La Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra detectó 175 posibles casos de radicalización violenta entre jóvenes catalanes en 2022, la gran mayoría en el ámbito yihadista (84%), pero también de la extrema derecha (10%), según los datos de la policía catalana recogidos por la Agencia Catalana de Noticias (ACN). La detección de los casos se hace a través del programa de prevención de extremismos violentos (PREV), que normalmente consiguen intervenir a tiempo y desactivar el proceso de radicalización violenta antes de un año desde su identificación. El 15,5% se mantienen activos después de un año y solo tres jóvenes acabaron en la Fiscalía, dos para proteger el menor implicado y el otro para llevar a cabo una acción policial.

Los datos publicados por los Mossos suponen un incremento importante respecto a años anteriores. Según explicó El Món ahora hace un año, entre 2018 y 2021 el Protocolo por la detección del radicalismo y extremismo en las escuelas catalanas (PRODERAE) permitió identificar hasta 187 casos de radicalización violenta en las escuelas catalanas. Igual que el año pasado, el yihadismo y la extrema derecha tuvieron un gran protagonismo. El mismo programa aplicado en los centros penitenciarios catalanes ha permitido detectar 427 casos en seis años. Desde los atentados del 17-A en Barcelona, con varios jóvenes catalanes implicados, la Generalitat ha redoblado los esfuerzos para mejorar la detección y la prevención, en especial en las escuelas.

Pere Ferrer i Joan Ignasi Elena, en una comparecencia en el Parlamento/Archivo
Pere Ferrer i Joan Ignasi Elena, en una comparecencia en el Parlamento/Archivo

El caso más grave detectado el año pasado es del de un joven que amenazó con un cuchillo de grandes dimensiones un alumno de su escuela. A pesar de que no han transcendido más datos, los responsables del centro sospechan que detrás del ataque había un trasfondo ideológico y se avisó a los Mossos para que hicieran un seguimiento del caso. Otro joven fue puesto bajo vigilancia por su interés desmesurado por las armas y un tercero fue investigado porque de manera recurrente celebraba acciones terroristas cometidas por otros. En estos casos, los Mossos combinan investigación policial, en la calle y en las redes, con iniciativas pedagógicas y con una mirada más asistencial para incorporar profesionales de otras disciplinas sociales.

Vigilancia en la red con un programa tipo Pegasus

Hace tiempo que los Mossos d’Esquadra usan el programa Voyager, un sistema sniffer (rastreador) de las redes sociales que utiliza la inteligencia artificial para obtener y revisar millones de datos virtuales para “prevenir” delitos. El motivo oficial es el yihadismo, pero no hay ningún cortafuego que permita controlar si la policía catalana investiga otros movimientos sociales o hace pesquisas prospectivas. “Es un tipo de gran hermano de la red”, explicaban hace un año en este diario fuentes de los Mossos. El sistema está integrado en una red a la cual también tienen acceso la Policía Nacional y la Guardia Civil y donde se aboca, por ejemplo, el contenido de los registros legales hechos con Pegasus.

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