El periodista y consultor de comunicación Marc Serrano ha denunciado a través de su cuenta de la red social X un episodio de catalanofobia que ha vivido en primera persona en Tremp. «Catalán no entiendo” fue la respuesta que recibió por parte de una trabajadora del Frankfurt de la Rambla, situado en la Rambla del Doctor Pearson de la capital del Pallars Jussà, cuando le preguntó en catalán, y varias veces, si atendía a los clientes en la terraza. Serrano, en conversación con El Món, ha relatado que los hechos ocurrieron la tarde del domingo 10 de agosto y que decidieron marcharse del negocio ante la imposibilidad del derecho de ser entendido en catalán por la respuesta que recibió y fueron al “bar de al lado” donde pudo expresarse en catalán. “Por desgracia no es nada excepcional que los catalanes tengamos que cambiar de lengua, un hecho nada excepcional que nos ocurre a los catalanohablantes muchísimas veces”, ha denunciado.

Este no es el primer caso en el que Serrano actúa en defensa de los derechos lingüísticos de los catalanohablantes, algo que, según destaca, sirve para “evidenciar el conflicto”. “Hay un conflicto, que se llama conflicto lingüístico, y lo único que pretendo es no normalizar lo que no es normal”, expone, y lamenta que “hemos normalizado no ser atendidos en catalán en Cataluña, y en los Países Catalanes, y el próximo paso es normalizar no ser entendidos en catalán”. “No estoy dispuesto”, sentencia, y recuerda que en Cataluña existe el Código de Consumo y las diversas leyes de política lingüística que amparan legalmente a los catalanes que quieren “vivir en catalán todo el día”. “No hay voluntad de entender”, critica sobre la gente que ha decidido vivir en Cataluña “ignorando el catalán, menospreciándolo y tratándolo como un estorbo”.

Advierte que estas situaciones irán a más

El consultor de comunicación advierte en declaraciones a este diario que estas situaciones irán a más. “No tengo ninguna duda, porque cada vez es más habitual en la ciudad de Barcelona, por ejemplo, o en algunas zonas metropolitanas”, pero le ha llamado la atención que esto suceda en un lugar como Tremp. La alcaldesa de este municipio es Sílvia Romero, que es la delegada del Gobierno de la Generalitat en el Alt Pirineu y Aran, y Tremp, según datos del Idescat, tiene unos 6.000 habitantes con un 20% de población extranjera –4.913 personas de nacionalidad española y 1.143 de extranjera. “Estamos pidiendo poder hablar nuestra lengua y entrar en un bar y que te entiendan lo que quieres en tu país, en la lengua que es originaria, y que es autóctona”, reivindica, y deja claro que esta situación no es normal.

“¿Verdad que no nos imaginamos entrar en un bar de Londres y que no nos entiendan en inglés, o entrar en un bar de París y que no nos entiendan en francés, o entrar en un bar de Valladolid y que no nos entiendan en castellano?”, pregunta. En este sentido, denuncia que la situación que vive la lengua es “la última fase ya de la asimilación, de este supuesto falso bilingüismo, que lo que hace falta es enmascarar la sustitución lingüística”. “Debemos liberarnos de esta diglosia de pensar que es ridículo hablar en catalán a un polaco, a un rumano o a un magrebí”, sentencia, pero, aun así, se muestra optimista porque cree que “una cierta parte de los catalanohablantes empiezan a ser conscientes de que no puedes hablar todo el día en catalán”.

Denuncia a Consum con pocas expectativas

Marc Serrano, por otro lado, detalla que ha denunciado los hechos a Consum, pero tiene pocas expectativas puestas por las experiencias que ha tenido. “Las denuncias a Consum que he hecho no sé a dónde van a parar, pero te dicen que lo archivan, que ya pasarán”, expone, y destaca que estas son “las respuestas habituales a la mayoría de las denuncias de consumo” gobierne quien gobierne la Generalitat, pero cree que la responsabilidad es conjunta con los ayuntamientos, que también tienen competencias en materia lingüística. Por otro lado, el periodista señala la “responsabilidad” de los empresarios a la hora de contratar al personal. “Con presión popular y también administrativamente, y seguro que se debe hacer desde las entidades, desde las patronales y desde todos lados, se debe hacer entender amablemente, y no tan amablemente, que un empleado tuyo debe poder entender el catalán”, ha subrayado.

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