El sindicato USTEC-STEs (IAC) no piensa dar ningún periodo de gracia a la nueva consejera de Educación, Anna Simó. No hace ni una semana que Simó ha llegado a su nuevo despacho y el sindicato mayoritario de profesores ya amenaza con una nueva huelga en septiembre si Educación no llega a un acuerdo para revertir los recortes antes de que acabe el curso. El relevo de Josep González-Cambray fue recibido con alivio por parte de los sindicatos, pero no darán más margen a Simó porque se tienen que pactar medidas importantes.
El sindicato ha puesto tres líneas rojas para evitar la huelga. Quieren que Educación reconozca la deuda por los estadios dejados de cobrar y la garantía de un plazo de cobro; la equiparación de salarios para todo el profesorado de FP; y la reducción de dos horas lectivas para los profesores mayores de 55 años. Aparte, esperan que la consejera deje por escrito un compromiso para “negociar” el calendario escolar y trabajar para impulsar un nuevo pacto de estabilidad. Desde USTEC aseguran que las conversaciones con Educación “están avanzadas” y que es “posible” llegar a un acuerdo antes de que acabe el curso.

Los sindicatos ponen el grito en el cielo por la propuesta de Educación
A finales de mayo, USTEC puso el grito en el cielo por la última oferta de la consejería para desencallar el conflicto con los sindicatos. La organización considera “inaceptable” la propuesta de Educación, que se centraba sobre todo en los interinos que no han podido entrar en el proceso de estabilización por falta de méritos. La portavoz del sindicato, Iolanda Segura, criticó al departamento porque les hizo una oferta parecida a la de enero, pero “rebajada” y no daba una solución satisfactoria a los interinos. “Si no firmamos la propuesta en enero porque era insuficiente, no la firmaremos ahora que está rebajada”, dijo entonces.
Al día siguiente, el resto de sindicatos del sector educativo cargó contra USTEC y Iolanda Segura, a quien acusaron de “connivencia” con la Generalitat porque se reúnen en privado con la consejería, sin el resto de organizaciones. “La mesa somos los representantes legales de los trabajadores, que hemos salido escogidos de las urnas, y aquí es donde se tienen que negociar las cosas, no por detrás”, lamentaba hace unas semanas la responsable de educación pública de CCOO en Cataluña, Marga Ro.


