La ultraderecha amplía su argumentario en el inicio de 2024 con nuevos elementos que nutren una de sus mejores armas, la desinformación. Los diversos canales de comunicación, plataformas, redes sociales y el gran mercado que supone internet son hábilmente utilizados por movimientos, formaciones y partidos que abocan las famosas fake news (noticias falsas), tesis antiglobalistas, contra el sistema de mercado, contra los liderazgos democráticos y teorías de la conspiración que ganan realismo con hechos de la actualidad. Es un patrón que se repite en el ámbito internacional, catalán y español con intensidad similar.

En el caso de Cataluña y España hay dos elementos que han ganado protagonismo este final de 2023 y de los primeros días de 2024, aprovechando el contexto político y social. En concreto, es la sequía y el «pacto de la amnistía» entre las izquierdas españolas y el independentismo catalán y vasco para mantener a Pedro Sánchez como presidente español. Así se desprende de los canales de distribución de estos movimientos que, a menudo, enlazan o difunden noticias de Vox u otras formaciones ultraespañolistas. Es la ofensiva de la desinformación de la cual la última Estrategia de Seguridad Nacional 2022 española ya alertaba, en negrita y subrayado.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, saluda el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, antes de reunirse el 15 de marzo del 2016

Nuevos elementos de preocupación para los servicios de seguridad

La sequía y la amnistía, son, por tanto, dos elementos que se añaden a los movimientos negacionistas (y estrambóticos) habituales de los últimos años, entre los cuales hay los antivacunas de la Covid-19, los grupos que alertan contra los «efectos perniciosos y de dominio del 5G y el wifi», los que denuncian la corrupción generalizada y la «pedofilia de las altas instancias políticas», los que ven ovnis dominando a la población, los obsesionados con las chemtrails o los que temen una intoxicación por grafeno a escala mundial a través de cápsulas de ibuprofeno. A todo esto, hay que añadir el apoyo que pueden tener estos canales, como por ejemplo la inteligencia artificial, la continuidad de la guerra de Ucrania, el estallido del conflicto de Gaza o el flujo migratorio que espolea el supremacismo blanco.

Tanto el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) –los servicios secretos españoles– como su brazo informático, el Centro Criptológico Nacional, como las comisarías generales de información de Mossos d’Esquadra y del Cuerpo Nacional de Policía, así como el Ministerio de la Presidencia, a través del Procedimiento de actuación contra la desinformación, una estrategia aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional, han reforzado la lucha para detectar estas plataformas de difusión. De hecho, los servicios de seguridad admiten que ven más riesgo hoy por hoy en la difusión de estos argumentarios que no en las acciones del extremismo violento porque «carcomen y deslegitiman el sistema democrático». De hecho, el CNI puso en marcha a finales del 2020 Elisa, una herramienta altamente especializada para cibervigilar estas «narrativas». El primer año de actuación, Elisa pudo detectar hasta 150 plataformas, «potencialmente maliciosas sobre contenidos antiglobalistas», según el Consejo de Seguridad del Estado.

Puerta de entrada en la sede estatal del CNI, a la carretera de La Coruña/CNI
Puerta de entrada en la sede estatal del CNI, a la carretera de La Coruña/CNI

Cómo alimentar la narrativa de la desinformación

Pero ahora los generadores de desinformación están haciendo el agosto con el pacto de socialistas, comunes e independentistas catalanes y vascos que mantiene a Pedro Sánchez como inquilino de la Moncloa. De hecho, no lo denominan ni pacto, porque se ha rebautizado como «golpe de estado» y se ha convertido en el alimento de la desinformación española, enfatizando el acuerdo por la amnistía de los procesados y condenados a raíz del Procés soberanista. La sequía también ha entrado con fuerza y más cuando, en Cataluña, el gobierno quiere aprobar un decreto de emergencia que ordenará fuertes restricciones para la población.

El argumentario de la extrema derecha para la desinformación tiene como objetivo, según los expertos de Elisa, «la desestabilización del sistema democrático, la deslegitimación de las instituciones y el cuestionamiento del pluralismo político». Por lo tanto, la amnistía y las izquierdas al poder son el combustible ideal para estas narrativas ultraderechistas. De hecho, han sido alimentadas también fuera de los circuitos de internet, chats y canales de difusión de Telegram u otras redes sociales, como por ejemplo con el posicionamiento público de formaciones políticas como el PP o Vox, con una altísima representación política e institucional.

Un hecho que los analistas de los Mossos d’Esquadra consultados por El Món interpretan de dos maneras. Por un lado, los hay que creen que los partidos con representación que «compran sus tesis los animan todavía más en sus actividades». Pero otros expertos policiales consideran que, «una vez institucionalizados, se neutraliza el efecto de estos discursos o argumentos en los canales de distribución». «No hay una opinión compartida entre los analistas de inteligencia», admiten fuentes de la Comisaría General de Información, que también tiene una herramienta propia de monitorización, el programa Voyager.

Las manifestaciones de Ferraz, un ejemplo

Las conexiones de estas plataformas con la representación institucional de formaciones como Vox o PP se ha patentizado con las manifestaciones y protestas ante la sede del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid. Convocatorias que replican las narrativas de la desinformación a través de los canales de comunicación ultraderechistas contra el acuerdo de amnistía, que insisten en bautizar como «golpe de estado», y que han sido espoleadas por declaraciones de líderes de Vox o por miembros del PP que después se han desentendido de ello. Manifestaciones que también han sido muy bien vistas por medios de comunicación estatales que han blanqueado el tono y el alma de las protestas y sus lemas.

