La oficialidad del catalán en Europa sigue lejos de ser una realidad. Así lo ha reconocido este lunes el ministro español de Exteriores, José Luis Albares. En declaraciones a medios, Albares ha lamentado que aún no haya la «unanimidad necesaria» en el seno de la UE para llevar adelante una de las promesas clave de Pedro Sánchez para su investidura. La próxima jornada clave será el 18 de julio, el próximo viernes, cuando se debatirá el último memorándum de la Moncloa con escasas perspectivas de éxito. Aun así, el ministro se mantiene optimista: a su parecer, «habrá un día D» para el reconocimiento del catalán en Europa, aunque «no se puede garantizar que sea el día 18», ni ninguna fecha concreta en adelante.

Desde la Moncloa celebran que el tema se deba tratar en la reunión del próximo día 18, a raíz del memorándum que hicieron llegar a los miembros en el encuentro ministerial del pasado 27 de mayo. Para Albares, el encuentro del viernes permite mostrar las posiciones de cada uno de los gobiernos: «Ningún estado podrá esconderse y decir que no conoce lo suficiente la propuesta española, o decir que hay aspectos que no son lo suficientemente claros», ha defendido, reivindicando el documento. Con todo, considera que las conversaciones deben ser un escalón más en el reconocimiento del catalán, el vasco y el gallego. No hacerlo, alega, sería «una discriminación hacia España y hacia nuestra identidad nacional».

El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, durante una atención a los medios a la salida del Consejo de Asuntos Generales celebrado en Bruselas donde se ha abordado la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego / ACN

Votación, según el consenso

En el encuentro ministerial del próximo viernes se abordará la cuestión, si bien está previsto que solo se haga en forma de debate. Es decir, a priori no se recoge una nueva votación sobre la oficialidad del catalán en el seno del organismo. Ahora bien, según ha avanzado la Agencia Catalana de Noticias citando fuentes diplomáticas, en caso de un consenso lo suficientemente amplio se podría votar la cuestión. Ahora bien, las declaraciones de Albares alejan esta posibilidad, en tanto que revelan que aún hay gobiernos comunitarios que rechazan que el catalán, el vasco y el gallego se conviertan en lenguas de pleno derecho.

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