El departamento de Interior ha publicado, con alguna parte anonimizada, el nuevo protocolo para utilizar los proyectiles viscoelásticos, los
El nuevo documento prevé cambios como por ejemplo que solo se podrá disparar foam «del abdomen hacia abajo y respetando las distancias establecidas». Un cambio importante, atendido la advertencia de Amnistía Internacional, que recuerda que «la versión anterior del protocolo preveía la posibilidad de disparar contra la extremidad superior de una persona que mostrara un objeto arrojadizo, mientras que, a la vez, indicaba que no se dispararía en el supuesto de que el objetivo se hubiera movido». De hecho, el nuevo protocolo establece «que no se efectuará lanzamiento si el objetivo se desplaza o hay personas cerca especialmente vulnerables».

Condiciones de uso
El documento establece en qué circunstancias se pueden disparar las lanzadoras y deja claro que se tiene que restringir a casos de extrema necesidad con riesgo grave para agentes policiales o terceras personas. De hecho, solo permite el uso del foam por parte de un operador sin cumplir la normativa cuando haya un riesgo de lesión grave o muerto para el agente. En cambio, Amnistía resalta que la versión anterior preveía su uso para la «dispersión de una zona acotada o amplia».
Así mismo, el protocolo determina quién son las personas autorizadas para permitir o dar la orden del uso del foam: el jefe del dispositivo y los mandos de la Brigada Móvil (Brimo), que tienen que informar el superior inmediato de las circunstancias que hayan provocado la necesidad de dar la orden. Y también prevé el caso que lo decida el agente escopetero por «valoración de necesidad y debidamente justificado». En cualquier caso, «se tienen que tener presente todas las variables que pueden llevar a un resultado no buscado y no deseado del hecho que se dispare». Así, «se tienen que ponderar todos los posibles efectos» y «en ningún caso, apuntando al cuello o a la cabeza». El uso de la lanzadora se tiene que registrar para tener controlada la trazabilidad del número de proyectiles, la clase que se ha usado y la hora y lugar, «el más exacto posible, de la utilización» de la munición.

Confusión sobre si se retira o no la modalidad más lesiva de los foams
Uno de los puntos clave que tenía que aportar el nuevo protocolo era la adaptación la orden del Parlamento de Cataluña de retirar el foam más lesivo, SIR-X, del arsenal de los Mossos. Una decisión que no queda del todo clara en el nuevo documento. Por un lado, contempla todavía la existencia de esta munición y alerta que solo se puede disparar a una distancia de entre 30 y 50 metros, cuando antes era de entre 20 y 50 metros. Pero, por otro lado, en el punto de «dotación y portabilidad» solo contempla la munición SIR, sin mencionar la SIR-X.