Dos semanas después de la bajada de las pruebas PISA que ha puesto la consejería de Educación, capitaneada por Anna Simó, y la gestión del Gobierno sobre la enseñanza en el ojo del huracán, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se reunirá este martes en las 18 horas de la tarde con todos los partidos. Tal como lo anunció el miércoles de la semana pasada, el jefe del ejecutivo pretende que este encuentro sea un «punto de partida» para poder construir grandes acuerdos. La idea de Aragonès para la reunión de este martes, a la cual formarán parte los comunes, PSC, Junts y la CUP, es hacer un diagnóstico de los males resultados para ver cuáles son los puntos débiles que hay que atacar y compartir posturas para encontrar un consenso entre las formaciones.
De hecho, tal como ya explicó el presidente de la Generalitat en el Parlamento, donde pidió el turno de palabra para valorar públicamente por primera vez los resultados de las pruebas internacionales que han sacado a la luz las carencias en comprensión lectora, matemáticas y lengua del alumnado de Cataluña, en la reunión de hoy también se tendrán en cuenta los consensos del debate monográfico sobre educación del pasado julio, puesto que considera que puede ser un buen punto de partida para revertir la situación. Los resultados de las pruebas internacionales son los peores de la historia del informe PISA desde que se empezó a hacer este estudio, el año 2000. En comprensión lectora, con 462 puntos, Cataluña se sitúa al nivel del Vietnam (462) o los Países Bajos (459).

Los «cambios estructurales» de Simó
La reunión de este martes también llega después de las declaraciones de Simó de ayer a la comisión de educación del Parlamento, en las cuales prometió “cambios estructurales” con la ayuda de los partidos parlamentarios: «Pido que no sea la enésima reunión sin resultados”, insistió la consejería antes de señalar que hay “una oportunidad” para aplicar medidas que tengan resultados “a corto, mediano y largo plazo”.