El feminismo es el movimiento que más cosas ha cambiado en los últimos años y el 8-M se ha convertido en una fecha muy esperada para continuar reivindicando la igualdad entre hombres y mujeres. Ha conseguido situarse en el centro del debate por primera vez en la historia, pero, a pesar de estos adelantos, hay asignaturas pendientes para el movimiento.
“Quedan muchas cosas para hacer”, avisa Isabel Villegas, experta en feminismo de la Universitat Pompeu Fabra. El objetivo más urgente e importante es situar en el centro del debate la masculinidad tóxica que todavía impera en muchos ámbitos de la sociedad. Para hacerlo, asegura, hay que analizar como “interpelar los hombres cis-heterosexuales” para que no se sientan “atacados” por el feminismo sino que se consideren “parte del movimiento”. “Tenemos que encontrar la manera de enseñarles como el feminismo les puede mejorar la vida, pero para hacerlo hace falta un debate más sano, más abierto y alejado del punitivismo”, señala. Además, cita cuatro ámbitos más donde el feminismo tiene que continuar avanzando:
1. Brecha salarial y techo de cristal
Una asignatura pendiente y crónica es la de eliminar la brecha salarial y romper el techo de cristal. “El feminismo tiene que continuar trabajando para revolucionar el patriarcado y el capitalismo, la única manera de poner fin a estas discriminaciones”, apunta Villegas, que cree que para resolverlo “se tiene que reiniciar” el sistema en el que vivimos. “El problema de la falta de acceso a lugares de trabajo o los salarios bajos son lo que hay detrás, la construcción del patriarcado”, insiste.
Por su parte, Nuria Sara, profesora de Filosofía de la Universitat de Barcelona y directora de la unidad de igualdad de la universidad, apunta que este es un ámbito donde se ha avanzado mucho en los últimos años, a pesar de que recuerda que a partir de mediados del mes de noviembre “es cómo si las mujeres trabajaran gratuitamente” por la diferencia de sueldo anual entre ellos y ellas. Otro mecanismo que se continúa usando para mantener la brecha salarial, apunta, es dar a las mujeres una categoría laboral inferior a la de los hombres pero con las mismas responsabilidades.

2. Abordar las violencias contra las mujeres
A pesar de que la asignatura pendiente que más visibilidad tiene es la de igualar los salarios con los hombres, Sara apunta que la cuestión más urgente es el abordaje de las violencias que sufren las mujeres. “Hay un nuevo tipo de violencia, la digital, que ha aumentado la percepción de ser juzgadas y atacadas”, señala la experta, que llama a abordar como sociedad las “inaceptables” cifras de feminicidios.
En este sentido, Villegas cree que el feminismo está virando hacia una tendencia “demasiado punitiva”. Lo dice en el sentido de que a menudo “se vende que los grandes logros son las leyes feministas” como la polémica ‘solo sí es sí’ cuando “en realidad son solo un paso intermedio”. “No nos podemos quedar aquí”, subraya. “Por ahora todo se mueve alrededor de las leyes que castigan, de las condenas y de las penas. Pero tenemos que avanzar hacia otras herramientas, conseguir que estas leyes no sean necesarias”, razona la experta.
Lo contrario, asegura, son “parches”, ya que entiende que lo que hace falta es “repensar las dinámicas del poder”. Estas dinámicas incluyen las relaciones sexoafectivas y las comunitarias. “El feminismo puede cambiarlo todo y se tiene que trasladar precisamente este mensaje”, concluye Villegas.

3. Igualar las tareas de casa y favorecer la conciliación
Otro clásico del feminismo y que la pandemia ha empeorado es la reivindicación de la conciliación laboral. “La Covid ha revertido los logros históricos que se habían conseguido en cuanto a la conciliación”, lamenta Nuria Sara. Apunta que no hay una programación o una gestión del tiempo que permita a las mujeres trabajar y vivir “sin dejarse la salud”, en especial durante la crianza o atención a las personas dependientes.
El teletrabajo, según apunta la directora de la unidad de igualdad de la UB, podría ser una solución a algunos de los problemas generados por la carencia de conciliación, pero sería también el origen de otras dificultades para las mujeres. “Si solo las mujeres se acogen al teletrabajo y no hay separación entre el ámbito profesional y el familiar mengua su participación social y política”, alerta Sara, que añade que las mujeres continúan siendo las que piden más medias jornadas o programas laborales flexibles. “También somos las que viajamos menos. Ellos hacen vida y política fuera mientras nosotras continuamos adentro”, critica.

4. Garantizar un feminismo interseccional y transversal
La interseccionalidad y la transversalidad son dos cuestiones capitales para las expertas. Sara llama a romper con la idea del feminismo como un movimiento protagonizado por mujeres blancas y de clase media o alta. “Tenemos que entender cómo otros ejes de opresión –la raza, la orientación sexual o la identidad de género– pueden confluir para hacer la vida de la mujer todavía más difícil”, razona la experta, que cree que algunas mujeres tienen una vida más complicada porque, al hecho de ser mujeres, se suman las etiquetas o adscripciones sociales. “Todos estos ejes disminuyen su rango de oportunidades, que ya es más bajo que el de los hombres por el simple hecho de ser mujeres”, añade.
Por eso, apunta a que si se lucha para obtener beneficios sociales para las mujeres, hay que tener en cuenta a aquellas que llevan cargas más pesadas y pueden quedarse atrás. “Es esencial que el feminismo sea lo máximamente inclusivo posible”, concluye.
Villegas también ve importante implicar a la gente de 50 años y 60 años en el movimiento feminista, porque las mujeres de esta edad sufren el machismo y los hombres, la masculinidad tóxica que les han inculcado.

La ansia de cambio, una buena noticia que no se puede pasar por alto
Villegas insiste en recordar que “se ha avanzado mucho” aunque no sea suficiente y celebra que en Occidente haya mucha más conciencia sobre qué es el feminismo y lo que supone. “Se mira qué es el hombre y la mujer con ansia de cambio y esto es muy importante”, subraya. También destaca que “quienes lo miran críticamente al menos se lo miran”, cosa que antes no pasaba. “Haberlo puesto en el foco es un gran logro”, insiste antes de concluir que el feminismo “ya es indispensable para todas las capas sociales” y esto en ningún caso se debe menospreciar.