Si hay algo que tiene ERC es capilaridad territorial. Es decir, es bastante difícil encontrar un municipio de Cataluña donde no haya una asamblea local de la formación que vuelve a liderar Oriol Junqueras. De ahí la importancia que tienen las estructuras regionales, comarcales y locales de los republicanos. Tanto es así que se puede asegurar que el Congreso de la formación, iniciado tras el descalabro electoral del 12 de mayo de 2024 todavía no ha terminado de cerrarse.

No ha sido hasta este 18 de junio que ha terminado la tercera fase del congreso que ha vuelto a entronizar a Junqueras y ha convertido en número dos de la formación a Elisenda Alamany. Y ha sido con el congreso de la federación regional del Penedès, que ahora ya integra la siempre complicada comarca de la Anoia y que ha necesitado una negociación profunda entre las familias comarcales que conviven en esta federación. El debate ha sido intenso en algunas regionales, pero el junquerismo se ha impuesto sin bajarse del autobús, al menos, en las federaciones territoriales del Principado, más allá de las tres federaciones que completan el mapa de los Países Catalanes, como la de Cataluña Norte, País Valenciano -con serios problemas internos- e Islas Baleares y Pitiusas.

Una imagen del Congreso de la Federación de Lleida de ERC/ERCLleida
Una imagen del Congreso de la Federación de Lleida de ERC/ERCLleida

De Girona, al Camp de Tarragona y las Tierras del Ebro

El 11 de abril se constató la fortaleza del junquerismo con el congreso de la Federación de Girona. El nuevo presidente de ERC valoró la paz por territorios y pactó mantener a los dos líderes de la ejecutiva anterior. Así, la militancia solo tuvo que decidir sobre una candidatura. En un cónclave celebrado en Bescanó se reeligió a Pau Presas como presidente de la Federación Regional de ERC en Girona. Laia Cañigueral, actual diputada en el Parlamento, también repitió como cargo de secretaria general, mientras que Miquel Reverter y Etna Estrems, nueva diputada en el Congreso, se incorporaron a la nueva ejecutiva con la Vice-Secretaría General de Organización y la Vice-Secretaría General de Comunicación, respectivamente.

Otra de las federaciones que podría haber despertado alguna fiera fue la del Camp de Tarragona, pero el congreso del 29 de abril fue bastante pacífico. La única candidatura que se presentó fue la que encabezaba Noemí Llauradó Sans, a la Presidencia, ahora en el gobierno de Reus; Eduard Rovira Gual, a la Secretaría General y Virgínia Martínez Torres como adjunta a la Secretaría General.

En cambio, en las Tierras del Ebro, territorio de «el emir de la Ràpita», Lluís Salvadó, y gran arquitecto universal de la estructura orgánica de Junqueras, las cosas no fueron tan fáciles. En el cónclave que celebró en el Perelló, el 6 de mayo la Federación del Ebro, se presentaron dos candidaturas. Por un lado, la liderada por Albert Salvadó y Fernández, y la de Roser Rué y Olivé. Salvadó se impuso con el 73,5% de los votos, Rué con el 24,5% y un 2% de los votantes se abstuvieron.

Una imagen de la ejecutiva de ERC de la Federación de Cataluña Central/ERC Lleida
Una imagen de la ejecutiva de ERC de la Federación de Cataluña Central/ERC Lleida

Lleida y Pirineo, también paz

Ponent también corría el riesgo de ser un territorio comanche para el junquerismo. En el último congreso se presentaron hasta tres candidaturas. Pero el 16 de mayo se desvanecieron las dudas. Carles Comes, alcalde de Torrelameu obtenía la presidencia y Sílvia Martínez, que había dirigido los servicios territoriales de Economía en la veguería, fue escogida secretaria general. La continuidad estaba asegurada.

Más o menos, ERC del Alt Pirineu y Aran celebró su congreso el 11 de abril en la Seu d’Urgell con una única candidatura. En esta ocasión, Roser Bombardó y Bagaria, alcaldesa de Montellà i Martinet, y Miquel López y Berga, alcalde de Castell de Mur, obtuvieron la presidencia y la secretaría general, en una de las zonas más difíciles de consolidar votos.

Los Valleses y Cataluña Central, la nueva centralidad

El 22 de mayo Toni Masana y Eva Soler fueron elegidos para encabezar la dirección política de la federación regional vallesana. El Congreso se celebró en Palau-solità i Plegamans, con una candidatura renovada. Es decir, conservaba nombres de la antigua dirección pero integraba nuevos nombres que han reforzado la estructura de Junqueras durante las primarias del Congreso.

