Los dos agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos d’Esquadra que resultaron heridos en el atrincheramiento de Les Llosses (Ripollès) han presentado querella contra el detenido Mustapha A. Según ha podido saber El Món, han interpuesto la querella por dos delitos de homicidio agravados en grado de tentativa, en concurso con dos delitos de atentado contra agente de la autoridad con instrumento peligroso y un delito de lesiones. Un conjunto de delitos que podrían sumar hasta 30 años de prisión.
La querella está dirigida por el abogado José Antonio Bitos, del sindicato USPAC, el mismo que llevó la causa de los mossos que abatieron en Cambrils yihadistas implicados en los atentados del 17 de agosto de 2017. La querella, a la cual ha tenido acceso este diario, desgrana los hechos y detalla las primeras pruebas que piden que se practiquen los policías de élite heridos de los Mossos d’Esquadra, como por ejemplo la revisión por el médico forense y todos los atestados policiales sobre la actuación, así como el de la detención del sospechoso.

Dos disparos
Según detalla el relato de la querella criminal, el miércoles, Mustapha se atrincheró en una masía de Les Llosses después de disparar al propietario de la finca. Ante el peligro de la situación, las autoridades policiales comisionaron al Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos d’Esquadra, unidad altamente especializada, para actuar. Después de que el grupo de negociadores de la policía de la Generalitat interviniera en el caso sin éxito y de que el querellado se negara a deponer su actitud y entregarse con el arma, se dio órdenes al GEI de intervenir accediendo a la vivienda.
Los agentes se identificaron «varias veces como policías» y debidamente «uniformados», según la querella. Así, se insiste que dentro de la vivienda se identificaron como agentes policiales «en todo momento». Al abrir una puerta, uno de los agentes heridos sintió una «fuerte denotación» que el disparo que impactó en su escudo balístico y rebotó hacia su rodilla. Al continuar el avance, el segundo agente accedió a la primera planta, observó como el ahora arrestado se giró hacia él, lo miró empuñando la escopeta y después de gritar muy fuerte, «tírala, tírala», el querellado hizo caso omiso y le disparó. El proyectil le impactó en la pierna derecha. El resto de efectivos del GEI actuaron hasta conseguir neutralizar al tirador. El abogado del sindicado espera ahora la admisión a trámite de la querella.