No es un litigio sobre arte. Ni de lejos. Y cada reacción de las autoridades autonómicas y estatales de Aragón certifica esta realidad. Ni criterios técnicos, ni jurídicos, simplemente evitar que un museo de prestigio como es el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) tenga unos frescos que se salvaron de su destrucción solo por el hecho de que se encuentran en un museo catalán. La prueba son las últimas declaraciones del presidente autonómico aragonés, el popular, Jorge Azcon. «La sentencia se cumplirá por las buenas o por las malas», amenazó después de que ayer el MNAC presentara el incidente de ejecución ante el juzgado de Huesca, por «imposibilidad técnica» de cumplir la resolución sin poner en riesgo las obras.
En unas declaraciones, recogidas en su cuenta de X, Azcon asegura que «la sentencia de las pinturas murales de Sixena se ejecutará por las buenas o por las malas, porque a los aragoneses nos gusta cumplir la ley». Así, reprocha que el Patronato, cuando estaba trabajando el equipo conjunto, con miembros y técnicos designados por el gobierno aragonés, haya comunicado al juzgado esta dificultad para cumplir los términos del retorno de las pinturas.
«Nos sentimos engañados», ha añadido, aunque desde el minuto cero el MNAC puso sobre la mesa esta posibilidad. «Para nosotros lo más importante es que estas pinturas no sufran daño alguno, porque son nuestras, porque son de los aragoneses, y por lo tanto nosotros nos empeñaremos en que esta sentencia se cumpla por las buenas o por las malas», concluye.

Retirada
En este sentido, cabe destacar que el MNAC informó del trabajo conjunto que se estaba llevando a cabo con los técnicos designados por cada administración participante en el pleito. Los aragoneses, sin embargo, retiraron a sus técnicos y ahora, es el mismo presidente Aragonés quien critica las dudas del MNAC sobre el traslado por el riesgo de dañar los frescos de la sala capitular de Sixena. Amenaza del presidente de Aragón: «La sentencia se cumplirá por las buenas o por las malas»