La votación sobre la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego en la Unión Europea ahora mismo pende de un hilo. En principio está previsto que se trate en la próxima reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE que tendrá lugar el 27 de mayo, pero las reticencias que mantienen una decena de estados podrían hacerla caer del orden del día. El secretario general de Junts, Jordi Turull, daba por hecho hace unos días que, después de más de un año fuera del radar europeo, la cuestión se volvería a plantear en el máximo órgano de decisión comunitario, pero fuentes diplomáticas consultadas por la Agencia Catalana de Noticias (ACN) no tienen claro que se logre la unanimidad entre los 27.
El gobierno español, que se encuentra en negociaciones con Junts para aprobar la reducción de jornada en el Congreso, pidió incluir la oficialidad de las tres lenguas en la agenda de la reunión, que por ahora todavía consta como un punto de discusión y adopción. Países como Portugal, Bélgica o Hungría han comunicado a España que apoyarán la medida, pero todavía hay una decena de estados que tienen dudas.
Una cuestión clave para el futuro de Sánchez
La oficialidad de las tres lenguas cooficiales se elevó por primera vez durante la presidencia española del Consejo de la UE durante la segunda mitad de 2023 como parte de los acuerdos entre el PSOE y Junts para hacer presidenta del Congreso a la socialista Francina Armengol. Después de muchas negociaciones y reuniones infructuosas, la cuestión no se ha vuelto a discutir desde marzo de 2024, cuando la presidencia belga hizo un nuevo intento de llevarla a votación. Durante la segunda mitad de 2024, con Hungría en la presidencia de turno, el estado español no hizo ningún intento de recuperarla, a pesar de que fuentes de la Moncloa aseguran que no ha dejado de mantener contactos diplomáticos con los estados más reticentes para intentar desbloquear las negociaciones.

Polonia, que actualmente ostenta la presidencia del Consejo de la UE, dijo a principios de año que llevaría de nuevo la oficialidad de catalán, el vasco y el gallego a una reunión si había “voluntad” entre los estados miembros. Un extremo que no está nada claro, ya que, a pesar de las presiones de España, países como Suecia, Finlandia o Lituania todavía no han dado señales inequívocas de apoyar una medida que debe aprobarse por unanimidad.
Negociaciones contrarreloj
No ha sido hasta hace poco menos de dos semanas que España ha reactivado los contactos formales para sacar adelante la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego. Fuentes diplomáticas han explicado que en la primera reunión preparatoria del próximo Consejo de Asuntos Generales, celebrada en Bélgica la semana pasada, una decena de estados volvieron a expresar sus dudas. Las dos principales reticencias, igual que hace dos años, son la viabilidad de dar estatus de oficial a tres lenguas cooficiales y los gastos económicos que generará la oficialidad. No han convencido los informes aportados por el estado español sobre la legalidad de la medida de acuerdo con los Tratados de la UE ni las promesas del gobierno español de hacerse cargo de los costos.
Hasta última hora la delegación española intentará convencer a los países más inflexibles, como Suecia, mientras que otros como Alemania o Finlandia aseguran que todavía no han fijado su posición y que decidirán en los próximos días. De esta manera, la oficialidad del catalán llegará a la reunión del Consejo de Asuntos Generales sin los apoyos asegurados, lo que alimenta las dudas sobre si finalmente se votará.