Xavier Torrens, sociólogo y profesor de Ciencia Política en la Universitat de Barcelona (Essen, Alemania, 1966), acaba de publicar el libro
¿Cómo nace Aliança Catalana?
Nace un poco azarosamente. Hay dos azares que se explican bien en el libro. Uno es un encuentro en un autocar que va de Ripoll en Barcelona para ir a una manifestación independentista en el momento del Proceso. En aquel momento, Sílvia Oriols todavía creía en el Proceso, como otros muchos catalanes, teniendo en cuenta que hoy en día es anti Proceso. Ella denomina processistes Junts, Esquerra y la CUP, y no los considera ni nacionalistas ni independentistas. En aquel momento ella creía, como otros, y va y se encuentra al autocar con una señora desconocida en todo Cataluña, pero muy popular a Ripoll, y dicen que tienen que hacer algo a Ripoll. Por lo tanto, no están pensando en Cataluña, no están pensando a escala nacional, sino solo a escala local, que tienen que hacer algo, porque no puede ser el que está pasando. De esta conversación surge el que diríamos el origen a nivel más proyecto del que sería una cosa que ni siquiera se habían pensado ni nombre ni nada, ni mucho menos tenían pensado sacarlo fuera de Ripoll. Después van a buscar unas siglas para presentarse y encuentran las siglas de Frente Nacional de Cataluña, que estaban resguardadas jurídicamente al cajón de una persona, que tenía tres siglas diferentes, y se decidieron por esta. Y se presentan a las elecciones municipales del 2019 después de los atentados del 17 de agosto en la Rambla de Barcelona y en Cambrils.
¿Los atentados son la causa?
Cuando empecé el libro no lo tenía claro, y ahora lo tengo claro y se desmienten parte de los análisis que se han hecho a primera vista. El atentado no es ni mucho menos la única causa del nacimiento, ni siquiera del ascenso, de Aliança Catalana. Es una de las causas, pero hay muchas causas, que es una de los descubrimientos que hace este libro. Porque, si fuera la causa, en 2019 Sílvia Orriols no habría sacado un regidor en un consistorio de 17. De hecho, pasó a tener solo 500 votos. Esto ha sido estudiado en política comparada con el caso de Marine Le Pen en Francia, o con el caso de Giorgia Meloni en Italia, o el de Alice Weidel en Alemania, o, incluso, el de Donald Trump en los Estados Unidos –que es la misma ideología, que académicamente hay un acuerdo internacional al denominarlo nacionalpopulista-. Cuando consiguen difundirse y a la vez tienen un líder carismático, es cuando crece el movimiento. Esto es el que hace entre el 2019 y el 2023. Lo que no consigue el 2019, porque solo tiene un regidor, que es ella misma, cuatro años más tarde sí que lo consigue, convertirse en la primera fuerza política de Ripoll, con 1.400 votos. Y no solo esto, un año más tarde, solo un año, diputada en el Parlamento.
Son muchas causas, pero el que tenemos que tener claro es que el nacionalpopulismo es una ideología y un partido político que marca tendencia en Europa y Occidente. Solo hay que ver que Marine Le Pen quedó primera en la primera vuelta a las elecciones legislativas francesas, que Giorgia Meloni es primera ministra en Italia, que Alternativa por Alemania ha quedado primero en un land y segundo en otro, que Donald Trump puede volver a ser presidente de los Estados Unidos y, si no, quedará segundo con millones de votos a su detrás, y a los países nórdicos tienen formaciones nacionalpopulistas muy potentes. Hasta ahora, hasta el 2023 a las elecciones municipales y en 2024 a las catalanas, Cataluña era un oasis, pero ya hemos dejado de ser el oasis europeo exento del nacionalpopulismo.

¿Como es el liderazgo de Sílvia Orriols?
Pues tan potente como el que pueda ser el de Marine Le Pen o el de Giorgia Meloni, a pesar de que no nos tiene que distorsionar la imagen que han obtenido un 3,7% a las elecciones catalanas. Un dato, que incluso desconocían los mismos líderes de Aliança Catalana es que, cuando empezó, Giorgia Meloni sacó un 3,7% de votos. Clavado. El mismo porcentaje que saca Sílvia Orriols en las primeras elecciones en el Parlamento a que se presenta. Y Meloni ha acabado siendo primera ministra de Italia. Por lo tanto, nadie se tiene que fijar en el hecho que el porcentaje es pequeño. O ponemos el caso de Portugal: Chega, que es el partido homólogo nacionalpopulista, el 2019 sacó un diputado y el 2024 ha sacado 50 diputados. De uno a 50. En consecuencia, este ascenso meteórico es el que puede acabar sucediendo en unas elecciones catalanas de ahora hasta el 2028.
