El PSC tiene previsto exprimir al máximo las negociaciones de los presupuestos catalanes de 2024 para apretar a ERC y Pere Aragonès. Los socialistas, conscientes de que los republicanos necesitan aprobar las cuentas para acabar la legislatura, se harán rogar y ya han avisado a Aragonès que es “imposible” que haya presupuestos antes de dos meses. Primero tiene que cumplir con los compromisos del año pasado y después tendrá que negociar las nuevas cuentas antes de llevarlas al Parlamento. “La presión la tiene el gobierno catalán, que tiene la obligación de presentar los presupuestos y buscar los apoyos”, ha dicho la portavoz del PSC, Alícia Romero, en una entrevista en la Ser Cataluña.
El presidente catalán aseguró hace dos días que la Generalitat ya tiene el “trabajo hecho” y que tiene los presupuestos, que ha consensuado con sindicatos y patronales, a punto para llevar al Parlamento. “Si pueden entrar en vigor a finales de enero o a principios de febrero, mejor que más adelante […] No se tiene que retrasar excesivamente”, dijo Aragonés. El mandatario considera que un “acuerdo amplio” es posible, pero reconoce que el PSC, Junts, los comunes y la CUP tienen “muchas líneas rojas” que pueden “imposibilitar” el acuerdo. Sin presupuestos, Aragonès estaría atado de manos durante el último año de legislatura y tendría muchos problemas para llegar a las elecciones, que serán en febrero de 2025 como muy tarde, con una acción de gobierno robusta para lucir durante la campaña.
El PSC traslada toda la presión a la Generalitat
Tal como sucedió el año pasado, el PSC tiene muy claro que la responsabilidad de sacar adelante los presupuestos es de la Generalitat y, por eso, le traslada toda la presión de negociarlos. “El gobierno tiene un grupo con solo 33 diputados, los mismos que el PSC, y lo que tiene que hacer, como el año pasado, es negociarlos antes de presentarlos a la cámara”, ha avisado Romero. La portavoz socialista ha recordado al presidente de la Generalitat que la tramitación parlamentaria de un proyecto de ley como los presupuestos es de un “mínimo” de seis o siete semanas. Además, el PSC no se sentará a negociar nada hasta que no haya adelantos en el planeamiento urbanístico del Hard Rock y se constituya la mesa mixta para abordar la ampliación del Aeropuerto del Prat. “ERC tiene que demostrar que son capaces de cumplir los proyectos que se acordaron”, ha insistido. Así mismo, la diputada ha descartado que los presupuestos catalanes estén ligados a los de Madrid, tal como ha insinuado en alguna ocasión el gobierno catalán.
El 2024 es un “año electoral”
Romero cree que, con presupuestos o sin ellos, 2024 será un año electoral porque, aunque las elecciones sean en febrero, el Parlamento se disolverá a lo sumo en diciembre. Con esta perspectiva, los socialistas juegan con la ventaja de no tener ninguna prisa para aprobar los presupuestos. Además, en el supuesto de que se aprueben, volverán a hacer pagar una factura alta a ERC. El año pasado los republicanos se tuvieron que tragar los sapos de la B-40, El Prat y el Hard Rock y este año el PSC aprovechará la negociación para volver a tensar las costuras del partido que, según todas las encuestas, será su principal rival en las elecciones en el Parlamento. Junts, que desde que salió del gobierno catalán prácticamente no ha dado tregua a Aragonés, está más pendiente de las negociaciones con Pedro Sánchez en Madrid. Los de Carles Puigdemont necesitan alguna victoria en el Congreso para recuperar el terreno perdido con ERC y no harán ninguna concesión a los republicanos, cosa que también saben los socialistas y que aprovecharán para añadir más presión.
