El malestar en los Mossos d’Esquadra por la convocatoria in extremis de una nueva plaza de mayor en el cuerpo ya ha llegado al juzgado. Así lo ha anunciado esta tarde el sindicato USPAC, uno de los mayoritarios en la policía catalana, porque entiende que nombrar un nuevo mayor es “arbitrario”. De hecho, no es el único sindicato que plantea ir a los tribunales. El sindicato SAP-Fepol, en guerra con la actual cúpula de Interior, también ha explicado que sus servicios jurídicos estudian recurrir la convocatoria de la plaza, porque “denota una clara politización del cuerpo”.
Por su parte, USPAC ha explicado que el recurso es recurrible porque “no se incluye en las bases ningún tipo de criterio de mérito y capacidad para la elección del nuevo mayor”. Una circunstancia que “comporta una pérdida de credibilidad en toda la base respecto a los mandos que tienen que obedecer”. Incluso, apuntan que no se respeta la reserva de plazas para la feminización. “El mando del cuerpo es un auténtico follón en los últimos años, donde siempre se ha querido al frente a aquellos que estuvieran en línea con los gobiernos de turno, y ahora vuelve a haber elecciones… Al final tendremos más mayores que Playmobil en la tienda de los mossos”, alerta el portavoz del sindicato, Albert Palacio.

Plaza hecha a medida
USPAC considera que la convocatoria de la plaza publicada este martes está “hecha a medida después de una reestructuración del cuerpo policial que pretende dominar la operativa desde los cargos políticos”. En este sentido, aseguran que con este sistema “la cúpula política puede tener conocimiento de todas las investigaciones con el visto bueno del actual comisario en jefe”. Una afirmación dudosa porque la mayoría de las investigaciones solo tienen control judicial o de la fiscalía.
Por su parte, SAP-Fepol cree que la oferta de esta plaza se ha hecho a medida para el actual comisario jefe del cuerpo, Eduard Sallent. USPAC defiende que la convocatoria es una “prueba más que la denominada feminización del cuerpo es un gesto de cara a la galería, que perjudica gravemente a las escalas básicas e intermedias, pero que blinda la designación política de comisarios y mayores”. De momento, Sallent se mira la polémica desde la barrera, acostumbrado al hecho de que una parte de los mandos adscritos a la vieja nomenclatura del cuerpo critiquen cualquier novedad de la estructura o funcionamiento en la organización.