“Cada día nos llama mucha gente y lamentablemente les tenemos que decir que no tenemos casas para alquilar ni para vender”, explica el alcalde de Montmaneu (Anoia), Àngel Farré, en declaraciones a la Agencia Catalana de Noticias (ACN). Este pequeño pueblo es donde
El Ayuntamiento ha decidido reformar dos propiedades municipales para alquilarlas y está prevista una promoción de obra nueva de hasta 60 pisos. De hecho, a pesar de que las estadísticas hablan de 198 habitantes, el alcalde asegura que ya tienen 207. “Estamos trabajando mucho para tener a los vecinos contentos y para que venga gente”, dice Farré, que está decidido a aprovechar la nueva notoriedad de Montmaneu: “Hemos hecho las calles nuevas, hemos renovado el Ayuntamiento, hemos puesto fibra óptica e intentamos que todas las necesidades principales estén en el pueblo”. Su ubicación, a tocar de la A-2 y muy cerca tanto de Igualada (Anoia) como de Sant Guim de Freixenet (Segarra), es uno de los principales alicientes para la gente que se quiere instalar allí.

La repoblación, un aliciente para recuperar el comercio
Otro problema que tienen es la falta de comercio. Ahora mismo solo tienen un bar que también hace la función de local social, pero no tienen tiendas. Tiempo atrás, Montmaneu había llegado a tener dos carnicerías, una panadería, dos cafeterías y dos barberías, pero con el tiempo fueron cerrando y no encontraron relevo. La esperanza del alcalde es que la repoblación del pueblo ayude a encontrar emprendedores que quieran abrir un negocio. Carme Iniesta, que se acaba de jubilar, se trasladó al pueblo hace un año, después de pasar los últimos 23 restaurando una casa junto a sus hijos. “Tengo que agradecerle muchas cosas a esta casa porque me ha ayudado también a educar mis hijos, es una educación que en la ciudad no se les puedes dar”, explica. “Los fines de semana, cuando venía hacia aquí, solo coger la salida de la A-2 y girar la curva de entrada en el pueblo, me entraba una calma y una tranquilidad inexplicable”.
Otro de los recién llegados es Vicenç Tudela, que se instaló hace dos años. A pesar de que es de Girona, Tudela hacía muchos años que vivía en Collbató (Baix Llobregat). Buscaba un pueblo tranquilo, muy comunicado y con fibra óptica, tres cosas que tiene Montmaneu. “Después de mirar muchos pueblos de la zona, este me encantó”.