Por otro lado, el Vallès Oriental quedó en manos de Mayte Escobar y Enric Vinaixa, dos veteranos de la política municipal. El equipo de Escobar obtuvo 108 votos, por encima de los 83 conseguidos por la opción alternativa que lideraba Pep Mur, de l’Ametlla del Vallès. El pasado 15 de mayo, Escobar incorporaba a la ejecutiva comarcal tres miembros de la candidatura que perdió el congreso regional. En concreto, sumó a Manoli Garrido, Josep Maria Pijoan López y Jaume Martorell Cruz. Una señal de paz y tregua que ha serenado los ánimos en una regional siempre animada.

En cuanto a Cataluña Central, fue de las últimas en celebrar el congreso. De hecho, era una región sensible porque es de donde salió, junto con Girona, el manifiesto contra Junqueras. El nuevo presidente del partido confió como candidato a la presidencia en esta regional a una persona bastante respetada por las filas de la militancia, como el exalcalde de Solsona y exdiputado, David Rodríguez, conocido como «El hombre tranquilo del Miracle», en referencia a su pose pacificadora y el famoso santuario solsonense. Un nombre que haría difícil a la antigua ejecutiva presentar una alternativa convincente. De tándem, Rodríguez también fichó un nombre de peso en la agitada región central como es Margarida Feliu, de Viladrau. En el congreso celebrado en Sallent, el pasado cinco de junio, Rodríguez obtuvo el 88% y el 12% de los asistentes votaron en blanco.

Una imagen de Arenas y Gàmez en el congreso de la Federación del Baix Besòs de ERC/ERCBaix Besós
Una imagen de Arenas y Gàmez en el congreso de la Federación del Baix Besòs de ERC/ERCBaix Besós

Baix Llobregat y Baix Besòs, a trabajar

Junqueras sabía que tenía dominadas dos federaciones muy metropolitanas. En primer término, la federación del Baix Llobregat, que fue la primera en celebrar el congreso después del cónclave de Martorell. El escenario elegido fue Sant Andreu de la Barca -municipio donde ostentan la alcaldía-, la militancia de la federación escogió una nueva dirección “continuista” revalidando la presidencia con el veterano Eduard Suàrez, de Molins de Rei, y la secretaría general, Irina Moreno, de Cervelló. El ocho de mayo estrenaron congreso la Federación del Baix Besòs, hasta ahora una comarcal. Rubèn Arenas, concejal y portavoz de ERC en Sant Adrià de Besòs, y Olga Gàmez, concejala y portavoz en el Ayuntamiento de Badalona, fueron elegidos como presidente y secretaria general respectivamente.

Maresme y Penedès, los últimos

La federación del Maresme se lo tomó con calma. No fue hasta el 24 de mayo que celebró la asamblea que revalidó la presidencia de Marc Almendro y Annabel Moreno, en la secretaría general. Fue un paseo porque no se presentó ninguna candidatura alternativa. El resultado mostraba cierta unanimidad en la propuesta pues obtuvieron el apoyo del 87,75% del conjunto de la militancia.

La federación del Penedès, en cambio, tuvo más mambo. Y no por diferencias de familias políticas, sino más bien por equilibrios territoriales que tuvo que resolver Oriol López, el sapador que Junqueras tiene territorialmente. No fue hasta el 18 de junio que Marta Ventura, concejala de Sant Jaume dels Domenys y diputada en la Diputación de Tarragona, fue elegida nueva presidenta formando tándem con un barón territorial del deep Penedès como Pol Pagès, que con su pose de Peaky Blinders -apodo porque siempre lleva gorra- ha hecho valer el poder penedesenco frente a la Anoia y el Garraf, comarcas complejas demográficamente.

Una imagen de la ejecutiva de ERC de la Federación de Tarragona/ERCTGN
Una imagen de la ejecutiva de ERC de la Federación de Tarragona/ERCTGN

La sorpresa de Barcelona

La Federación de ERC en Barcelona es posiblemente la más «punky» de las federaciones de la formación. De hecho, parece una de las federaciones donde la militancia y dirección se muestran siempre divergentes, salvo en el período -con excepciones del audaz Jordi Portabella, que fue capaz de resistir con Joan Laporta el desastre de las municipales de 2011-. El junquerismo aunque tenía el apoyo de las dos candidaturas que ganaron el último congreso no superó la prueba, aunque ahora intenta reconducir la situación, poco a poco y con buena letra.

En todo caso, la candidata de Dignitat Republicana, Creu Camacho, que contaba con el apoyo de Nueva Esquerra Nacional y Foc Nou, se impuso por 14 votos a Endavant, Barcelona!, de Eva Baró, que intentaba revalidar el cargo después de haber obtenido por la mínima el congreso. De hecho, la hipotética entrada del grupo republicano al gobierno municipal de Jaume Collboni. Camacho ha ganado con 338 votos (49,6%) de los votos, mientras que Baró ha obtenido 324 (47,5) y ha habido 20 votos en blanco (2,9%). La participación ha sido de un 72 %.

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