La comprensión lectora es la gran asignatura pendiente del sistema educativo y el principal factor que ha propiciado la caída de los resultados académicos de los estudiantes catalanes. Esta caída se ha acentuado aún más en los últimos años debido a los últimos resultados de las pruebas internacionales, como las pruebas PISA o las PIRLS -que son específicas sobre este ámbito de conocimiento-, pero también por los últimos resultados de las competencias básicas que lleva a cabo la administración catalana cada año. De hecho, es por este motivo que la actual responsable del área de Educación y Formación Profesional, la consejera Esther Niubó, se ha fijado como prioridad para la legislatura revertir la tendencia a la baja de los resultados y recuperar «la excelencia» del sistema educativo catalán. Sin embargo, esta caída pronunciada del nivel de los estudiantes en comprensión lectora no es nueva, sino que lleva más de una década arrastrándose.

Los resultados de las pruebas PISA del año 2003, organizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), muestran que los estudiantes catalanes obtuvieron una valoración media de 483 puntos; once por debajo de la media internacional, pero dos por encima de la media española. En las de 2006, los estudiantes catalanes ya comenzaron a empeorar el nivel, con una media de 477 puntos. Sin embargo, en esa misma edición, los estudiantes españoles obtuvieron una puntuación de 461, muy por debajo del nivel catalán, y especialmente del nivel internacional, que se situó en 492 puntos. En las siguientes, las de 2012, los resultados catalanes mejoraron significativamente hasta alcanzar una media de 501 puntos; cuatro por encima de la media internacional, y trece por encima de la media española, que se situó en 488 puntos. Desde ahí, sin embargo, ya comienza la caída. Las pruebas PISA de 2015 fueron las últimas con buenos resultados para los estudiantes catalanes. En detalle, la media de Cataluña fue de 500 puntos -uno por debajo de las anteriores de 2012-; cuatro por encima de la media internacional, que era de 496 puntos, y siete por encima de la media española, que se situaba en 493.

Estudiantes en un aula en una imagen de archivo / Europa Press

2018, el punto de inflexión

En las de 2018, la caída ya fue mucho más pronunciada. Los estudiantes catalanes volvieron a situarse por debajo de la media internacional, con una puntuación de 484 puntos -mientras que la media de los países de la OCDE era de 487 puntos. En cambio, se mantuvieron por encima de la media española, con una puntuación de 477 puntos. En las últimas, las de 2022, sin embargo, la caída ya se acentuó aún más. Los estudiantes de Cataluña obtuvieron una media de 462 puntos, muy por debajo de la media española, que se situó en 474, y de la internacional, en 476. Desglosando los datos, solo hay tres autonomías en el estado español que empeoraban los resultados catalanes: Andalucía, Melilla y Ceuta.

La caída de la comprensión lectora también ha quedado patente en los resultados de las dos últimas pruebas PIRLS. En las de 2016, Cataluña obtuvo una valoración media de 522 puntos, mientras que la media española se situaba en 528 puntos. Ambas medias, sin embargo, estaban por debajo de la europea, que se situó en 539 puntos. En las siguientes a realizarse, las de 2021, la media europea y la española cayeron ligeramente, bajando hasta los 528 y 521 puntos, respectivamente; mientras que la media catalana cayó de manera más acentuada hasta los 507 puntos de media. Es decir, una caída de quince puntos respecto a las anteriores evaluaciones PIRLS. El último estudio elaborado por la Fundación Bofill, el cual ha analizado al detalle los datos de las PIRLS, también apunta que «el sistema educativo catalán también tiene problemas para atender las diferencias y la complejidad»: «En Cataluña, los alumnos nacidos fuera del estado español obtienen puntuaciones más bajas que el resto», argumentan. En concreto, desde la entidad pedagógica, afirman que en Cataluña hay «38 puntos de diferencia por razón de origen en comparación a los 26 del estado».

El presidente Salvador Illa y la consejera Esther Niubó visitan una escuela de Granollers el primer día del curso / Europa Press

Las últimas medidas de la consejería de Educación

Para combatir el bajo nivel de los estudiantes catalanes en comprensión lectora, los actuales responsables del área de enseñanza, que han heredado una década de resultados a la baja, han puesto en marcha diversas medidas para revertir la tendencia. Entre otras, para este nuevo curso escolar, la consejera Niubó ha anunciado que se amplía la red de comprensión lectora. Hasta ahora participaban casi 350 centros educativos de todo el país, pero a partir de este curso esta medida se extiende hasta quinientos centros de Cataluña. Además, desde la consejería también mantienen el programa de usos lingüísticos en el ámbito educativo (ULAE), dotado con dos millones de euros, para los 500 centros que ya se estaba aplicando para que puedan organizar «actividades de uso y fomento de la lengua catalana».

Estas son las últimas medidas impulsadas por el departamento para revertir la tendencia de los malos resultados en comprensión lectora y, de esta manera, mejorar el nivel de los estudiantes del conjunto del sistema educativo catalán. De hecho, después de un año al frente de la consejería, Esther Niubó se mostró optimista en una entrevista en Els Matins de TV3 con que las próximas pruebas PISA ya permitirían ver algunas mejoras en los estudiantes catalanes. Sin embargo, la misma responsable del área también quiso bajar las expectativas y dejó claro que en el momento en que se llevaron a cabo -entre marzo y mayo de 2025- aún hacía poco tiempo que encabezaba la consejería, motivo por el cual aún no quedarían del todo reflejadas sus políticas educativas. Habrá que esperar, pues, a 2026, momento en que se publicarán los resultados analizados de las nuevas pruebas PISA.

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