El consejero de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, David Mascort, y la vicepresidenta tercera del Gobierno español y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, se han reunido este martes y han acordado desencallar la ampliación de la desalinizadora de la Tordera y la construcción de la del Foix, unas construcciones que se elevarán a los 500 millones de euros y que se prevé que se acaben el año 2028, en el caso de la Tordera, y en el 2029 en el caso del Foix. La inversión será de 287 millones de euros para la desalinizadora de la Tordera y de 180 millones para la del Foix.
La ministra española ha hablado de «problemas comunes», refiriéndose a la sequía, y ha destacado que la ampliación y construcción de estas desalinizadoras supone ofrecer «garantías para poder ofrecer agua en condiciones para el abastecimiento humano», y asegura que dará una «mejor respuesta a los desafíos del cambio climático«. El proyecto de las dos desalinizadoras será financiado por los fondos europeos Next Generation y Ribera señala que serán instalaciones que se regirán por el principio de recuperación de costes.

Llevar agua en barcos a Cataluña, una opción real pero «puntual»
Así lo ha explicado el consejero de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, David Mascort, que ha asegurado que no hará falta un trasvase de agua del Ebro para alcanzar la región metropolitana de Barcelona, pero que la opción de llevar agua en barcos desde la desalinizadora de Sagunto es una opción real pero «puntual».
Ribera ha señalado que esta es una opción «técnicamente más sencilla y más viable» y explica que ya ha hablado con el alcalde de Sagunto, Darío Moreno, y con el presidente del País Valenciano, Carlos Mazón. Además, Ribera, asegura que la desalinizadora de Sagunto es una «instalación infrautilizada» y que un posible traslado de agua en barco hacia Cataluña no competirá con los «usos locales» de la población.