Xavier Martínez Gil (Barcelona, 1965) es militante de ERC desde hace quince años. Es economista y doctor en derecho tributario. Miembro de Sobirania i Progrés, tiene en su currículum haber formado parte del núcleo impulsor y organizador de la consulta de Barcelona Decideix. Afiliado a la UGT, es portavoz del Colectivo Primero de Octubre, que hace cinco años que pica piedra pidiendo centrar el partido en la independencia y la socialdemocracia. El colectivo, autodefinido como «ortodoxos de ERC», fue tildado por la dirección de «sector crítico». Les da igual, porque ni han cambiado el discurso, ni se han propuesto nunca lograr cuotas de poder. Ahora han aportado al debate interno generado por la crisis electoral un nuevo documento donde reivindican el carácter independentista y social de ERC. Martínez lo explica sin pelos en la lengua y, sobre todo, pide a todo el mundo que se escuche a la militancia.

Tengo la sensación de que la pelea es entre cúpulas, y de que ustedes están en medio, que no forman parte de todo esto…

Te tengo que matizar estas palabras.

Matice, por favor.

Cúpula hay una, pero se ha agrietado. La broma fácil es que somos Esquerda Republicana. Y nosotros no aparecemos ahora. Hace cinco años que aparecimos, después del ciclo del Primero de Octubre, a la vista de que la cúpula de entonces no avanzaba en el sentido que marcaba la ponencia política del partido aprobada en 2018. Resumidamente, quería decir cumplir con el mandato del Primero de Octubre, ningún pacto con los partidos del 155 y consulta interna para investir a Pedro Sánchez. Nosotros entonces entendíamos que la estrategia de la dirección no era la correcta.

¿Por qué? 

Entonces se hablaba mucho de ensanchar la base. Nosotros respondíamos que quizás se ensanchaba la cúpula, con fichajes de otros partidos para incorporarlos a nuestras listas, que no es la buena manera de ensanchar la base. La buena manera, la que se demostró buena, la que hemos defendido siempre y continuamos reivindicando para ensanchar la base, es la de poner la independencia en el centro nuestra política. Y explicar a la gente que sin la independencia no podemos tener los servicios porque no tenemos los recursos suficientes. El error ha sido apostar por demostrar que gobernamos bien con la esperanza de que entonces la gente confiará en nosotros. Si nosotros gobernamos bien y pedimos la independencia, la gente dirá: ‘¿Por qué nos tenemos que complicar la vida, si todo va bien?’. Y si lo hacemos mal, lo pagaremos electoralmente. Era una estrategia de perder-perder.

Xavier Martínez, en un momento de la entrevista/Quico Sallés
Xavier Martínez, en un momento de la entrevista/Quico Sallés

Electoralmente, la excelencia en el hecho de gobernar no aporta grandes réditos, ¿no? 

Por supuesto, gobernar desgasta. Lo que valora más el electorado es tener un mensaje claro. Que se entienda bien lo que defendemos o lo que queremos. ERC ha hecho un poco luz de gas al electorado, ha pasado de poner en el centro la independencia a poner en el centro la gestión del mientras tanto. Quizás esto ha aportado algún voto, pero es un voto prestado, no un voto central de la ideología de ERC. Tenemos que explicar que, con una república independiente, los ciudadanos viviríamos mejor. 

La cúpula se ha agrietado, de acuerdo, pero están ustedes.

Sí, y se ha acabado el cuento. Ahora nos encontramos en una lucha por el poder, es decir, por el poder interno de la organización y por el poder externo que tiene la organización. Tiene gracia que la mitad de la cúpula firme un manifiesto por una renovación, cuando de hecho se les tiene que pedir a ellos que lo dejen. Por qué, entonces, ¿qué renovación es? ¿La de los otros? Que lo dejen todos. Como mínimo, Oriol Junqueras lo ha dejado. Hay una lucha muy enfrentada entre dos partes que ya ostentan el poder del partido y que ahora se disputan la totalidad del pastel. Y aquí estamos nosotros, que no ocupamos ningún lugar de poder de partido y nosotros tenemos toda la autoridad moral para pedir renovación. 

¿Qué ofrecen? 

La transversalidad, aglutinar el partido y llevarlo ideológicamente a 2017, cuando creció. Tenemos que evitar que el partido se parta en dos. Llevamos setenta firmas picando piedra. Los otros, los de la dirección, lanzaron su manifiesto con 300. 

¿Estaría de acuerdo qué este manifiesto de los 300 significa decir a Junqueras que se marche para continuar ellos?

Sí, exacto. Llaman ‘renovación’ a continuar ellos, y que no continúen los otros. 

¿Su manifiesto es socialdemocracia e independencia? 

Se basa en la ponencia política estratégica del partido. Pedimos que en los partidos independentistas haya unos principios mínimos e irrenunciables para todos, para ir a Madrid o a Bruselas. Por ejemplo, ahora todos están de acuerdo que en caso de independencia tiene que haber una república. Ahora parece obvio, pero no siempre se ha estado de acuerdo. Tenemos que buscar más principios como este. Hay que hacer un espacio con una pátina institucional, no amateur, donde podamos expresar un borrador de Constitución. El Consejo de la República ya está muy pervertido. 

¿Qué tiene que hacer el partido? ¿Se tiene que diferenciar la dirección del partido del candidato a las elecciones en el Parlamento? 

Sí, creo en un modelo vasco. Quizás no tan estricto, pero sí separar la representación del partido de los cargos de representación institucional. Un diputado que además es alcalde y además está en la dirección del partido… no puede hacer bien ningún trabajo. El candidato en la Generalitat se tendrá que decidir con un proceso de primarias honestamente abierto a la militancia, sin acondicionamientos de la dirección. Si no pasan cosas como por ejemplo que Alfred Bosch ganó unas primarias y la dirección, meses después, hizo la maniobra para que Ernest Maragall fuera finalmente el candidato por Barcelona. 

¿Se tiene que encontrar un candidato para salir del paso y rearmarse? 

Puede ser. Pero siempre que haya un debate abierto y deliberado de la militancia, no en un despacho o en un reservado de un restaurante. Confiamos más en la militancia de ERC, que está muy bien informada y sabe muy bien lo que quiere y es muy capaz. Hay que abrir más el debate. Ahora mismo, las dos partes enfrentadas dicen que se tiene que abrir más el partido y escucha más a la gente… No, lo que tienen que hacer primero es escuchar a la militancia. Los últimos años han estado petrificando y estrechando los estatutos del partido para tenerlo todo más controlado y dar menos peso a la militancia. La militancia ha perdido peso. 

¿El futuro candidato tiene que ser el futuro líder? 

Nunca hemos estado en el campo de los nombres. En el Colectivo Primero de Octubre no tenemos mochilas, pero sí que pedimos un debate ideológico, un cambio estratégico. Pero creemos que ha llegado el momento en el que sí que hay que cambiar personas, porque con las mismas personas que hay hasta ahora no sería creíble un discurso diferente. El candidato es importante porque tiene que ser alguien creíble transmitiendo la nueva estrategia. Si sale un antiguo dirigente con la nueva estrategia o uno de nuevo con la antigua estrategia, no iremos en ninguna parte. 

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