El cáncer sigue siendo una de las enfermedades más comunes en el país. Según los datos de 2024 del Departamento de Salud, dirigido por la consejera Olga Pané, en Cataluña se diagnosticaron 42.851 nuevos casos de tumores malignos. De estos, 18.558 se diagnosticaron en mujeres y 24.293 en hombres. En mujeres, el tipo más frecuente de cáncer es el de mama, mientras que en hombres el de próstata, aunque hay cientos de tipologías de tumores que afectan, en un grado u otro, a la población catalana. La edición de este año de la Marató de TV3, que se celebra este domingo, trata precisamente del cáncer, sobre todo de la importancia de prevenirlo y detectarlo de manera precoz. En los últimos años, la ciencia ha hecho muchos avances para mejorar la esperanza de vida de las personas que padecen algún tipo de cáncer, buscando nuevas formas de combatirlo.
Uno de los mecanismos que ha ganado más peso recientemente, tal como apuntan los expertos consultados por El Món, es la inmunoterapia. A diferencia de métodos más convencionales, como la quimioterapia o la radioterapia, la inmunoterapia es un conjunto de tratamientos que estimula directamente las defensas naturales para combatir el cáncer. «Los grandes avances vienen de la mano de la inmunología», argumenta el doctor Javier Briones, director del grupo de investigación en hematología oncológica y trasplante del instituto de investigación Sant Pau y director del Servicio de Hematología del mismo hospital. Tal como detalla, este mecanismo permite usar las mismas células infectadas del paciente para, después de modificarlas genéticamente, hacer que combatan el tumor. Es decir, dicho de manera más sencilla, entrenar las células del cuerpo para combatir el cáncer. Se trata de una cuestión que ha sido muy debatida por los médicos históricamente, pero que en los últimos quince años ha cobrado mucha fuerza.
Este método es, según el jefe del servicio de oncología médica del Hospital Vall d’Hebron, el doctor Josep Tabernero, la gran «revolución» que se ha producido en los últimos años. No obstante, el mismo Tabernero también advierte que aún queda mucho trabajo por hacer para perfeccionar este tipo de terapia: «El objetivo de la inmunoterapia es que el propio cuerpo sea capaz de reconocer la enfermedad cuando vuelve a aparecer y la ataque. Ahora esto solo pasa con el 25% de los tumores, pero en el 75% de los casos restantes aún no la reconoce», argumenta el jefe del servicio de oncología de la Vall d’Hebron. «Ahora queda el trabajo más difícil por hacer», añade. En esta línea, la jefa del servicio de oncología médica del Hospital Clínic, la doctora Teresa Macarulla, cree que es un objetivo que no se puede lograr inmediatamente, pero que sí puede mejorar muy significativamente en los próximos años. Los tres expertos destacan la importancia de la investigación para continuar afinando la lucha contra el cáncer.

Investigaciones con resultados prometedores
Sant Pau lidera un estudio pionero para continuar avanzando la técnica de la inmunoterapia. En colaboración con el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, Sant Pau -tanto el hospital como el instituto de investigación- ha desarrollado «un innovador tratamiento de células CAR-T [un tipo de las que se utilizan en inmunoterapia]» que está dando muy buenos resultados en pacientes que padecen un linfoma refractario. Es decir, que tienen un tipo de cáncer en la sangre que ya no responde a los tratamientos iniciales. Así lo explica el doctor Javier Briones, investigador principal del estudio de Sant Pau: «Es un tratamiento revulsivo, sobre todo para los pacientes con cáncer linfático. Las células CAR-T modificadas que se expanden en el laboratorio son más agresivas, y por tanto tienen más potencia a la hora de atacar el cáncer», argumenta el experto, que asegura que el estudio clínico que se está llevando a cabo ya da «resultados espectaculares» en pacientes con poca esperanza.
Concretamente, en el ámbito técnico, desde el Hospital de Sant Pau remarcan que el linfoma de Hodgkin y otros linfomas CD30+ -es decir, cánceres en la sangre que actúan sobre la proteína CD30- han representado «todo un reto para la comunidad médica», especialmente en los casos refractarios o en recaída. Ahora, sin embargo, los investigadores han diseñado y producido en el laboratorio el HSP-CAR30, «una versión optimizada de la terapia CAR-T que incorpora nuevas estrategias para mejorar la funcionalidad y la durabilidad de las células terapéuticas»: «Tenemos pacientes que llevan más de cuatro años con respuesta completa», asevera el doctor Briones. Unos resultados que mejoran significativamente la esperanza de vida de pacientes que parecía que se les habían acabado todas las opciones.

Medicina de precisión y terapias dirigidas
La inmunoterapia no es el único método eficaz y menos invasivo que la quimioterapia para hacer frente al cáncer. La jefa del servicio de oncología médica del Hospital Clínic destaca la importancia de las «terapias dirigidas», que son este tipo de tratamientos que utilizan una medicación concreta para atacar directamente las células cancerosas sin afectar a las sanas -como sí ocurre con la quimioterapia. «En tumores en el pulmón, por ejemplo, son terapias efectivas. En cambio, en cánceres en el páncreas o en el cerebro aún cuesta ver grandes resultados», argumenta la doctora Macarulla, que apunta que tanto páncreas como cerebro son dos zonas donde los estudios clínicos han dado menos frutos, todavía. Aun así, la experta pone mucho énfasis en la importancia de «personalizar» el tratamiento a cada paciente, porque «cada tumor es un mundo»: «No todos los tumores son iguales, por eso es importante actuar de acuerdo con las características de cada caso», sentencia.
En esta línea, el doctor Tabernero también apunta que el camino a seguir cada vez más es la «medicina de precisión». Es decir, seguir un enfoque médico que adapte el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades a las características de cada paciente, utilizando sus datos genéticos, ambientales y de estilo de vida. «El plan director del Departamento también va en esta línea. De hecho, la población, si lo desea, puede acceder a un test genético, y esto es un aspecto muy innovador», exclama el jefe del servicio de oncología médica de la Vall d’Hebron. Concretamente, se puede acceder a este test genético a través del programa de cáncer hereditario del Institut Català d’Oncologia, aunque, de acuerdo con los datos de Salud, se calcula que solo entre el 5 y el 10% de los tumores son hereditarios.
A pesar de todos los avances que se han hecho en los tratamientos contra el cáncer, los expertos destacan que la mejor manera de enfrentarse a esta enfermedad es prevenirla. Una prevención que, a menudo, no se tiene suficientemente en cuenta, según aseguran, y que puede marcar la diferencia: «Si nos comportamos bien, o medianamente bien, podemos evitar el 45% de los tumores», exclama el doctor Tabernero, quien considera que la administración, tanto catalana como española, podría presionar un poco más para limitar algunas actividades que son perjudiciales para la salud, tal como han hecho recientemente con la ley del tabaco que se está terminando de gestar en Madrid. «Mejorar la detección precoz de los tumores y mejorar su prevención son los grandes campos del futuro», asevera el jefe de oncología de la Vall d’Hebron. La ciencia y la medicina han hecho grandes avances en la lucha contra el cáncer, afinando cada vez más sus tratamientos para mejorar la esperanza y la calidad de vida de los pacientes que lo padecen, pero, como siempre, aún queda mucho trabajo por hacer, y muchos aspectos por investigar.

