Malestar creciente entre los maestros por el estado del sistema educativo catalán. La comunidad docente del país continúa presionando al Departamento de Educación y Formación Profesional, en manos de la consejera Esther Niubó, para incrementar la inversión que realiza la administración catalana sobre las escuelas e institutos del país. Ante la inacción del departamento, según denuncian, algunos docentes ya han llegado al límite. Este es el caso de Sara Martí, maestra en la escuela pública desde hace más de una década y, actualmente, trabajando en un centro de atención educativa preferente (CAEP) -es decir, un centro con un gran número de alumnos con necesidades educativas especiales- de Sabadell, que ha enviado una carta a los responsables de la cartera de enseñanza a la cual ha tenido acceso El Món: «La verdad es que estoy muy preocupada ante la situación educativa en la que nos encontramos. No llegamos a donde nos gustaría llegar«, reflexiona la maestra en la misiva. En conversación con este diario, Sara Martí lamenta que el Gobierno quiere tener «una educación de calidad», pero que no adapta las características del sistema educativo a las necesidades actuales de los alumnos.
El principal clamor de esta docente es incrementar la inversión que realiza la administración catalana en el sistema educativo, ya que considera que con los recursos actuales no se puede abordar la complejidad de las aulas. En esta línea, Sara Martí también señala directamente a las ratios actuales de alumnos y maestros: «No podemos dar respuesta a las necesidades particulares de cada niño si los grupos-clase no son más reducidos y si no hay co-tutoría en cada grupo. No podemos dar respuesta a los niños que quieren aprender y que están motivados si no tenemos recursos humanos», reflexiona la maestra en su carta dirigida al departamento, en la cual también lamenta que el sistema educativo no se ha adaptado a la nueva realidad de las aulas del país. Este clamor, sin embargo, no es único de esta maestra, sino que está bastante extendido entre la comunidad docente de Cataluña, que desde hace años pide una reducción real de las ratios, entre otras. «Estamos desesperados. Pedimos ayuda de verdad. Queremos ser escuchados con profundidad, no por nuestra comodidad, sino por los niños y por el futuro de nuestra sociedad!!», exclama con contundencia.

Repensar la formación de los docentes y más inversión
Sara Martí también apunta a la formación que reciben los docentes desde las universidades. Para la maestra, la administración catalana debería repensar la enseñanza de la profesión docente para adaptarla a la realidad actual, ya que «ya no estamos en el mismo mundo que hace veinte años». «Las metodologías son importantes, pero no cambian a las personas. La formación creo que debería ser mucho más filosófica, antropológica, con contenidos sobre las diversas culturas y cosmologías varias, más conocimientos de psicología, de psiquiatría, estrategias terapéuticas y emocionales para ayudar a los niños, resolución de conflictos de manera no violenta, técnicas de motivación y para fomentar el espíritu crítico y la autonomía de pensamiento», argumenta en su misiva. La maestra defiende que la escuela debe ser un espacio «de análisis» de la realidad para dar respuesta a las «necesidades» de los niños y «asegurar un futuro, a medio y largo plazo, más pacífico, más seguro y con un nivel cultural más elevado».
En este sentido, la maestra sabadellense también reclama más inversión para garantizar que todos los estudiantes puedan recibir la educación que merecen, especialmente debido al auge de estudiantes «recién llegados» que se incorporan al sistema educativo catalán. «Llegan recién llegados cada día, cada semana, cada mes… y es una riqueza muy grande para todos, evidentemente. Se debe invertir más para asegurar que estos niños puedan recibir una atención individualizada o en pequeños grupos para ayudarles a conocer y amar la cultura de aquí y para ayudarnos a nosotros a comprender su mundo, su cultura, y poder acompañarlos mejor, con más calidad», reflexiona Martí en la misma carta, en la cual reclama más «recursos humanos» para enfrentar la creciente complejidad de las aulas y, de esta manera, poder mejorar los resultados: «Todos estamos de acuerdo en que el nivel [de los estudiantes] ha bajado», apunta. La carta, sin embargo, más allá de los argumentos, constata el malestar de los docentes con la administración catalana por el estado del sistema educativo.