Un tren lleno de londinenses con destino a Edimburgo. Un viaje tranquilo y sin sorpresas durante tres horas, hasta que los pasajeros reciben un mensaje donde la compañía los explica que su tren ha sido cancelado. Un tren donde están viajando en aquel preciso momento y que continúa moviéndose. Este es el inicio de la odisea de centenares de pasajeros que ha explicado el usuario James Nokise a X, el antiguo Twitter. «A las 4:40 he subido a un tren de Londres en Edimburgo. Era agradable, era tranquilo. Alrededor de las 7:26 h, he recibido un correo electrónico donde decía que mi tren había sido cancelado. Fue una sorpresa porque todavía estaba en un tren en movimiento y no había habido ningún anuncio en el tren en movimiento», ha explicado a través de un hilo de Twitter.
La odisea no había hecho nada más que empezar. Los pasajeros preguntaron a los trabajadores del tren si el que habían recibido por correo era verdad y nadie lo sabía. «El director del tren nos dijo que había sentido de los pasajeros que el tren se había cancelado y que lo investigaría porque según ellos todo funcionaba normal», ha continuado la historia James Nokise. Después, el director del tren los explicó que los rumores eran ciertos y que el tren pararía a la siguiente parada, Preston. «¿Dónde está Preston? Solo Dios y los del norte lo saben. Ni los escoceses estaban seguros», ha ironizado en el hilo.
Grupos para coger taxis a diferentes destinos
Un golpe a Preston, los pasajeros tenían que esperar un tren de conexión con Glasgow que teóricamente los llevaría hasta su destino. «Resultó que el tren estaba lleno, así que cuando llegó, marchó. El siguiente tren salía a las 9:42, así que hicieron tiempo a la única cafetería que había abierta en el pueblo. «A las 8:50 el tren que esperábamos fue cancelado y no había más. No había más información. Algunas personas se quedaron mirando fijamente las pantallas, otras hicieron cola para preguntar al trabajador de una cabina de billetes la misma pregunta que todo el resto», ha continuado la historia.
A las 9:20 de la noche, cuando ya casi tenían que ser a su destino final, los informaron que los habían organizado un transporte alternativo: «¿Bus? ¿Tren? ¿Caballos? No. Taxis. Para centenares de personas. Hacia una ciudad a 3 horas y media«. Además, no todos los pasajeros iban a Edimburgo, porque el tren hacía parada en Glasgow, Dundee, Carlisle y otros lugares. «Todos nosotros hicimos cola porque nos llevaran. Si esto suena lento y ridículo, lo era. De alguna manera acabé en el último taxi con tres desconocidos a las 10:30», ha continuado en el hilo. El resultado final fue un trayecto en taxi de muchas horas -acabaron llegando a Edimburgo pasadas las dos de la madrugada- con varias paradas para poner gasolina y comprar comida y con algunos sustos en la carretera.