¿Y si son en 2028?
Habrá un antecedente, que son las elecciones municipales. Hago pocos pronósticos, pero intento asegurarme que lo acierto en el análisis, y pongo la mano al fuego que en 2027 Aliança Catalana sacará muchos regidores y, posiblemente, varias alcaldías, pero seguro muy regidores, porque en las elecciones catalanas ha quedado en primera posición en muchos municipios donde no tiene ni un solo afiliado. Si esto pasa sin tener organización local, solo hay que pensar el que puede pasar ahora que tienen previsto, porque me consta, ir trabajando y buscando afiliados en todas partes.
¿Y de donde saca el voto?
Araña votos a otros partidos. En primer lugar, de Junts per Catalunya, en segundo lugar, de la abstención, de gente que se queda en casa, en tercer lugar, del voto en blanco. Es decir, gente que vota, pero todo así vota en blanco. En cuarto lugar, de Esquerra Republicana. Y aquí un inciso: Esquerra Republicana no es el primer partido del cual araña votos, pero sí que parte de sus líderes provienen de Esquerra Republicana. La misma Sílvia Orriols militó dos años a las Juventudes de Esquerra Republicana. El secretario de organización era de Esquerra Republicana, el número 2 por Girona fue regidor de Esquerra durando más de dos décadas, el diputado de Lleida era de Esquerra. Es decir, cuenta a pensar que solo lo sacan de un partido concreto.
Provienen de un partido de izquierdas, y han acabado defendido tesis de extrema derecha.
Aliança Catalana siempre ha sido situada a la derecha. Otra cosa es el origen de los dirigentes. Y, incluso, han arañado más votos de la CUP que de Vox cuando la misma Orriols pensaba, y por eso hizo determinadas declaraciones, que ella le podría tomar votos en Vox. Y, al final, parece que no pisa tanto el terreno de Vox, porque aquí hay la cuestión del nacionalismo, el catalanismo y el españolismo; y coge votantes catalanistas, en el sentido amplio de la palabra, que vuelan la independencia ya. Y el otro factor diferencial es el discurso sobre la inmigración y sobre la comunidad musulmana, que es un discurso enfatizando un rechazo social hacia la comunidad musulmana y hacia la inmigración en general. Este perfil tan característico hace que sea un polo de atracción, como en su día o en la actualidad lo son Marine Le Pen, Giorgia Meloni o Geert Wilders, de Holanda.
¿Estos son los principales referentes?
De hecho, ellos a quien más admiran, así me lo han confesado, es Marine Le Pen y Geert Wilders. Son sus principales referentes.
¿Y Giorgia Meloni?
Hay algún input que no les gustan de ellos, y no están tan próximos.

Antes ha dicho que en el próximo ciclo electoral puede haber un crecimiento considerable de Aliança Catalana. ¿Esto como se puede frenar?
La principal causa de un descenso seria que Sílvia Orriols, por las razones que sean, dejara la política. Este tipo de partidos tienen siempre un líder muy carismático, y cuando pierden el líder puede haber un terrabastall. De hecho, esta es la razón por la cual, contraviniendo sus palabras y los estatutos de Aliança Catalana, Orriols hizo compatible ser alcaldesa de Ripoll con diputada. Se encontraron con la disyuntiva que, si hacían cumplir los estatutos, perdían el que caracteriza un partido nacionalpopulista: un líder carismático. Otra causa seria que tuvieran escisiones internas o que expulsaran determinados líderes. En el libro hago público por primera vez que hubo un problema en la hora de confeccionar las listas por Barcelona.
¿Cuál?
Estaba previsto que el cabeza de lista fuera Jordi Aragonès, que es el primo del presidente Pere Aragonès, y que el segundo fuera el secretario de organización. Y, al final, pusieron a otro afiliado, y entonces lo primero quedó segundo y el segundo, tercero. Por lo tanto, aquí ya hubo ciertas fricciones. Un partido grande se lo puede permitir, pero en un partido pequeño puede ser un problema. En consecuencia, si controlas causas internas, no habrá descenso.
