Los Mossos d’Esquadra están en el ojo del huracán tras su actuación en Barcelona durante la huelga general del 15 de octubre en solidaridad con Palestina. Diversas entidades sociales se han unido para reclamar explicaciones al Departamento de Interior y a los Mossos d’Esquadra sobre la actuación policial del pasado miércoles. El pilar de las demandas de los colectivos es el uso «indiscriminado» de gas pimienta alrededor de la estación de Sants de Barcelona. Activistas propalestinos, sindicalistas y abogados aseguran que la actuación de la policía catalana fue «desproporcionada» y denuncian que los agentes vulneraron derechos ciudadanos y protocolos policiales.

Prou Complicitat amb Israel, Boicot ICL, la Confederación Sindical de Vivienda de Cataluña, los sindicatos convocantes de la huelga general del miércoles y Som Defensores han denunciado que la actuación policial comportó vulneraciones graves de protocolos y derechos fundamentales y han pedido responsabilidades a la consejera de Interior, Núria Parlon, y al director general de los Mossos, Josep Lluís Trapero

El análisis realizado por la red de monitoreo Som Defensores, integrada por Irídia y Novact, señala que se utilizó el gas pimienta sin previo aviso y contra personas que estaban sentadas pacíficamente, un hecho que aseguran que ponía «en riesgo su integridad física y vulneraba el derecho de reunión». Destacan que no hubo un uso progresivo de la fuerza y se optó por una solución agresiva. Anaïs Franquesa, abogada, alerta que “es muy preocupante que el uso del gas pimienta se esté convirtiendo en la primera opción de los agentes antidisturbios, prescindiendo totalmente de los principios de necesidad, proporcionalidad y pertinencia que deben guiar sus actuaciones”.

El gas pimienta no es la única crítica

Los organizadores de la huelga señalan que cerca de 40 personas tuvieron que recibir atención sanitaria cerca de la estación de Sants tras las cargas policiales con aerosol pimienta y golpes de porra. Destacan que la mayoría de las atenciones fueron principalmente por irritaciones en los ojos y ceguera momentánea, y detallan que en algunos casos esta pérdida de visión duró horas y que unas 20 personas sufrieron irritaciones en la garganta, la cara y varias partes del cuerpo, dolores que duraron varias horas. Además, señalan que al día siguiente una manifestante también sufrió molestias en las manos por la actuación policial. Además, desde la organización de la huelga destacan que dos personas que sufrieron la actuación policial y necesitaron asistencia médica eran asmáticas mientras que una persona tuvo que ser trasladada a urgencias por una reacción alérgica al gas y varias personas sufrieron contusiones sin fractura, con heridas de gravedad y posibles hematomas por el uso de la defensa de los Mossos y una persona tuvo que ser atendida por un ataque de ansiedad y otra por una contusión craneal.

Un afectado por gas pimienta | Redacción/Jordi Borràs
Un afectado por gas pimienta | Redacción/Jordi Borràs

La actuación policial también se puso en duda ante la falta de identificación policial. “El uso de chalecos sin el NOP en la espalda es cada vez más habitual, a pesar de las reiteradas denuncias, y dificulta la rendición de cuentas en caso de malas prácticas policiales”, ha denunciado Franquesa que también ha señalado que los agentes se pasaban los botes de gas pimienta para evitar la identificación. Además, los organizadores también denuncian que la actuación policial frente al Consulado de Israel evitó el derecho de reunión pacífica con la utilización del gas, los carruseles y las cargas policiales. «La actuación no solo fue desproporcionada, sino que agravó la situación», denuncian

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