Incluso, las críticas de las formaciones políticas han traspasado fronteras y los mismos argumentos y lemas han sido expuestos por los parasindicatos de la Guardia Civil, hecho que ha comportado una investigación interna del Ministerio del Interior, ordenada por el mismo ministro, Fernando Grande-Marlaska. En esta línea, el PSOE ha llevado a la fiscalía las declaraciones de Santiago Abascal, líder de Vox, a los medios argentinos con que sugería al pueblo español «colgar de los pies Pedro Sánchez», en clara referencia al ajusticiamiento de Benito Mussolini por parte de los partisanos, al acabar la II Guerra Mundial en Italia.

Encapuchados increpan la policía a la manifestación ultra contra la amnistía a Madrid / Fernando Sánchez / Europa Press

La sequía, otro argumento

Uno de los temas protagonistas que ha arraigado bastante en la narrativa de la ultraderecha es la sequía, que relacionan con el estrafalario negacionismo del cambio climático y el «peligro de la agenda 2030», la estrategia por un crecimiento económico sostenido y sostenible. La carencia de lluvias se asocia a las «políticas geoestratégicas y la política geoclimática a través de la geoingeniería al servicio de los poderosos», que no tienen otro trabajo, según la ultraderecha, que «modificar el clima y la meteorología a su connivencia y placer». Ahora también incluyen la supuesta amenaza de «confinamientos climáticos que impulsan presuntos ecologistas en el servicio de los poderosos con la excusa de reducir la contaminación».

A esta visión excéntrica, se une uno de los fenómenos del año 2023, el relato sobre las chemtrails, es decir, las estelas que dejan los aviones en el cielo por efecto de la combustión y las temperaturas de la atmósfera. La fiscalía de Barcelona se vio en la obligación, el pasado mes de julio, de emitir un informe negando todo tipo de conspiración ante la avalancha de denuncias que recibía. El fiscal en jefe de Medio Ambiente de la demarcación de Barcelona, Antonio Pelegrín, tuvo que certificar a través de un decreto de archivo que no existía ninguna “supuesta manipulación de las nubes” con el objetivo de evitar que llueva. Incluso los telefonistas del Parlamento de Cataluña comentan en El Món que varias veces telefonean ciudadanos «reclamando explicaciones al poder institucional sobre las estrellas del cielo para cambiar el clima».

La postpandemia, los chips y el 5G

A pesar de esta renovación de argumentarios, rebrotan con fuerza las tesis conspirativas a raíz de la Covid-19. Ahora es especialmente intensa la campaña de la narrativa de la ultraderecha española que asevera que las «vacunas ya tienen el efecto deseado de los poderosos». Este «efecto» consistiría en la «modificación del ADN de las personas vacunadas así como la implantación de microchips» a través de las vacunas, especialmente de Pfizer, todo auspiciado por personajes como por ejemplo Bill Gates o George Soros, a los que también se las apañan para relacionar con el independentismo catalán. También uno de los nuevos ítems de la campaña de desinformación es la «contaminación de grafeno a través de las pastillas de Ibuprofeno»: los mismos canales dan diversas, variadísimas e inverosímiles explicaciones sobre los efectos del grafeno en el cuerpo humano.

Pero, siguiendo el relato de las redes y las plataformas de la extrema derecha, pocas personas deben de quedar sanas en el planeta. Varios canales que monitorizan los servicios de inteligencia y de seguridad detallan «el ataque que el poder lleva a cabo con el wifi y lo 5G». La teoría cada vez gana en sofisticación. Los videos compartidos últimamente definen este «ataque» de dos maneras, que se entremezclan con las teorías sobre la Covid. Por un lado, ‘informan’ sobre el hecho de que, según ellos, el «5G modifica la secuencia de las moléculas de oxígeno y asfixia a la población, que cree que tiene Covid o gripe y así se deja vacunar».

El otro mecanismo todavía sería más pernicioso, y también más surrealista: es el que plantea que el 5G y el wifi «atacan a los miles de parásitos y bacterias que tiene el cuerpo humano, los hacen excretar toxinas que debilitan el sistema inmunitario», cosa que convierte los ciudadanos en población vulnerable. Según los nuevos mensajes de este Fin de año, China, Italia, Irán y Corea son los estados que emiten estos «cañones de 5G». En cuanto a Cataluña, se añade un quinto cañón, que serían los «cruceros», unos visitantes habituales del Puerto de Barcelona.

Parto de un informe sobre las campañas de desinformación de la ultraderecha monitorizadas por el CNI a través del CCN/QS
Parte de un informe sobre las campañas de desinformación de la ultraderecha monitorizadas por el CNI a través del CCN/QS

Corrupción, pedofilia y ovnis, los clásicos españoles

La justicia y el Estado no se han quedado con los brazos cruzados el 2023 ante las campañas de desinformación. En el juzgado central de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, el magistrado Joaquín Elías Gadea decidió procesar el ex juez Fernando Presencia y un histórico ultraderechista de Cataluña, Alberto Royuela, inspirador del famoso Expediente Royuela, un auténtico delirio conspiranoico de asesinatos perpetrados por miembros de la fiscalía, judicatura y fuerzas de seguridad.

La Audiencia Nacional enchironó al juez –que utilizaba sus conocimientos en derecho procesal para emmarañar el caso–, imputado también por una posible organización criminal en torno a Acodap, el acrónimo de Asociación contra la Corrupción y en Defensa de la Acción Pública. Una entidad que habrían utilizado para difundir noticias notoriamente falsas sobre la corrupción y pasar factura a los consumidores. Los canales que fomentan el apoyo al juez Presencia y a los descendentes de Royuela también incluyen los ovnis, que ven como elementos de dominio de la población, y la pedofilia, que según ellos ejercerían altos cargos del Estado, dirigentes políticos, económicos y sociales.

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