El pleno del Parlamento empezará este martes con una cuestión que tensiona al máximo el país: la sequía. Según los expertos, hace dos años que no llueve como haría falta y la gestión de la agua ha acontecido fundamental en la administración pública. El asunto es motivo de conflicto político, con una cumbre de la agua impulsada por el gobierno catalán que no logró su objetivo, un tira y afloja constante en el Parlamento por cómo se tiene que gestionar esta carpeta y, incluso, con Junts per Catalunya aprovechando la debilidad del ejecutivo para empujar su propia ley: mañana el pleno empezará decidiendo si se tramita por la vía exprés –con lectura única. Si este procedimiento se aprueba, la proposición de ley se debatirá y votará jueves por la tarde.

La consejera Teresa Jordà, en rueda de prensa en palacio | ACN
La consejera Teresa Jordà, en rueda de prensa en palacio | ACN

El debate de las sanciones

De hecho, la nueva ley que propone Junts seria para sustituir el decreto ley impulsado por el Gobierno y aprobado por el Parlamento por «responsabilidad«, todo y las críticas de prácticamente toda la oposición por la «carencia de diálogo» del ejecutivo Aragonés. Con esta propuesta, el partido de Laura Borràs i Jordi Turull pretende modificar, entre otras cosas, un elemento que ha sido polémico las últimas semanas: las sanciones en los ayuntamientos por los incumplimientos del decreto de Gobierno. Junts per Catalunya quiere una moratoria de estas sanciones hasta el 1 de julio, tal como quiso pactar con ERC a la cumbre del agua, mientras que el PSC, entonces, no se sumó porque quería ir más allá. Aun así, el decreto del ejecutivo especifica que las sanciones se tienen que imponer desde el minuto 0, hecho mucho criticado por la mayoría de consistorios del país, puesto que no ha habido tiempo de adaptarse a las medidas que marca el decreto.

El superávit del ACA

Por otro lado, Junts propone que se hagan «contrataciones de emergencia» para hacer frente a la sequía y establece que la Agencia Catalana del Agua (ACA) asuma «de manera extraordinaria» todos los costes de las obras urgentes y prioritarias que corresponden a los entes locales para hacer frente a la sequía.

También concreta que el Gobierno, a propuesta de la ACA, habilitará la dotación presupuestaria por las siguientes actuaciones urgentes: ampliación de la desalinizadora de la Tordera; nueva desalinizadora de Cubelles; línea de financiación de 50 millones de euros para que los entes municipales mejoren el rendimiento de sus redes de suministro de agua; 50 millones de euros en inversiones a las cuencas internas para mejorar la red de tratamiento, embalse y distribución de agua; y una línea de 50 millones más por «activar terciarios que ya están construidos».

La posición del PSC

Esta semana ha habido reuniones a tres bandas entre el gobierno catalán, el PSC y Junts per Catalunya para mirar de pactar modificaciones que generen un máximo consenso. Fuentes socialistas dicen que reclaman que el decreto establezca que las ayudas sean por en todos los municipios de Catalunya (y no solo para los de las cuencas internas), así como que se incluyan dos anexos (uno con obras extraordinarias y urgentes y otro con obras por un ciclo resiliente 2023/24). También vuelan determinar quién podrá ejecutar estos recursos económicos extraordinarios de 50 millones de euros.

En cuanto a la moratoria de sanciones a ayuntamientos, el PSC pide establecer un periodo que empezaría a contar a partir de la convocatoria de las ayudas de 50 millones de euros para que los ayuntamientos tengan tiempos de convocar sus proyectos. Este periodo se situaría entre un mes y dos meses. De esta forma, la fecha de la moratoria quedaría eliminada y se situaría en un periodo posterior a la convocatoria de las bases de las subvenciones, en las cuales se establecería el periodo.

La diputada del PSC Sílvia Paneque en rueda de prensa en el Parlamento después de la reunión del gobierno alternativo / ACN
La diputada del PSC Sílvia Paneque en rueda de prensa en el Parlamento después de la reunión del gobierno alternativo / ACN

ERC, con el PSC

En cuanto a ERC, jueves su portavoz, Marta Vilalta, hizo público su posicionamiento, idéntico al de los socialistas. Proponen condicionar la aplicación de las sanciones a las nuevas subvenciones que el gobierno catalán pondrá en marcha para que los ayuntamientos no derrochen agua. Se trata, según ha dicho, de una cuestión de «corresponsabilidad«. «Creemos que puede ser el desbloqueo del acuerdo que las medidas de apoyo a los municipios y el cumplimiento efectivo de las sanciones vayan a la vez», dijo en una rueda de prensa. Según Vilalta, las sanciones no son una medida «persecutoria, sino disuasiva».

Los comunes reclaman un pleno monográfico

Así mismo, los comunes pidieron un pleno monográfico sobre la sequía, que se tendría que celebrar después de las elecciones. Su líder, Jessica Albiach, lamentó la semana pasada que ERC «haya apoyado» a debatir al próximo pleno del Parlamento la propuesta de Juntos. «Quieren que arreglemos el problema de la sequía en una hora«, se quejó. Según la diputada, esto evidencia que ERC «es incapaz de definir su modelo».

Junts quiere más leyes

Desde el Canal de Urgell, viernes el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, pedía en el Gobierno más leyes ejecutivas para asegurar inversiones que ayuden en el país a hacer frente a la sequía. «Queremos una ley ejecutiva que garantice inversiones y menos sanciones«, exigía Batet después del encuentro con la Comunidad de Regantes de los Canals de Urgell y con regantes de Bell-lloc d’Urgell (Pla d’Urgell). En este sentido, el dirigente de Junts se mostró favorable a invertir parte del superávit presupuestario de 500 milions de euros de la Agencia Catalana del Agua (ACA) en medidas que «garanticen el abastecimiento de agua e boca» y evitar así posibles restricciones a unos «300 municipios pequeños este verano». «El Gobierno va un año tarde”, ha lamentado.

En este sentido, el también diputado de Junts Salvador Vergés explicaba que la proposición insta el gobierno catalán a hacer un plan de choque en un plazo de un mes de la mano del sector para garantizar la producción de alimentos y poder «salvar» las explotaciones agrícolas y ganaderas.

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