La ley de amnistía cumple un año sin haber logrado el objetivo de poner a cero el contador del conflicto catalán por la negativa de los jueces del Tribunal Supremo a aplicar el perdón a los líderes independentistas sobre los que aún pesa el delito de malversación: Carles Puigdemont, Toni Comín, Lluís Puig, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Raül Romeva y Dolors Bassa. En el caso de los tres exiliados, la no aplicación de la ley de amnistía mantiene vigentes las órdenes españolas de detención y les impide regresar a Cataluña, mientras que el resto de dirigentes independentistas continúan inhabilitados.
El 30 de mayo de 2024, el Congreso de los Diputados aprobaba definitivamente la ley de amnistía entre abrazos de los diputados de Junts y ERC, que ahora coinciden en señalar a los jueces como los grandes culpables de no aplicar la ley. Por su parte, los Comuns confían en que el Tribunal Constitucional pondrá “orden” a finales de junio, cuando está previsto que avale la constitucionalidad de la norma, y el PSC defiende que es una “buena ley”, pero se niega a criticar abiertamente los obstáculos del Tribunal. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha dicho desde Japón que respeta las decisiones del poder judicial y ha criticado la “obstinación de algunos de negar la realidad”, sin ir más allá y pidiendo que la ley de amnistía se aplique “de forma ágil y efectiva”.

La clave de todo ello, como ha explicado en diversas ocasiones este diario, es qué pasará con los recursos de amparo presentados por los líderes independentistas por la no aplicación de la ley. Hace meses que se da por hecho que el TC avalará la ley, pero no está tan claro si se quitará de encima las carpetas más polémicas y dictará que son los tribunales ordinarios los encargados de aplicar la amnistía en cada caso concreto.
El independentismo alza la voz
El secretario general de Junts, Jordi Turull, no es tan optimista como los Comuns y considera que el pronunciamiento del TC no le beneficiará. “Habrá la sentencia del TC, pero los Llarenas, Marchenas y la gente que forma parte de la crosta de la toga nuestra persistirán hasta que Europa les hable los pies”, ha augurado en declaraciones a la Agencia Catalana Noticias (ACN), que ha hablado con varios portavoces y líderes políticos sobre la efeméride. Con todo, Turull garantiza que el independentismo persistirá. “Nos saldremos tanto con la ley de amnistía como con lo que empezamos en octubre de 2017”. Desde Junts mantienen que es una “buena ley” porque reconoce que la “represión que no debería haber pasado”.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, considera que la ley de amnistía es una “gran victoria política” y un “fracaso judicial”. Rufián denuncia que “una parte del estado y del poder judicial español está podrido” y va en contra “de instituciones democráticas” porque “no les gustan sus ideas”. El diputado republicano también considera que la “solución” a la amnistía será “internacional y europea” y ha apostado por “reformar y democratizar” la judicatura para evitar que haya “tantos Peinados y Marchenas”. El eurodiputado de los Comuns Jaume Asens, uno de los negociadores de la amnistía, también hace un balance negativo de la aplicación de la ley. “Un año de incumplimiento en que los jueces están desobedeciendo el mandato de las urnas”, lamenta. Igual que Turull, Asens sospecha que el Supremo tiene un “as en la manga” para no aplicar la amnistía, aunque confía en que el TC tiene “suficientes recursos” para obligarlos.