Irse de casa los padres se ha convertido en una auténtica odisea para los jóvenes. Si la situación ya era complicada diez años atrás, actualmente la complejidad para poderse emancipar ha crecido todavía más. Según un informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, la edad de emancipación se ha retrasado hasta los 30,3 años en el Estado el segundo semestre del 2022, la cifra más alta de las últimas dos décadas.
Este observatorio realiza un informe dos veces el año para analizar la situación en la cual se encuentran los jóvenes que quieren marchar de casa. Según el último barómetro, el porcentaje de población joven que se emancipaba residencialmente se estancó hasta el 15,9%, una cifra que choca con la que se puede observar de Europa, en la cual un 31,9% de la población joven pudo emanciparse. Es decir, la situación en España es significativamente más grave que la que se vive en Europa. Mirando los datos con más profundidad, el porcentaje de emancipación de Cataluña es ligeramente más alto que el de la media española, pero sigue muy por debajo de los datos de la Unión Europea. En concreto, solo un 20,2% de la población consiguió emanciparse.

Los principales problemas por los cuales esta emancipación no es posible es el contexto en el cual «las subidas a los precios del alquiler y la vivienda hacían que para una persona joven fuera imposible emanciparse sin sobreendeutar-se»: «Las personas jóvenes en España no se pueden emancipar hasta que dejan de ser jóvenes. Esto es un síntoma muy preocupante que demuestra que los problemas estructurales de la juventud siguen muy presentes y condicionan la vida adulta», aseguran desde el Observatorio.
«Tener trabajo no es suficiente»
En estos momentos, según señala el Observatorio, el contexto es tan complicado que el simple hecho de «tener trabajo» no es suficiente para poder garantizar la emancipación sin sobreendeutarse: «Tener trabajo no es suficiente para poder acceder a una vivienda en España», explican. El principal motivo es que, todo y la subida del salario mediano de una persona joven (13.079 euros netos en el año), el precio de la vivienda subió todavía más. Mientras el crecimiento de los sueldos medianos ha sido del 4,5%, el crecimiento del precio de la vivienda ha estado del 7,66%. Tal como está el mercado actualmente, una persona joven con el salario mediano que quisiera emanciparse tendría que destinar el 82% de sus ingresos al pagar el piso, una realidad que convierte en una auténtica odisea poder marchar de casa los padres.