El nuevo ciclo político abierto después de una maratón electoral ha dejado los partidos independentistas en el Parlamento tan aturdido que los tres -Juntos, ERC y CUP- han abierto periodos congresuales. Ahora bien, los primeros a comenzar el melón de la renovación y abrir la corriente de aire de ideas fueron los cupaires que hace más de un año se inmergieron en uno complejo sistema de actualización del software sin tocar los grandes principios como Independencia, socialismo, feminismo, el ecologismo y los Països Catalans. Es el que se conoce como Proceso Garbí.
La intención era mantener las cuatro paredes maestras peladas y empezar una reforma integral que no se quedara en un lifting. De hecho, alguno de los veteranos comentaba que querían hacer como los famosos gemelos televisivos que reforman casas manteniendo la estructura. Después de más de un año de debates, el grupo promotor terminó unas ponencias, con los tropiezos dos adelantos electorales en Cataluña y en el Estado español, que resultaron golpes durísimos para la izquierda anticapitalista. Todo y las prendas que supone una organización tan poliédrica desde la vertiente de la izquierda radical, la CUP ha hecho un esfuerzo para intentar renovar ideario, lenguaje y sobre todo organización.

Un desmadre de enmiendas
Todo y este esfuerzo ingente a la asamblea que mañana se celebra a Sabadell, la ciudad del famoso cónclave del empate, el diciembre de 2015, tiene que decidir el futuro de las más de 150 enmiendas que se tendrán que votar y debatir en siete bloques en la estratégica -como por ejemplo, construcción y liberación nacional; acción institucional; alianzas y candidaturas- y otros siete bloques en la ponencia organizativa -ámbito local y territorial; Mesa Nacional u organización nacional entre otros.
De hecho, hay apuntes polémicos como por ejemplo organizativamente, la creación de una secretaría general, o bien si estratégicamente se sale de la Tabla de la Esquerra Independentista, o incluso, entrando en el detalle territorial, si la CUP del Ripollès deja la Vegueria del Alt Ter y se incorpora a Nororiental. Una decisión que permitiría en Osona tener territorial propia sin tener que ingresar en Cataluña Central. En todo caso, el grupo promotor ha sido bastante cuidadoso de presentar una ponencia y los puntos más delicados o enmiendas que podrían ser susceptibles de grandes debates las ha dejado para la decisión de la asamblea general.
El cónclave, que será a la Feria de Sabadell, se prevé que se alargue, con optimismo, hasta las nueve del anochecer. Por eso se ha habilitado un sistema de votación a través del móvil para agilizar los trámites. Un sistema que ha sido puesto en entredicho por el PUIC, una corriente interna crítica con la estrategia actual de la organización.

Adaptarse a los tiempos históricos
El grupo promotor que ha coordinado Maria Gordillo y Non Casadevall ha presentado una ponencia con el título,
El documento resalta la importancia de mantener la conexión y el activismo en la calle, pero también la de ocupar las instituciones. También incorpora una nueva manera de organizarse y tomar decisiones de manera más eficaz, y se empapa de una idea que engendró Andreu Nin, vincular la lucha por la liberación nacional con la lucha social. Al final, y por el trazo grueso, la dicotomía aparece en dos niveles. Por un lado, si el modelo tiene que ser el impulsado, por ejemplo a Girona, donde ha logrado la gobernabilidad de la ciudad con la figura de Lluc Salellas; o bien, un modelo más que se asimila en Barcelona, donde la formación ha sufrido más desgaste electoral. Y, por otro lado, como organizativamente la CUP puede ser más ágil en el enfrentamiento de la realidad diaria, sea mediática o política.
De hecho, las enmiendas miran de perfilar nuevas maneras y nuevos mecanismos dentro de la organización que la convierta en más eficaz y rápida, pero sin perder la esencia de la assemblearisme y de la voz y poder de cada militante. Así mismo, prevé un aperturismo en la izquierda anticapitalista poniendo el día ideas que habrían sido superadas por la realidad económica y apostando por la «ruptura democrática».

«Revolución en clave independentista»
“Nuestro objetivo político solo se puede lograr con una revolución en clave independentista”. Esta es la divisa con que el grupo impulsor resume la esencia del marco estratégico que propone el documento. “La institución, por sí sola, no podrá generar los escenarios necesarios para hacerlo, a la vez que es imprescindible que los facilite”, se lee. Toda una declaración de intenciones para esbozar cuál es la vía que los cupaires han hecho llegar a los relatores del grupo impulsor, con cierto apoyo de las bases que apuestan por la independencia como clave de vuelta revolucionario.
En este sentido, definen el objetivo de la CUP como la “propuesta estratégica para superar un sistema de dominación que nos lleva al colapso, entendida la ruptura democrática como la generación de un escenario revolucionario en clave independentista vinculado a un proyecto de emancipación social“. Es decir, la lucha de liberación nacional enjarje en la lucha de liberación social. La eterna discusión de la izquierda, pero con un aprendizaje reciente y que ahora, el contexto político, los deja campo para correr y explotarlo.