¿Y por qué se podría producir un ascenso?
Primero, porque el nacionalpopulismo es lo primero, segundo, máximo el tercer partido, en todo Europa y de Occidente. Miramos el caso de Trump, el caso de Le Pen, el caso de Meloni, etcétera. Es decir, son partidos que no están a la cola. De momento, este partido ha entrado y está a la cola, pero no es el habitual en estos últimos años. Más bien, el que es raro, o extraño, es que haya tardado tanto a aparecer un partido de esta ideología en Cataluña. Por lo tanto, esto es el previsible. Y en este ascenso, encima, tendrán la ventaja, probablemente, pero esto no podemos saberlo, si las elecciones catalanas son el 2028, porque habrá el precedente de las elecciones municipales. Si la orden es este, primero las municipales y las catalanas, querrá decir que tendrán todo un sostrat territorial muy fuerte que hasta ahora no habían tenido nunca. Por lo tanto, podrán preparar muy bien las elecciones catalanas, a diferencia de ahora. Por lo tanto, el previsible es que haya un ascenso y que tenga un grupo parlamentario.
¿Con cuántos diputados?
No lo sé, porque soy politólogo y sociólogo, y no soy un adivino. Pero si hacemos previsiones, teniendo en cuenta las proyecciones de Le Pen, Weidel o Meloni, etcétera; está claro que estarán muy alto en el ranking de partidos políticos. Sé que esto puede extrañar, pero, a escala del estado español, ¿quien decía que podría irrumpir Vox? Éramos pocos los que decíamos que había un sustrato sociológico que, tarde o temprano, haría que también hubiera un partido así al resto del estado.
Antes comentaba que son los únicos que defienden la declaración de independencia, pero, en cambio, centran su discurso en la inmigración y la inseguridad.
Ellos creían internamente que competían con Vox. La misma Orriols lo creía, y me lo confesó en las entrevistas, pero ahora se ha dado cuenta que no. Compiten con los otros partidos independentistas, no con Vox. Obviamente, también sacan algunos votos de Vox, pero es residual o testimonial en comparación con el que sustraen de Junts, de la abstención, de Esquerra Republicana, del voto en blanco y, incluso, de la CUP. Ellos ya saben que el electorado los ve como los más independentistas porque ellos se presentan como nacionalistas radicales, y no tienen ningún problema a presentarse como tal. Es más, tildan los otros partidos independentistas como no independentistas, como no nacionalistas, los califican de processistes y consideran que ellos son los auténticos nacionalistas. Esto es habitual. También lo hacen Le Pen en Francia o Weidel en Alemania. Ellos no necesitan demostrar que son independentistas. El electorado ya lo da por hecho. Por lo tanto, en el ámbito de marketing político, y sobre todo electoral, no necesitan repetir esto reiteradamente.
¿Y en que basan su estrategia?
El ideólogo de la Aliança Catalana, Jordi Aragonès, se basa mucho en la estrategia electoral de Steve Bannon, que fue el estratega electoral de Donald Trump. Tiene una obsesión, una fijación con Steve Bannon. Sigue mucho sus pautas. Y tiene claro que solo puede dar dos o tres mensajes. A pesar de que el programa electoral tiene más de 30 puntos, en el ámbito comunicativo solo se fijan en dos o tres cosas. Se centran a decir que Cataluña es insegura y que la inseguridad la provocan los inmigrantes. Y así construyen el discurso político.
Un discurso xenófobo.
La narrativa, o el discurso político de la Aliança Catalana, es de xenofobia y de islamofobia. Hasta el punto, y eso sí que es algo más extraño, y quizás es más extraño que la misma Orriols reconoce su islamofobia, cosa que fijémonos que Abascal no ha dicho de forma tan clara. Otra cosa es que Abascal haga un discurso con islamofobia, pero nunca ha dicho que es islamòfob. Es más, a veces intentan matizarlo. En el caso de Aliança Catalana no hay estos matices. Directamente, reconocen que tienen islamofobia, no dejan tan claro que tengan xenofobia, pero, efectivamente, es un discurso en contra de la inmigración. Pero son los disparos principales de un partido nacionalpopulista.
Al libro también señala que están usando una confluencia. ¿En que consiste esto?
