Los casos de discriminación lingüística son una constante en los Países Catalanes. La Plataforma por la Lengua se ha encargado de difundir varios en estos últimos meses para hacer pública la persecución que viven los catalanoparlantes en varios sectores. El Mundo ha seleccionado cinco que tienen un audio que demuestra el desprecio hacia el catalán de los protagonistas de la grabación. El caso más sonado es lo del supermercado Veritas, que ha indignado los usuarios de las redes sociales por haber despedido una trabajadora supuestamente para atender en catalán su clientela. También hay el caso de un guardia civil, un juez, el de una trabajadora de un gran banco y el de una mutua sanitaria. Estos son los casos y sus respectivos audios:
Veritas despide una trabajadora por habla en catalán con los clientes
El 4 de mayo el ONG del catalán difundió el caso de una trabajadora de Puigcerdá que fue despedida de un establecimiento Veritas para dirigirse en catalán a los clientes y a los compañeros. En la grabación que acompaña el caso, el encargado admite haberla despedido después de que dos trabajadores de otro supermercado se hicieran pasar por clientes y se quejaran que ella hablaba en catalán cuando se le dirigían en castellano. Los hechos sucedieron el 31 de marzo, cuando la trabajadora recibió una carta donde se le comunicaba que no había superado el periodo de prueba. No lo superó porque una compañera le había pedido que hablara en castellano porque el catalán no le gustaba y ella continuó utilizando su lengua. Cambiaba de lengua si los clientes no lo entendían, pero no fue suficiente. El encargado envió un mensaje de grupo en WhatsApp donde los decía que “en la hora de habla entre compañeros, usaremos el idioma que sea más cómodo para ambas partes” y que “en la hora de atender un cliente, se le tiene que responder en el mismo idioma en que se está expresando”.
Esta consigna era válida tanto si el cliente hablaba en castellano como si hablaba en catalán, pero el supermercado acabó despidiéndola para usar el catalán con los clientes que también lo hablaban. En el audio publicado se siente la trabajadora explicando al encargado que ella respondía los clientes en catalán porque veía que lo entendían y que, si no, respondía “en castellano, en francés o en alemán”. Gracias a esta grabación la trabajadora ha presentado una denuncia conjuntamente con la Plataforma por la Lengua.
Un juez se niega a dar los documentos en catalán
Otro caso documentado es el de un juez de Sabadell que se negó a entregar documentos en catalán a una menor que tenía que participar en un juicio como testigo. Los hechos sucedieron el 29 de marzo, cuando la menor y su familia pidieron recibir las notificaciones judiciales en catalán y el justificante para el instituto también en catalán. El juez se negó de malas maneras y los dijo que no tenían derecho. “[La notificación] le llegará en castellano, y ya está!”, se siente en la grabación hecha pública por la Plataforma por la Lengua. “Lo hacemos en castellano. No discutimos más”, insiste. Ante la insistencia del padre y de la niña, que querían ejercer su derecho de recibir las notificaciones en su lengua, el magistrado eleva el tono y los repite siete veces que no tienen derecho porque la niña “solo” está citada como testigo. La familia ha interpuesto una queja mediante la ONG del catalán y denunciará el caso.
El médico que pide hablar en castellano «por educación»
Las discriminaciones lingüísticas se dan en todos los ámbitos, también en el de la salud. Es el caso que vivió el paciente de una mutua durante una visita de control de una baja laboral. El médico le pidió que hablara en castellano “por respeto” y el director del centro lo presionó para que cambiara de lengua. El paciente, no obstante, resistió y lo acabó atendiendo en catalán con una enfermera como intérprete. Todo va a suceder el 26 de noviembre del 2020, pero se dio a conocer en el 2023. El médico se negó a atender el paciente en catalán y le dijo que no lo entendía, a pesar de que ya lo había atendido otras veces. Lo hizo salir de la consulta y el director de la mutua mantuvo la conversación que se puede sentir en este audio con el paciente.
