un estudio del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) concluyó que los extracomunitarios son los que presentan niveles más bajos de habilidades en lengua catalana. De hecho, el trabajo de campo deja claro que el factor del lugar de nacimiento está estrechamente vinculado con el nivel de dominio de la lengua. Así, mientras la mayoría de los facultativos nacidos en Cataluña, el 98,6%, dominan las habilidades activas (hablarlo y escribirlo) y el 94,5% las pasivas (entenderlo y leerlo), mientras que los nacidos en el resto del Estado español muestran un buen nivel de habilidades pasivas (88,8%), pero poco más de la mitad (50,7%) dominan el habla y la escritura. Los porcentajes van bajando, y los nacidos en la Unión Europea a pesar de tener buenas habilidades pasivas (70,9%), apenas superan el 22% con las activas. Y en el último lugar del ranking sobre las habilidades con la lengua se encuentran los médicos nacidos en países extracomunitarios: el 56,6% lo entienden y lo leen, pero solo el 9,8% lo hablan y lo escriben.
Médicos extracomunitarios con conciencia
Con todo, hay médicos extracomunitarios que llegan a Cataluña y son conscientes de la importancia que tiene la lengua en el país. De hecho, más de un centenar de residentes de primer año participan en el programa de acogida lingüística del Hospital Clínic de Barcelona, impulsado por la asociación Metges-Salut pel Català. Algunos de los profesionales explicaron a este diario que no tienen excusas con el catalán, y que disponen de diferentes herramientas para aprenderlo. De hecho, algunos de los participantes en este programa defendieron que los médicos que llegan a Cataluña para trabajar “deberían hacer el esfuerzo de hablar en catalán”, ya que es una profesión que requiere “mucho contacto comunicativo”. Por su parte, el doctor Lluís Mont, presidente de Metges-Salut pel Català, subrayó que el programa con los residentes tiene “la ventaja” de que estas personas estarán en Cataluña entre cuatro o cinco años aquí y tienen camino por recorrer y aprender el idioma. “Sentirse acompañado por la institución es importante, porque es mucho más amable ofrecer un camino y ayudarlo a entender por qué debe aprender catalán”, remarcó.