El presidente en el exilio y líder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, ha enviado un ultimátum al PSOE un año después del acuerdo entre Junts per Catalunya y el PSOE para permitir la investidura de Pedro Sánchez y ha pedido al presidente del gobierno español que se someta a una cuestión de confianza. «Hemos sido muy generosos, pero no ha hecho lo suficiente para merecer nuestra confianza», ha sentenciado, y ha detallado que el grupo parlamentario de Junts en el Congreso ha registrado este mismo lunes la proposición no de ley para pedir esta cuestión de confianza porque, según ha dicho Puigdemont, Sánchez «no es de fiar, y ha incrementado los recelos». En una conferencia en el Press Club de Bruselas, el mismo lugar donde hace un año defendió que se había alcanzado un «acuerdo histórico» con los socialistas españoles y desde donde ofreció la primera rueda de prensa cuando se fue al exilio ya hace siete años, el presidente de Junts ha instado a Sánchez a «dar la cara» y a aceptar un debate para «explicar dónde estamos hoy».

«Planteamos esta cuestión porque creemos que no ha hecho un buen uso de nuestro apoyo», ha insistido Carles Puigdemont, quien ha denunciado incumplimientos con la amnistía o la oficialidad del catalán en la UE. El texto registrado por la formación para que la cámara baja inste al presidente español a una cuestión de confianza subraya que un año después de la investidura «constatamos la falta de voluntad política por parte de este de hacer efectivos, de manera completa y ágil, los acuerdos adquiridos». «Esta dinámica no ha posibilitado generar la base de confianza que se pretendía y que es del todo necesaria para encauzar el resto de la legislatura», concluye. En este sentido, el líder de Junts ha advertido que los socialistas españoles se encuentran «en números rojos», y ha dejado claro que el debate sobre si Pedro Sánchez debe someterse a una cuestión de confianza es «un punto de inflexión», porque obliga a todos los grupos parlamentarios a «votar y posicionarse».

Con todo, el presidente en el exilio ha opinado que la gente tiene derecho a «saber dónde estamos» y a saber qué piensa Sánchez de «las cosas que le hemos planteado» al PSOE en las reuniones en Suiza. Por otro lado, Puigdemont ha manifestado que si la cuestión a Sánchez no prospera «nosotros ya no tendríamos nada que decir» porque querrá decir que la cámara baja ratificaría la confianza en el presidente español. En cambio, si Sánchez no se somete, Puigdemont ha alertado que sería «una grave irresponsabilidad, que demostraría que ya no tiene nuestra confianza». «Llegados a este punto, nos obligaría a tomar decisiones», ha rematado.

Carles Puigdemont durante la comparecencia en Bruselas /Junts

Consolidación de las reuniones en Suiza, pero con avances «escasos»

El líder de Junts ha expuesto que las reuniones en Suiza entre el PSOE y Junts con un observador internacional, papel que recae en el diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez, para abordar la resolución del conflicto político entre Cataluña y el Estado español se han ido celebrando «mes a mes», a excepción del mes pasado que no se celebró por «mutuo acuerdo» debido a los efectos de la DANA en la Comunidad Valenciana y los congresos de los partidos que había. Sin embargo, ha reconocido que las negociaciones no van bien porque «los avances en lo que estamos de acuerdo son escasos, los trabajos para superar discrepancias se alargan y la descoordinación entre lo que se aborda en Suiza y la praxis del gobierno español es muy preocupante». Y ha lanzado un ultimátum: «O punto de inflexión o dejarlo correr para no hacer perder el tiempo ni la paciencia a nadie».

Carles Puigdemont ha criticado la «retórica de normalidad» que, según él, quieren vender los ministros del gobierno español, y ha dejado claro que esta retórica es una “enmienda a la totalidad al espíritu y a la letra del Acuerdo de Bruselas para negociar el conflicto político”. “Si ya disfrutamos de una normalidad tan maravillosa y tan fecunda, ¿qué sentido tiene para el PSOE negociar los acuerdos que permitan superar un conflicto que, según ellos, ya no existe?”, se ha preguntado.

La inmigración, un pacto pendiente de «cabos sueltos importantes» que se debe cerrar antes de que acabe el año

Una carpeta que se debe cerrar antes de que acabe el año, porque así lo acordaron Junts y PSOE, es el acuerdo para el traspaso “integral” de las competencias en inmigración. Lo tendrán que hacer a toda prisa si se tiene en cuenta que el secretario general de Junts, Jordi Turull, admitió hace un par de días que aún hay «cabos sueltos importantes» para cerrar este traspaso con los socialistas españoles. En este sentido, Puigdemont ha remarcado que la «delegación integral» con decisión sobre los permisos de corta y larga duración, el reagrupamiento familiar, las órdenes de expulsión, la lengua catalana o el control de fronteras, y no un «encargo de gestión».

En su balance del cumplimiento del acuerdo, Puigdemont también ha centrado la atención en la aplicación de la ley de amnistía, y ha remarcado que «no hay amnistía porque una amnistía que no es completa no es amnistía». Además de denunciar la «rebeldía» del poder judicial, que ha calificado de «gravedad extraordinaria», el presidente en el exilio también ha reprochado a Sánchez que haya sido «incapaz de hacer una sola comparecencia ante esta amenaza a la democracia». El líder de Junts también ha responsabilizado a Sánchez del hecho de que el catalán no sea oficial en la UE. «El catalán no es oficial por la falta de implicación de Sánchez«, ha espetado, y ha recordado que el presidente español es capaz de pactar con Orbán y Meloni «cuando le conviene», en referencia al colegio de comisarios europeos que el PSOE apoyó en el Parlamento Europeo.

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