ERC está en ebullición y efervescencia. Pero, lejos de la revuelta de los cuatro sectores que se vivió en el periodo congresual de 2008, donde cuatro sectores optaban a dominar el partido, cada cual con una estrategia diferente, ahora la situación es diferente. Dos facciones de la formación, roviristas y junqueristas, un sector de desconcertados, y el sector «octubrista», la corriente crítica interna que acoge a los ortodoxos de la formación. No se definen estrategias muy diferenciadas, pero sí un potente debate de nombres para redirigir el partido o continuar conduciéndolo por una nueva etapa de travesía del desierto o de oposición responsable.
Ahora bien, el que hace días que ha empezado la carrera para conseguir complicidades, ayudas, apoyos y hacer red es el junquerismo. Además, cuenta con una ventaja y es que tiene un líder claro, Oriol Junqueras. Desde el encuentro en Sant Vicenç dels Horts (Baix Llobregat) que reunió a más de 500 personas ahora hace tres semanas, Junqueras no ha parado de celebrar reuniones y encuentros por debajo del radar del aparato, medio a hurtadillas y con la red del boca-oreja. Con la llegada del exilio de Marta Rovira, el panorama puede cambiar.
De hecho, la secretaria general ya ha advertido que comenzará un

El junquerismo orgánico y representativo
A pesar del lío de los primeros días, el junquerismo se puede sentir bastante acompañado con los nombres que han mostrado complicidad, apoyo, ayuda o simplemente alejándose del manifiesto de los roviristas que, en resumidas cuentas, lo invitaban a abandonar la dirección presente y futura de la formación. Junqueras puede contar con líderes internos de primer orden como el ex consejero Raül Romeva,-uno de los intelectuales de la vía amplia y ex preso político-; el histórico diputado Joan Tardà, representante del ala más dura del izquierdismo comprometido; el consejero de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, que proviene del PSC y con una amplia experiencia como alcalde; el ex consejero, ex alcalde de Sabadell y actual diputado Juli Fernàndez; el diputado en el Congreso Gabriel Rufián; el ex consejero Bernat Solé -también condenado por el Primero de Octubre-; Lluís Salvadó, exdiputado y presidente del Puerto; Laura Palay, exsecretaria general UGT en Cataluña, y Cesc Poch, también dirigente de UGT.
Pero, además de estas figuras, Junqueras suma gente de la dirección nacional como Pau Morales -imprescindible secretario de Organización e influyente dentro de las JERC y uno de los recuperadores del peso de los republicanos en instituciones independentistas históricas como la Universidad Catalana de Verano, en Prada-, Oriol Lòpez -histórico regidor de Mollet del Vallès, bestia negra del PSC en el Vallès y responsable de coordinación interna de la formación-, Marta Rosique -la exdiputada a Madrid que sirvió a la Fiscalía para pedir el archivo de la causa del Tsunami Democrático por el corte de la Jonquera-, Norma Pujol -secretaria de entes supramunicipales y una de las voces de los republicanos a las Tierras del Ebro-, Kènia Domènech -responsable de afiliación- o Santi Valls, secretario responsable de movilización y coordinación municipal. Todos mantienen la posición, con discreción, a pesar de la presión del aparato de Calabria.

Capilaridad territorial
Al grupo del junquerismo también se integran algunas de las trece direcciones regionales de la formación. Así, computan Eduard Suárez, presidente de la potente federación del Baix Llobregat; Eva Baró, de la de Barcelona; Albert Salvadó, de Tierras del Ebro; Oriol Ramon, de, Vallès Oriental; Marian Lamolla, del Pirineo; Carles Comas, de Lleida, y la federación del Bajo Besòs, con Dani Villalaín. Pero, la capilaridad territorial no queda aquí.
También en este listado se puede añadir Jordi Serra, exalcalde de Roda de Ter y del sector más católico del partido; Isaac Albert, hombre fuerte del junquerismo en Terrassa y quien acuñó uno de los lemas de la llegada de Junqueras a la presidencia de ERC en el Congreso de Girona: «Entre izquierda y derecha, izquierda; entre izquierda y país, país». Otros nombres son Adam Tomàs, un ingeniero que ha revalidado la alcaldía de Amposta; Marc Puigtió, alcalde de Sant Julià de Ramis que hizo sentar a agentes de la Guardia Civil en el banquillo de la Audiencia Nacional por los destrozos del Primero de Octubre en el pabellón municipal; Joan Borràs, actual delegado del Gobierno de la Generalitat en Barcelona; Jordi Estiarte, alcalde de Bellpuig; Roser Bombardó, de la Cerdaña y Margarita Feliu, de Viladrau. También el exalcalde de Solsona y
En este apartado también se ubicarían el presidente de ERC en el Berguedà, Isaac Lozano; el alcalde eterno de Sant Pere de Torelló, Jordi Fàbrega, que había hecho movimientos para presentar candidatura y que recogió el carné de militante de ERC -provenía de la cantera de los independientes de ICV, Entendimiento del Progreso Municipal- el mismo día que Junqueras; Mireia Ingla, ex alcaldesa de Sant Cugat del Vallès; Maite Aymerich, ex alcaldesa de Sant Vicenç dels Horts; Marc Giribet, alcalde de Sant Andreu de la Barca; Lluïsa Llop, ex alcaldesa de Gelida y exdiputada; el alcalde de Sallent, Oriol Ribalta, que gobierna con comodidad en una plaza de un hombre fuerte de Junts, como David Saldoni; ; José Rodríguez,

Al Parlamento y en Madrid, también
Entre los electos, el grueso del junquerismo es notorio. Así, en el grupo parlamentario del Parlamento se cuentan Pepe Vidal, hombre fuerte en el Pallars; Anna Balsera, también presidenta de la Regional del Baix Besòs; Mar Besses y Jordi Albert, además de Juli Fernàndez i Joan Ignasi Elena. Entre los electos de Madrid, Junqueras cuenta con Jordi Salvador, un sindicalista reconocido por su testigo en el juicio del Procés, y Inés Granollers, además de Rufián y el actual delegado del Gobierno en Madrid y proveniente de la cantera de Unión Democrática de Cataluña, Joan Capdevila, así como la senadora y mujer fuerte de ERC a Tarragona, Laura Castel.