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Clamor contra el decreto de autonomía de escuelas e institutos: “Es una farsa”

La llamada autonomía de los centros educativos es una cuestión polémica, pero en lo que todos los actores están de acuerdo es en el hecho que presenta problemas. Los expertos alertan que el decreto de autonomía mal aplicado es un peligro para el sistema educativo y la gobernanza de los centros, los sindicatos lo rechazan porque consideran que provoca “autoritarismo” de las direcciones sobre los profesionales y los directores, en cambio, lamentan que los deja “poco margen” para confeccionar convenientemente las plantillas. Las quejas son antagónicas, pero lo cierto es que todos los implicados tienen alguna.

El experto en pedagogía Jordi Perales cree que el planteamiento inicial del decreto de autonomía era positivo porque se pretendía que los centros pudieran decidir y adaptar el proyecto educativo a la realidad de su entorno. El problema, apunta, es como se ha llevado a la práctica, porque las direcciones “no tienen que rendir cuentas a nadie” y esto provoca distorsiones en el funcionamiento del sistema. 

Inspección no controla las direcciones

Cada principio de curso la dirección de cada centro tiene que presentar unos objetivos anuales y, cuando acaba el periodo lectivo, tiene que hacer una memoria que recoja si se han cumplido. Este documento tiene que pasar por el consejo escolar y por el claustro, y la inspección también lo tiene que evaluar. “Sea porque no interesa el tema o porque inspección va sobrecargada, este control no se produce. Incluso hay centros que no aprueban la memoria y no los pasa nada”, explica Perales. También critica que la inspección no compruebe que el proyecto educativo de cada centro, el que vendría a ser un tipo de constitución, se actualiza cada pocos años para adaptarse a los cambios sociales. 

El otro documento importante que marra, según Perales, es lo proyecto de dirección. Se trata de un documento que desarrolla el proyecto educativo del centro en los cuatro años de mandato de cada director. “Si se hiciera tal como manda la norma tendría que funcionar, pero el problema es que en el momento de seleccionar los directores hay trampas”, avisa. “Un centro con la dirección vacante tiene que convocar un concurso de méritos -la manera establecida para nombrar un director-, pero por ejemplo que la inspección no está contenta con los candidatos. Como que encabeza la comisión de selección del director, presiona los que se han presentado para que rechacen el cargo o los implicados en la elección para que no salgan elegidos”, explica como ejemplo del mal funcionamiento que denuncia. 

“Esto pasa mucho más del que pensamos y una vez el concurso queda vacante se nombra un director con carácter extraordinario para un año en vez de cuatro. Esto supone que la administración acaba eligiendo quién quiere como director a dedo”, alerta. El experto avisa que si todo el sistema se basa en esta selección y este punto no funciona “la autonomía de centro estalla por todas bandas”. 

Alumnos en una escuela de las comarcas gerundenses que ha recibido niños ucranianos a raíz de la invasión de Rusia Fecha de publicación: sábado 11 de febrero del 2023, 06:00 Localización: Barcelona / Girona Autor: Maria Belmez / Xavier Pi
Los mecanismos para elegir los directores de los centros escolares provocan debate / ACN

Los problemas derivados de la “farsa”

Las direcciones escogidas con la connivencia de la inspección y el hecho que puedan seleccionar parte de la plantilla con la creación de plazas estructurales genera un grave problema en el sistema. “Si gratas un poco puedes ver que en algunos casos es una farsa y que hay profesores contratados, por ejemplo, para hacer inglés, y en realidad hacen otra cosa”, advierte. Perales apunta que todo esto “no lo controla nadie” porque se ha preferido “dejarlo bajo el criterio del director”, que acaba haciendo el que cree en el centro. 

“Tenemos un problema de coherencia del sistema porque no hay un control efectivo sobre que se está haciendo, o bien porque no interesa o porque inspección va sobrecargada”, insiste Perales, que matiza que se inclina más por la primera opción. 

Pérdida de poder del claustro

Los sindicatos tampoco están satisfechos con el decreto de autonomía y mucho menos con el que cuelga, el de plantillas. De hecho, una de las reivindicaciones durante las movilizaciones de los docentes en los últimos meses ha sido la derogación de este decreto. La portavoz nacional de USTEC, Iolanda Segura, lamenta que los claustros hayan perdido todo el poder en favor de las direcciones. “Una dirección puede llevar su proyecto educativo y no tiene que pasar por el claustro, una sola persona decide la línea pedagógica y organizativa”, critica.

