El conflicto entre los funcionarios de prisiones y el Departamento de Justicia corre el riesgo de enquistarse después de que la conserjería haya descartado dimisiones por el asesinato de una cocinera en el centro penitenciario de Mas Enric, al Catllar (Tarragonès), a manos de un preso que se suicidó. Los trabajadores, que este lunes volvieron a bloquear los accesos de la mayoría de las prisiones catalanas, han decidido dar un respiro a los internos y de momento están cumpliendo la tregua de 24 horas que durará todo el día. Mientras tanto, los sindicatos están decididos a aguantar el pulso en el Gobierno y plantarán por tercera vez la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, que los ha convocado a una reunión este martes por la mañana.
La muerte de la cocinera ha sido la gota que ha colmado el vaso de los funcionarios de prisiones, que hace años que denuncian falta de seguridad, de recursos y personal. Desde la semana pasada, los trabajadores de las prisiones han bloqueado los accesos de las prisiones catalanas, lo cual ha provocado que miles de presos se hayan tenido que quedar confinados en sus celdas por falta de personal. Como oficialmente no se ha convocado una huelga, el Departamento de Justicia ha avisado a los trabajadores que no ir a trabajar podría comportar sanciones. La consejería considera que la situación es “grave” y ha ofrecido nuevos interlocutores a los sindicatos, que de momento se niegan a dialogar hasta que no dimita Ubasart o el secretario de Medidas Penales, Amand Calderó.

Afectaciones en el día a día de las prisiones
El levantamiento de los bloqueos es una tregua para rebajar la tensión en el interior de las prisiones, donde internos y funcionarios han tenido que aguantar unas condiciones muy complicadas durante los días de protestas, según Justicia. Los sindicatos, en cambio, niegan que haya habido afectaciones fuera del normal y aseguran que el régimen en los centros penitenciarios donde los presos han podido salir de las celdas ha sido el que habría un día festivo, con salidas al patio, tiendas abiertas, servicios sanitarios activos y comidas distribuidas desde las cocinas. La Generalitat cifra en unos 4.000 les presos que no han podido salir de las celdas por falta de personal.