La comunidad latinoamericana de Cataluña está inmersa en una gran polémica por el gag catalanófobo de la compañía Teatro Sin Papeles y el vídeo viral de Paula Dreidemie, una argentina que vive en Barcelona y encendió las redes diciendo que evita las zonas de la ciudad con más catalán. El presidente del Casal Argentí de Barcelona, Diego Arcos, ha salido al paso de las dos polémicas y ha cargado contra la compañía teatral y la escritora. “La situación que intentan representar es totalmente mentira”, asegura Arcos en un vídeo subido en su canal de YouTube. “No seas boludo o boluda, habla catalán”, dice.
El periodista asegura que se «habla poco catalán» y que lo más habitual es que no se cumpla la normativa lingüística ni en el comercio, ni en la administración pública ni en la sanidad, justo lo contrario de lo que denunciaba el sketch catalanófobo. Arcos, que tiene una larga trayectoria de defensa del catalán, vive en Cataluña desde 1989. Su madre y sus hermanos ya estaban en Barcelona y él viajó con su esposa y sus dos hijos. El segundo tenía solo 20 días, según explica él mismo.
El Casal Argentí de Barcelona se ha caracterizado desde hace mucho tiempo por defender el catalán como herramienta de integración de los recién llegados y tiene vínculos con la ANC y la Plataforma PIC-Integración. Hace un par de meses, la entidad estrenó su nueva sede, en el número 108 de la calle Enamorats, en el Camp de l’Arpa del Clot (Sant Martí), donde imparten cursos de catalán para los argentinos residentes en la ciudad. “Para incorporarnos a la nación catalana no hay nada mejor que defender la lengua oprimida, porque somos personas oprimidas como inmigrantes y trabajadores y negarnos el acceso normal al catalán es una forma de discriminarnos”, decía aquel día Arcos en unas declaraciones recogidas por El Periódico.
El Casal —“y no Casa”, puntualiza Arcos, como es habitual entre las entidades culturales de latinoamericanos residentes en Cataluña— se fundó en 2001 para ayudar a los argentinos que huían del corralito y actualmente tiene un millar de asociados. Trabaja para celebrar la primera fiesta catalano-argentina en Mataró (Maresme) y quiere construir gigantes. “Nuestra política es hacer cultura catalana para los argentinos y cultura argentina para los catalanes”.