El que más preocupa el sindicato mayoritario de educación es la elige del personal. Se puede hacer de dos maneras, con una propuesta de continuidad del personal que ya trabaja en el centro o con la creación de plazas específicas para un perfil concreto. “Esto ha derivado en una situación en que las direcciones crean plazas en función de las personas que quieren contratar”, alerta antes de añadir que se ha creado una “red de clientelismo” en la escuela pública porque “se ha roto el principio de mérito y capacidad”. 

Esto provoca, según Segura, que si una de las personas que trabaja en el centro no convence el director la puedan despedir cortándole la continuidad. “Crea una dinámica autoritaria, el claustro pierde poder y el centro, democracia”, denuncia. “Las direcciones son unidireccionales y se crean unos claustros sumisos con poca capacidad de aportación”, añade antes de avisar que esto se está extendiendo “como una mancha de aceite”. 

La portavoz del sindicato USTEC-STEs (IAC), Iolanda Segura, atiende los medios durante un día de huelga / Europa Press

“Doble red en la escuela pública”

Otra de las denuncias de USTEC es que, a parecer suyo, este decreto crea una “doble red en la escuela pública” en función de la línea pedagógica. “No hay un proyecto educativo marco que los centros tengan que cumplir con algunas pequeñas diferenciaciones según el entorno social”, critica Segura, que cree que al final se acaba produciendo una “competición para ver qué escuela es más innovadora o transformadora”. 

En este sentido, Segura cree que la consellería tiene que marcar “criterios claros para los centros y no dejarlo todo en manos de las direcciones”. “Por ejemplo, con los cinco días laborales de julio, en vez de establecer qué horarios y días se tenía que hacer, cada centro decidió el que le pareció”, explica. 

Por su parte, la secretaria general de educación de la CGT, Marta Minguella, apunta que la autonomía sin recursos «se traduce en la creación de más desigualdades». «Vemos cada vez más que las dinámicas de la empresa privada se aplican a la pública, y esto es muy grave», insiste. Se refiere principalmente al decreto de plantillas, que establece que hasta un 50% de las plazas pueden ser cubiertas por aspirantes que responden a un perfil determinado que diseña la dirección. «La consellería dice que no se prioriza gente concreta, pero es una mentira absoluta. Se diseñan las plazas a medida para darlas a dedo, como se puede comprobar cada día en los centros», avisa.

También encuentra «muy grave» que los recursos para los centros se determinen según los resultados. «Crea competitividad dentro de la escuela pública y nosotros no defendemos el derecho a escoger entre varias escuelas, sino el derecho a tener una escuela de máxima calidad cerca de casa», explica. Se muestra muy crítica con el hecho que el sistema esté enfocado a la mejora de los resultados cuando «todos vemos que incluso empeoran». «Tenemos una de las segregaciones escolares más grandes y el departamento no ayuda nada dando cada vez más dinero a la concertada», concluye.

Los directores niegan que elijan a dedo y critican el “poco margen” del decreto

Los directores tampoco están satisfechos con este decreto, pero por una razón muy diferente. Carles López, director del INS del Deporte, asegura que no entiende las críticas de los sindicatos y que “vienen erróneamente” el decreto de plantillas. “Continuamente llegan currículums de profesores como si yo pudiera decidir a dedo quienes trabaja en el centro”, dice sorprendido. Señala que esta percepción está “muy lejos de la realidad” porque el decreto solo mujer “un pequeño margen” para que las direcciones busquen los perfiles genéricos de profesionales que necesitan. “En ningún caso permite una elige a dedo”, subraya. 

“Aunque nosotros digamos que necesitamos profesorado que sepa inglés, las plazas salen a concurso y tenemos que hacer entrevistas, no puedo decidir elegir un amigo mío por más que sepa este idioma”, insiste el director. Su caso todavía es más complicado porque dirige un centro de deportes. “Necesitamos profesores que hagan cosas muy concretas, pero el decreto no permite escoger una persona con el perfil específico del deporte que necesitamos”, critica. A la práctica, esto supone que en su centro puede llegar un profesor sustituto que estaba lo primero a la lista por antigüedad, pero que no sabe nada del deporte que tiene que enseñar. “Cuando me llega un profesor sustituto que tiene que dar clase de BTT lo tengo que arrastrar yo porque no sabe. Es como tener un alumno más que no sabe hacer esto en concreto”, explica. 

Por eso cree que la autonomía “tendría que ser mucho más grande” pero insiste que en ningún caso pretende “elegir a dedo”. “El que hay actualmente es un desastre absoluto para poder gestionar el centro y también para la formación de los alumnos. Hay que reclutar los mejores profesionales porque los formen bien, y esto solo se puede hacer con inversión”, exige. Para conseguir mejorar la calidad de la enseñanza, apunta, hace falta una “apuesta de país”. “Si no formas buenos profesionales nos vayamos a pique”, concluye. 

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