Las precipitaciones registradas desde principios de año, junto con la recuperación de embalses y acuíferos, hacen que los Bomberos de la Generalitat sean optimistas, previendo que la campaña de incendios forestales de este verano en Cataluña sea «más corta y estándar». El subinspector del cuerpo, Asier Larrañaga, ha asegurado en declaraciones a la ACN que se ha producido «un cambio de tendencia» en el país porque, según ha dicho, «está mejor hidratado en cuanto a la vegetación». Además, esperan que no haya «temperaturas extremas continuadas» como las registradas en el año 2022, pero también ha advertido que no se puede bajar la guardia. «Que haya llovido mucho no significa que no puedan darse incendios extremos» y, en este sentido, y teniendo en cuenta la situación meteorológica actual, ha añadido que si hay un gran incendio «será hacia el mes de julio».

Tras tres años marcados por la sequía continuada y las altas temperaturas, los Bomberos afrontan la campaña de incendios con más optimismo gracias a «un cambio de escenario importante». “Las lluvias que comenzaron a caer a partir de febrero ya han provocado un cambio de tendencia y, por tanto, el escenario de complejidad ha cambiado mucho», ha apuntado Larrañaga. A pesar de que en general hay una vegetación «bastante bien hidratada», ha avisado que hay zonas como el interior de Tarragona y las Terres de l’Ebre o el litoral gerundense que no han recibido tanta agua. Además, ha señalado que la sequía ha provocado la muerte de muchos árboles y esto es «combustible disponible para quemar».

El subinspector del cuerpo de Bomberos ha insistido en «el estrés» que han sufrido los bosques catalanes durante este período de sequía, y ha apuntado que «en muchos casos, ha generado una mortalidad muy importante en todos los estratos, desde el arbolado hasta el matorral”. Todo este material, ha añadido, «es una aportación extra de biomasa». A pesar de ello, Asier Larrañaga ha dejado claro que este año en los bosques «hay vegetación verde y viva que tiene más recursos hídricos y esto supondrá una cierta barrera a la propagación de los fuegos», pero ha dicho que habrá que estar pendientes de cómo evoluciona el verano.

Varios agentes del cuerpo de Bomberos en una imagen de archivo / EP

Campaña después de San Juan

Los Bomberos prevén que la campaña forestal sea «más corta y estándar» y comience después de San Juan. «Las zonas más secas serán las primeras que entrarán en campaña, pero no será continua a lo largo de todos los meses de verano, sino que estará más circunscrita a episodios meteorológicos cortos», ha detallado Larrañaga, pero cree que no habrá muchos cambios en cuanto a la temperatura en el verano. Así, ha vaticinado que será «cálido», una tendencia que «ya se ha consolidado en los últimos años», pero espera que no se produzcan episodios de «temperaturas extremas continuas».

A pesar de todo, ha remarcado que «siempre que haya temperaturas altas, humedad relativa baja y viento, puede haber ventanas para sufrir grandes incendios forestales». Ante este escenario, desde el cuerpo hacen un llamado a no bajar la guardia porque, como dice el mando del cuerpo, «que haya llovido no significa que no podamos tener incendios extremos, eso sería un escenario demasiado optimista».

Atención especial para la campaña de recolección del cereal

Por otro lado, los Bomberos ponen especial atención en el control de la campaña de la siega porque los trabajos de recolección del cereal son una actividad con un alto riesgo de causar incendios por diversos factores como el trabajo con temperaturas elevadas, poca humedad y vegetación altamente inflamable. Este año, gracias a las lluvias abundantes, hay una gran cantidad de cereal y, en consecuencia, de paja, un hecho que hace que «la campaña de incendios cerealística pueda ser importante».

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