A instancias de ERC, el Parlamento de Cataluña ha aprobado este jueves una moción en la que se insta al gobierno de Salvador Illa a garantizar que los profesionales sanitarios del sistema de salud del país tengan el B2 de catalán, un año después de comenzar a trabajar, y el C1, al cabo de dos años de estar ejerciendo su trabajo en un Centro de Atención Primaria (CAP) o en un hospital de Cataluña.

La iniciativa republicana ha contado con los votos favorables de todas las fuerzas parlamentarias, incluido el PSC, con la excepción del PP y Vox. El texto de ERC reclama que se implementen «de manera inmediata» las medidas necesarias para garantizar el uso, la promoción y la normalización de la lengua catalana en todo el sistema de salud, en aplicación del Horizonte 3 del Pacto Nacional por la Lengua.

Profesionales sanitarios en un pasillo de la sala de hospitalización del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic | ACN
Profesionales sanitarios en un pasillo de la sala de hospitalización del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic | ACN

Un 47,8% de los sanitarios no usan el catalán

La atención en catalán es un derecho que los pacientes de Cataluña tienen, pero la realidad es muy diferente y cada vez es más difícil encontrar médicos y enfermeras que hablen catalán. Tal como explicó El Món el pasado abril, un estudio del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) concluye que el 47,8% de los sanitarios no usan el catalán habitualmente. Un 30,9% no sabe hablarlo. Y un 13% no lo entiende. Normalmente, lo que ocurre en estos casos es que el ciudadano termina cambiando de idioma para ser atendido.

Este problema se agrava por el hecho de que desde 2016 el porcentaje de nuevas colegiaciones de extracomunitarios se ha duplicado en el área de Barcelona, con el 50% de nuevos colegiados. Esta situación es ligeramente mejor en el sistema sanitario público, ya que el porcentaje de médicos extracomunitarios disminuye hasta el 36%. La llegada de tantos médicos extranjeros se debe en parte a cubrir la avalancha de jubilaciones de los últimos años.

Solo un tercio de los inscritos terminan los cursos de catalán

Otro aspecto preocupante respecto al uso del catalán en el sistema sanitario es que hay un elevado abandono por parte de los profesionales de los cursos de formación, según reconoció el pasado mayo la consejera de Salud, Olga Pané. Aunque la máxima responsable de la sanidad pública catalana no dio cifras, la Plataforma por la Lengua detalló que solo un tercio de los sanitarios que se apuntan a cursos de catalán los terminan, y solo una cuarta parte los aprueba, según datos de 2024.

La situación de la lengua en el ámbito sanitario catalán es grave no solo por las dificultades que tienen los ciudadanos para ser atendidos en su lengua sino por las situaciones de catalanofobia que se dan. A principios de julio, este medio dio a conocer el caso de una mujer y su hija que fueron expulsadas de la consulta de un médico del Instituto Catalán de la Retina por hablar en catalán.

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