El departamento de Interior deberá responder por escrito una cuestión que inquieta al gabinete de la consejera titular, Núria Parlón. En concreto, es una pregunta que ha registrado el diputado portavoz de Interior de Vox en el Parlamento, Sergio Macián, sobre la relación que habrían establecido los Mossos d’Esquadra entre los «extremismos violentos» y la formación ultraespañola. En concreto, es una pregunta por escrito, a la que ha tenido acceso El Món, y que la oficina de Relaciones Institucionales de la consejería, dirigida por Carlos Palacín, aún no sabe cómo abordar.

«¿Se ha relacionado con formaciones internas sobre extremismos violentos impartidas por la Comisaría de Información de los Mossos a VOX con estos extremismos violentos?», es la pregunta que formula Macián. Una pregunta que se registró el pasado 17 de octubre y que la mesa del Parlamento comenzó a tramitar el pasado 21 de octubre. La iniciativa de Vox es a raíz de la información que ha recibido el partido conforme la comisaría General de Información de la policía de la Generalitat imparte cursos donde ponen de ejemplo de fomento de extremismo violento a formaciones como Vox.

El diputado de Vox, Sergio Macián, en una imagen de archivo/Vox
El diputado de Vox, Sergio Macián, en una imagen de archivo/Vox

Confirmar los rumores

Con la formulación de la pregunta, Vox quiere confirmar la rumorología que le han hecho llegar fuentes de la policía catalana sobre las formaciones de los analistas e investigadores de la Comisaría General de Información donde catalogan el partido en la órbita de los extremismos violentos. En este sentido, fuentes parlamentarias aseguran que la base de las formaciones es un «Manual de Abordaje de los Extremismos Violentos» de la Dirección General para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, donde se expondría la «pirámide del odio» y cómo se aprovechan formaciones de extrema derecha.

Aunque Interior presenta anualmente los datos de prevención de radicalismo violento, son bastante cuidadosos en relacionarlos con formaciones políticas que tienen representación parlamentaria. De hecho, en el año 2024, la policía publicitó la detección de 159 casos asociados a posibles procesos de radicalización violenta, de los cuales 19 eran de raíz ultraderechista. Una amenaza que la Comisaría General de Información mantiene entre sus prioritarias por debajo, aún, del yihadismo.

La policía, en sus explicaciones públicas de los datos, ha evitado siempre valorar o analizar los discursos públicos de formaciones con representación institucional y si de alguna manera fomentan o normalizan este tipo de discursos o extremismos. De hecho, la misma Parlon también evita dar explicaciones en el Parlamento sobre los métodos de investigación y control de la ultraderecha por parte de la policía de la Generalitat, alegando «confidencialidad». Ahora deberá decir, negro sobre blanco, si los Mossos ponen de ejemplo a Vox y, por tanto, si investigan la formación.

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