Ripoll tiene una trilogía. Es la mítica cuna de Cataluña, y esto entronca con el independentismo y el nacionalismo, y a partir de aquí hacen el discurso que ellos son los auténticos independentistas. Por otro lado, es el origen del atentado del 17 de agosto de Barcelona y Cambrils. Por lo tanto, ellos se presentan como el principal freno del islamismo radical, y ellos consideran que todo el islam es islamismo radical. Esto es como decir que ETA eran todos los vascos. Hacen caer en esta trampa una parte de la sociedad, o de sus electores, y después es el epicentro de Aliança Catalana porque empezaron y cerrar la campaña a Ripoll, el primer congreso lo han hecho a Ripoll y la única alcaldía que tienen es a Ripoll. Todos los partidos nacionalspopulistes hacen la misma narrativa: el pasado fue glorioso, hace más de mil años a Ripoll, el presente es nefasto por culpa de los políticos, y por eso ellos se presentan como si no fueran políticos, y el futuro será salvado, por eso tienen el lema
Pero Sílvia Orriols accedió al poder a Ripoll porque el resto de formaciones no se pusieron de acuerdo.
He hablado con todo el consistorio municipal, que son 17 regidores, y parece que esto también lo pone a cuerpo descubierto el libro. Fue clave un tuit de Laura Borràs. Más de lo que nos pensamos, porque impactó muchísimo en los regidores de allá, de todos los partidos políticos. Si vamos a la hemeroteca, veremos que Laura Borràs dijo que ella no creía que Junts se tuviera que oponer al hecho que Orriols gobernara. Después Junts se desmarcó, como formación política, pero la piada de Borràs ya había llegado. Esto no rompió del todo las conversaciones que había en los partidos políticos locales, pero las dificultó. Esta es una de las razones. De hecho, hasta minutos antes del pleno municipal de toma de posesión, el único que se sabía era que la alcaldía seria para una mujer, porque había tres candidatas. La candidata de ERC era una mujer, la candidata de Junts era una mujer y la candidata de Aliança Catalana era una mujer. Y minutos antes, y por WhatsApp, Junts dijo que, si los votaban a ellos, después continuaría negociando, pero no fue así.

¿Y por qué no se ha presentado una moción de censura?
Durante unos meses se habló mucho de hacer una moción. Es cierto, que hay 11 de los 17 regidores que están en contra de Orriols, frente a los 6 regidores de Aliança Catalana, pero no hay bastante para juntarlos porque hay la disputa de si la alcaldesa tendría que ser Chantal Pérez (ERC) o Manoli Vega (Junts).
Y así ha accedido a la alcaldía, y al poder, y recientemente ha hecho el salto en el Parlamento. ¿Cómo se tiene que actuar contra este tipo de discurso?
No se tiene que utilizar el sentido común, sino el análisis del que ha pasado en otros países por saber que hay que hacer. En el Parlamento se están cometiendo errores. Y me extraña que se cometan errores, pero el hombre es el único animal que tropieza dos veces a la misma piedra. Hay dos errores que ya se han cometido en estos momentos en el Parlamento, y esto no está en el libro, y, de hecho, es la primera vez que lo digo públicamente. Uno es haber arrinconado arriba de todo del hemiciclo, a la derecha, Sílvia Orriols, que es la única líder de un partido político que no está en el centro del hemiciclo. Esto es un error, porque sus votantes, y sus electores, entonces la ven como una mártir, como una víctima. Claro que, para los otros votantes y a los otros partidos, es ‘yo te rechazo’, pero es un incentivo para la gente que potencialmente puede votar a Aliança Catalana. Lo están presentando como la víctima, la mártir, como la única política que está en contra de la élite o el establishment político. Este es un error. Y el otro error lo está cometiendo el presidente del Parlamento, Josep Rull, cada vez que la interrumpe para que no diga determinadas cosas sobre el islam.
¿Por qué?
Porque se presentan como víctimas porque no tienen libertad de expresión. Es decir, se presentan como los que defienden la democracia al máximo. Y hasta el punto que, finalmente, parece que el presidente del Parlamento acaba de decir que pedirá un informe sobre que hacen otros parlamentos. A ver, es que en los otros parlamentos… ¿Quién le retira la palabra a Giorgia Meloni cuando es primera ministra? Nadie. ¿Y a Marine Le Pen? Nadie. Cuenta, porque haciendo cosas que podrían ser razonables por el sentido común, por no haber analizado el que hay en política comparada, el que se está haciendo es presentar una víctima. Y esto es repetir el que pasó a Ripoll.
