Luchar contra la segregación escolar es una tarea complicada. Muchas veces, hay escuelas que por la ubicación tienden a ser centros de alta complejidad, con la mayor parte del alumnado en una situación vulnerable. Para mejorar esta situación, el departamento de Educación ha puesto en marcha un programa para insertar familias «ordinarias», es decir, aquellas que no se encuentran en una situación de vulnerabilidad, en escuelas de complejidad alta. Manresa es el primer ejemplo en todo el país y lo próximo curso contará con cinco grupos de niños y niñas que entrarán en diferentes cursos de manera voluntaria.
La medida no es nueva, pero hasta hace un tiempo lo hacían las familias a título personal. Y el año pasado, por primera vez, se pudo hacer reserva a familias de Vic y Manresa después de que el Departamento decidiera regularizar la situación con la aprobación de un Decreto. Así lo ha explicado la directora de los Servicios Territoriales de Educación en la Cataluña Central, Gemma Boix, quien ha asegurado que «se los reserva la plaza para garantizarlos que entrarán juntos en el centro». En Manresa hay 23 centros escolares y 11 son de alta y máxima complejidad. De cara en el curso próximo, se crearán 5 grupos, 2 para Infantil en la escuela San Ignacio -que ahora tiene el 80% del alumnado vulnerable- y la escuela Serra y Hunter, y 3 para Secundaria en el Instituto Lacetània.

En este sentido, Boix ha calificado la ciudad de «pionera» en la lucha contra la segregación. «Aquí se hará de manera generalizada», ha dicho. En esta línea se ha expresado el regidor de Educación del Ayuntamiento de Manresa, Pol Huguet, que ha dicho que están «medianamente satisfechos»: «No estaremos 100% satisfechos hasta que continúen habiendo escuelas con segregación a Manresa, esta es un trabajo a años vista».
Una adaptación rápida y pocos recelos familiares
Una de las primeras razones por la cual la iniciativa es un éxito es la voluntariedad. De este modo, las familias que quieren formar parte de la iniciativa tienen las facilidades para hacerlo. Aun así, todavía hay ciertas reticencias por parte de las familias y todas van relacionadas con la soledad. «Hay familias que dicen si soy el único, si no entro y acabo siendo el catalanet de la clase, la oveja blanca o negra de la clase, que pasará con mi hijo? Ahora esta medida te acompañará y hará que tengas la tranquilidad que, como mínimo, seréis 4, 5 o 10″, ha explicado Huguet.