Finalmente, el presidente de la Generalitat al exilio, Carles Puigdemont, ha confirmado que asistirá a la 55ena edición de la Universidad Catalana de Verano (UCE) que se celebra en Prada, el Conflent, esta semana. Según ha podido saber El Mundo, de fuentes de Waterloo, el presidente participará en un homenaje a Pau Casals, en la conmemoración de los 50 años de su muerte. Es una encuentro inédito que reunirá hasta cinco presidentes, los presidentes Pere Aragonès, Jordi Pujol, José Montilla, Carles Puigdemont i Quim Torra al monasterio de San Miquel de Cuixà. Una fotografía simbólica también hay que tener presente que Puigdemont permanece esperando la resolución sobre las euroórdenes que tendría que emitir el juez instructor del Proceso, al Tribunal Supremo, Pablo Llarena.
Puigdemont ya ha advertido que no hará ningún tipo de atención a la prensa, en un comunicado con que anuncia su presencia. La asistencia al homenaje en la Cataluña del Norte puede hacer esverar de nuevo los servicios de seguridad franceses. De hecho, durante dos ediciones, la Gendarmería francesa y la subprefectura de Prada han procurado uno dispositivo de vigilancia y ha pedido la colaboración del Rectorado de la UCE cuando había prevista la participación del presidente al exilio. Incluso, una vez desplegaron un dispositivo de protección para confundir la entonces consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, con el presidente Puigdemont, por el parecido fonético de los dos apellidos.
Solo faltarán Mas y Maragall
El acto de homenaje a Pau Casals, también contará con la presencia del Abad de Montserrat, Manel Gasch. De hecho, la conmemoración está más pensada cómo un símbolo de reivindicación nacional e institucional que no como un acto político. Solo faltarán, el presidente Pasqual Maragall, por motivos de salud, y el presidente Artur Mas, que ha excusado su presencia por un compromiso familiar acordado antes de la convocatoria.
La relación de Prada, sede institucional de la Universidad Catalana de Verano, con Pau Casals fue el municipio que acogió el exilio del músico y prohombre del catalanismo al acabar la Guerra Civil Española y la invasión de las tropas franquistas de Cataluña.
