La situación de sequía que travesía Cataluña continúa agraviándose rápidamente por la escasez de lluvias. A consecuencia de la falta de precipitaciones en todo el territorio catalán, 498 municipios se encuentran en situación de excepcionalidad y la Agencia Catalana del Agua (ACA) podría decretar la primera fase de emergencia a toda la Área Metropolitana de Barcelona (AMB). De hecho, la situación actual es la más grave de los últimos 70 años. Actualmente, las reservas de agua de los embalses Ter-Llobregat se encuentran al 19%, una cifra muy deficitaria teniendo en cuenta el volumen de agua que se necesita para abastecer la población civil y a la actividad industrial. Para hacer frente a la situación actual, desde Aigües de Barcelona (Agbar) optan para extender el uso del agua regenerada, es decir, el agua residual que ha pasado por una depuradora y se ha sometido a un proceso adicional para darle una segunda vida, como medida para combatir el déficit hídrico.
La directora de Ecofactories de Aigües de Barcelona, Àngels Vidal, y el responsable de proyectos de la dirección de operaciones de Aigües de Barcelona, Josep Lluís Armenter, han explicado este martes por la mañana en un encuentro con prensa su plan de acción para hacer frente a la situación excepcional de sequía que golpea Cataluña. Agbar pretende implementar el mismo sistema que usan actualmente a la cuenca del Llobregat para la cuenca del Besòs. Este sistema consiste a enviar agua regenerada desde la depuradora del Baix Llobregat hasta Molins de Rei, en su punto de descarga, para hacerla llegar hasta la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Sant Joan Despí, lugar donde se reincorporará en la red de distribución. Estos mismos pasos se prevén implementar en el río Besòs con la creación de una nueva ETAP que permita reconvertir las aguas residuales en potables. «Con este sistema contribuimos a una mejor gestión de los acuíferos y tenemos tres veces menos costes económicos y ambientales en comparación con la desalinización [el proceso que se usa para extraer la sal del agua de mar para potabilizarla]», asegura Vidal.

Acabar con el déficit hídrico
El objetivo final de Agbar, con este tipo de proyectos, es acabar con el déficit hídrico. Un objetivo, pero, que todavía queda lejos a pesar de remar en la buena dirección. En términos técnicos, Armenter explica que su intención es llegar a generar 180 hm³ cada año de agua regenerada y desalinizada, entre otros, por no tener que depender del agua que proviene de los ríos. Una cantidad que varía constantemente en función de la climatología y que en situación de sequía se encuentra bajo mínimos. Además de apostar para replicar el modelo de agua regenerada en el Besòs, Aigües de Barcelona ha estado realizando una serie de pruebas en 28 municipios de la AMB para reducir la presión del agua, cosa que, sin casi efecto para la población, permite hacer una mejor gestión de la poca agua en reserva a los embalses.
Vidal ha explicado que las pruebas se empezaron a hacer el pasado 12 de septiembre y que desde entonces han estado haciendo ajustes a la presión del agua. Esta reducción solo se implementará, según explican, en caso de que la ACA decrete el estado de emergencia, cosa que limitará a 200 litros de agua por habitante en el día. Interpelados por los periodistas en relación en las declaraciones del pasado 8 de noviembre del consejero de Acción Climática, David Mascort, donde instaba a poner «todas las herramientas» para combatir la sequía -en referencia a reducir la presión del agua-, desde Aigües de Barcelona mantienen que «la red hídrica está preparada para hacer frente a una situación de emergencia», pero que hasta que la ACA no haga el primer paso no habrá que actuar.