El presidente al exilio, Carles Puigdemont, se ha mojado este viernes por la mañana a través de Twitter y ha dado su opinión ante la enorme retahíla de opiniones que han aparecido a raíz del pacto de Junts y el PSOE que ha convertido Francina Armengol en la nueva presidenta de la mesa del Congreso: «Leyendo algunas reacciones y análisis, creo que hay que relatan por encima de sus posibilidades», empieza la piada. Puigdemont lamenta que el resto de formaciones políticas, especialmente las españolas, no han considerado nunca a Junts como el que es: «Mientras no han tenido necesidad de Juntos, los de allá y los de aquí no han tenido nada de interés a conocer qué era ni que pensaba y se han contentado con la caricatura debidamente alimentada por sus amplios círculos de influencia mediática«, comenta.
El presidente al exilio, pero, asegura que esta dinámica ha cambiado, a pesar de que los poderes mediáticos no sean capaces de reconocer que «se han equivocado» sobre la manera de tratar a Junts: «Ahora que la necesidad los estrecha, y como que no han tenido más remedio que empezar a hacer tratos, perciben que la realidad no es exactamente como se lo habían pintado. Pero la conclusión a que llegan a partir de aquí no pasa, ni un segundo, para pensar que quizás la narrativa construida sobre Junts no era correcta y que han vivido en el error todos estos años», sentencia.
Por Puigdemont, la lectura que han hecho desde Madrid sobre el papel de Junts en estas negociaciones por la Mesa entiende que «Juntos ha vuelto al redil, que Juntos ha entendido de qué va esto de la política y ahora ‘es diferente'». Es decir, como si ahora el partido de Borràs y Turull hubiera hecho un viraje inesperado negociante de este modo.
Las claves por la investidura
El presidente al exilio, Carles Puigdemont, ha valorado positivamente el acuerdo entre Junts por Cataluña y el PSOE para la Mesa del Congreso porque “no iba de cargos” y ha reconocido que “a algunos los parecerá demasiado, y a otros los parecerá poco”, pero también ha advertido los socialistas que “la investidura está exactamente allá donde estaba el día siguiente a las elecciones”. Es decir, en las exigencias de amnistía y autodeterminación que han defendido firmemente desde el día siguiente a las elecciones.