Las bibliotecas catalanas prestaron 11,4 millones de libros en el año 2023, un poco más de la mitad de los cuales, el 52%, en catalán, un 45,7% en castellano y el resto en inglés u otros idiomas, según datos de la Diputación de Barcelona del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya para el resto del país, obtenidos por la ACN a través de peticiones de transparencia. En la red de bibliotecas de Barcelona el 50% es en catalán y el 47% en castellano, mientras que en Girona, Tarragona y Lleida el porcentaje es aún mayor: 58% frente al 40%. La victoria del catalán en términos generales se explica porque el libro infantil y juvenil reequilibra la balanza. Así, según los datos de los últimos años en la Red de Bibliotecas Municipales de Barcelona, el préstamo de libros infantiles en catalán representa más del doble que el de castellano desde el año 2019, con 14 millones frente a 6,3. Un dato que compensa el dominio de la lengua castellana en cuanto al préstamo de libros para adultos, donde la diferencia es más del doble: 17,2 millones en castellano por 7,4 en catalán.

Detrás de estos porcentajes generales, los datos de la red de bibliotecas de la demarcación de Barcelona, que representan más del 80% de los préstamos de todo el país, muestran que catalán y castellano estarían muy lejos si no fuera por el peso específico del libro infantil en catalán en el conjunto del préstamo bibliotecario. De hecho, los libros infantiles en catalán representan casi un tercio de todo lo que se ha prestado en las bibliotecas municipales de la demarcación entre 2019 y 2024, en cualquier idioma. Analizándolo desde el punto de vista de lo que representa para el conjunto del préstamo exclusivamente en lengua catalana, más del 60% es literatura infantil y juvenil. Un dato que no tiene continuidad en los libros para adultos, tanto de ficción como de no ficción, donde su peso apenas supera el 16%.

La jefa de la oficina de servicios en la Red de Bibliotecas Municipales, Judit Terma, encuentra una explicación sencilla a esta situación y es que «se edita mucho más en catalán que en castellano en género infantil, mientras el libro adulto aún está dominado por el castellano». A esto, Terma señala que también hay que tener en cuenta que el préstamo de género infantil es más “generoso”, ya que las familias suelen coger más títulos a la vez para sus hijos que un adulto, y esto hace que se engrose el volumen final de libros prestados.

El libro de adulto en castellano supone el 40% de los préstamos totales

La otra cara de la moneda, según apuntan los datos, es que el préstamo bibliotecario del libro adulto en castellano supone cerca del 40% del total en las más de 230 bibliotecas de esta red, mientras el libro adulto en catalán es solo el 16%. La tortilla se da la vuelta con los datos sobre el préstamo de libros infantiles: solo un 13% son infantiles en castellano, mientras que en catalán representa el 30% sobre el total.

El director general de promoción cultural y bibliotecas, Xavier Fina, expone en declaraciones a la ACN que la presencia del catalán en las bibliotecas está “por encima” de su peso específico en el ámbito de la edición. “Es una preponderancia pequeña, pero en relación con otros ámbitos, es una presencia muy alta”, argumenta, y recuerda “el punto de partida” de la edición en castellano y catalán, porque, según el anuario de la Federación de Gremios de Editores de España, el castellano fue el idioma del 70,6% de los libros que se editaron en Cataluña el año 2023, y solo el 24,5% de los volúmenes optaron por el catalán.

El préstamo de libros crece un 12% y se cuenta «todo» lo que se edita en catalán

Las bibliotecas catalanas prestaron 11,45 millones de libros –9,2 en bibliotecas de la Diputación de Barcelona y 2,17 en las del resto de Cataluña– en el año 2023, una cifra que representa casi un 12% más que el año anterior. Terma considera que parte de este crecimiento se debe al aumento significativo del préstamo interbibliotecario desde la pandemia. Fina, por su parte, apunta que el préstamo depende tanto de la oferta disponible en cada lengua como de los hábitos de consumo. En cuanto a la primera variable, los catálogos de las bibliotecas públicas se renuevan y/o amplían con adquisiciones financiadas a partir de subvenciones directas a los ayuntamientos, que son los titulares de cada biblioteca, o a través del Sistema de adquisición bibliotecaria (SAB), de la Generalitat, y otros catálogos ofrecidos, como el de la Diputación de Barcelona.

En este sentido, el responsable del servicio de bibliotecas de la Generalitat explica que en el SAB son todos títulos en catalán y aranés, y también que anualmente compran “todo” lo que se edita en catalán. Así, las bibliotecas del país compraron cerca de 770.000 ejemplares en el año 2023, casi el 60% de los cuales escritos en catalán; un 37,4% en castellano; y el pequeño porcentaje restante, en otros idiomas, principalmente el inglés. Aun así, Fina subraya que «hay mucha oferta en castellano que no existe en catalán, aparte de los originales, especialmente en el ámbito científico, del ensayo, etc».

Comparte

Icona de pantalla completa