Tiene una duración de veinte minutos en los cuales el director le pidió «un respeto por el médico». El paciente se defendió y dijo que no había faltado al respecto a nadie. El director le pidió que “facilitara las cosas” y le dio dos opciones: «Quejarse e ir a los juzgados o la vía de la buena voluntad». Como que el paciente se mantenía en la defensa de su derecho a habla en catalán, el director le espetó que estaba «radicalizado» y que tenía «planteamientos muy extremos». De hecho, se puso de ejemplo de la buena educación: «Cuando una persona me pide, por favor, que le hable en castellano, yo no tengo ningún problema, porque si de todo tenemos que hacer un grano demasiado, es difícil”. “Solo te pido que seas comprensivo. La idea es que tú recuperes la salud, que es lo más importante, y después los otros aspectos son menos importantes. Yo te pediría que con estas cositas no te capfiquis demasiado“, le va dir. El paciente se mantuvo firme y acabó siendo atendido en catalán mediante un intérprete.
Un guardia civil quiere multar un motorista para hablarle en catalán
Los cuerpos de seguridad del Estado son protagonistas de muchos de los casos de discriminación lingüística que se denuncian a la Plataforma por la Lengua. Uno de los que más indignó los catalanoparlantes fue el caso de uno guardia civil que pretendía multar un motorista para dirigírsele en catalán. El agente le dijo que le había faltado al respeto para hablarle en catalán en Artà, Capdepera, en las Islas Baleares. Fue lo mismo motorista quién grabó la conversación y después la hizo llegar a la ONG del catalán. Inicialmente, el motorista fue parado por circular a una velocidad demasiada baja. Fue después, cuando el guardia civil quiso imponerle el castellano, cuando la conversación se volvió más tensa.
Los agentes lo pararon y lo avisaron que circulaba a una velocidad inferior a la mínima y que por eso lo tenían que multar. Él los respondió en catalán, hecho que no gustó a uno de los agentes, que le exigió que cambiara al castellano. Le pidió los papeles del vehículo y la víctima cogió el móvil y grabó la conversación. “Le estoy pidiendo que me hable en castellano, por educación. Abandone su mallorquín por deferencia y educación cuando alguien le habla en castellano”, le dijo el guardia civil, al que la víctima respondió recordándole la cooficialidad del catalán en las Islas. El agente lo amenazó con otra multa por «falta de respeto hacia los agentes de la autoridad”. El motorista le dijo que hablar catalán es un derecho y no una falta de respeto y el agente le dijo que el único idioma oficial es el castellano. Después de un tira y afloja, el agente no quiso discutir más y el motorista fue multado por la velocidad sin ninguna evidencia y marchó después de recordarle que como funcionario tendría que dominar la lengua del territorio donde se lo ha destinado.
Una trabajadora de CaixaBank presiona un usuario para que acepte un documento en castellano
Los cuerpos de seguridad del Estado son protagonistas de muchos de los casos de discriminación lingüística que se denuncian a la Plataforma por la Lengua. Uno de los que más indignó los catalanoparlantes fue el caso de un guardia civil que pretendía multar un motorista para dirigírsele en catalán. El agente le dijo que le había faltado al respeto para hablarle en catalán en Artà, Capdepera, en las Islas Baleares. Fue lo mismo motorista quién grabó la conversación y después la hizo llegar a la ONG del catalán. Inicialmente, el motorista fue parado por circular a una velocidad demasiada baja. Fue después, cuando el guardia civil quiso imponerle el castellano, cuando la conversación se volvió más tensa.
La única opción si no quiere firmarlo en castellano es «esperar» hasta que sus compañeros tengan el documento en catalán. El usuario le dice que no tener el documento en catalán es «una discriminación» y se queja de tener que parar trámites y volver a la sucursal otro día solo porque quiere recibir los documentos en su lengua. La trabajadora en todo momento especifica que si hubiera pedido el documento en catalán lo habrían redactado en esta lengua, pero lo hizo defecto en castellano. El problema, por lo tanto, queda focalizado en la lengua en que la protagonista del caso hace sus escritos al trabajo. En el audio también se la siente explicar que ella combina las dos lenguas porque a su familia se hablan los dos idiomas, pero el usuario le espeta que le es igual “como hace sus comunicaciones personales”. Finalmente, el usuario acepta firmar el documento en castellano porque tiene una cita ineludible a la notaría, pero, aun así, ha hecho llegar la queja y la grabación a la Plataforma por la Lengua, que ha difundido el caso.