¿Qué pasó en Ripoll?
En Ripoll, cuando le hicieron el cordón sanitario, ella se presentaba como ‘yo soy la única de 17 regidores que está en contra de gente que no quiere hablar del atentado yihadista’, etcétera. Se presenta como la política antipolítica. Y alguien puede decir: ¿pero como es que un partido que es lo más escorado a la derecha se presenta como antisistema, que sería lo más escorado a la izquierda? Pues bien, es que esto es una cosa habitual en el nacionalpopulismo. Tienen tácticas electorales parecidas a los partidos más situados de la izquierda. Hasta el punto que el día de las elecciones catalanas, Sílvia Orriols iba con una camiseta que decía «Revuelta». Vestida parece más como una candidata de la CUP que no una candidata de la derecha con traje.
¿Los cordones sanitarios funcionan?
Estas cosas no se pueden improvisar, se tiene que analizar bien el que pasa. Yo hago un juego de palabras en el libro y es que los cordones sanitarios, en vez de un cortafuego, acaban siendo poner más leña al fuego. Sirven para poner más gasolina al fuego.
Escribe que «comprender el mundo del orriolisme es una manera de entender el mundo de hoy». ¿Por qué?
Pues porque vivimos en una década en la cual, de hecho, Cataluña ha llegado tarde. La xenofobia y la islamofobia han salido del armario. Hoy en día, abiertamente, a las cafeterías, a los bares, a las comidas familiares, al trabajo, mucha gente dice con orgullo que rechaza los inmigrantes, o dice con orgullo que no puede haber presencia musulmana en Cataluña, o dice con orgullo cosas que antes se decían con voz queda, o a escondidas.
¿Esto es un fracaso de los partidos tradicionales?
Es un fracaso de la democracia como tal, y un fracaso de los partidos tradicionales, que no han sabido diseñar políticas públicas y de impacto social. Los partidos, en general, se han dedicado más a hacer un discurso simbólico de ir en contra de Orriols y Aliança Catalana, pero han hecho muy poco para diseñar políticas públicas e impacto social. Pondré dos ejemplos: uno de política de memoria democrática y el otro de política educativa. Orriols ha inaugurado el primer monumento en las víctimas del atentado yihadista. ¿Cómo puede ser que en 7 años a nadie se le hubiera ocurrido, en el Ayuntamiento de Ripoll, hacer un monumento a las víctimas del terrorismo yihadista? Y, por otro lado, en el instituto de secundaria de Ripoll es un tema tabú el atentado yihadista, y todos los prejuicios. Hay dos tipos de prejuicios. Hay el prejuicio del islamismo radical y el prejuicio de la islamofobia. El más complejo es abordarlos los dos. Las dos posturas que hay, y no solo a Ripoll, sino en todo Cataluña, es que hay que denunciar el islamismo radical –y esto, al final, solo lo hace un partido nacionalpopulista, porque es su mensaje– o bien que hay que denunciar la islamofobia. Cuando el que hay que hacer es denunciar los dos prejuicios.
Y como se hace esto?
En el caso de un instituto de política educativa, haciendo talleres, no denunciarlo políticamente. Si no haciendo talleres para bajar la islamofobia, que es el rechazo a las personas musulmanas, pero también rechazar el islamismo radical, porque el islamismo radical, si volvemos a los videos de estos jóvenes de Ripoll, eran homofòbics, eran racistas antioccidentales, eran misóginos, eran… Hay que trabajar todo esto. Una de las cosas que he descubierto, y dique descubierto porque no me lo esperaba, es que después de los atentados del 17 de agosto se hizo un informe, de más de 100 páginas, al Consejo Comarcal del Ripollès, que era quién lo coordinaba con la Generalitat y con el Ayuntamiento. En este informe, el que descubrí, porque me lo he leído todo, es que solo sale una vez la palabra ‘islamismo radical’. Cómo quieres trabajar el problema si ni siquiera lo denominas? Aquí el tema es que no se trabaja desde esta complejidad.
Con este escenario, ¿se puede salvar Cataluña del nacionalpopulismo?
Bien, esta es la única pregunta que dejaré que respondan los lectores después de leer el libro. Si con los datos que hay se pueden responder dos preguntas: ¿de quién y de que hay que salvar Cataluña?