Una más al saco. Y ya van 57. Este es el número de ediciones de la Universitat Catalana d’Estiu (UCE) que este mediodía ha cerrado una semana de actos, conmemoraciones, cursos, talleres, charlas, presentaciones, cine y conciertos. El Liceu Charles Renouvier, en Prada (el Conflent), centro neurálgico de la UCE, ha sido el escenario para clausurar una edición con un sabor de inquietud por el futuro incierto de uno de los pocos eventos que engloban y unen a todos los Països Catalans.

Precisamente, la UCE ha otorgado su galardón anual, -el Premio Canigó- a la Xarxa Vives d’Universitats, la red de universidades de toda la nación catalana- que este año cumple 30 años. El galardón lo ha recogido Oriol Amat, vicepresidente de esta entidad universitaria que acoge 22 universidades de 4 estados europeos, ha sido el encargado de recoger el premio y ha alabado la figura de la lengua catalana. De hecho, la Xarxa se ha movilizado para conseguir que el catalán sea oficial en la Unión Europea. Amat se ha comprometido a trabajar para «sumar y multiplicar» entre la UCE y la Xarxa Vives.

Una clausura que ha contado con el secretario general del departamento de Universidades, Oriol Escardíbul, que se ha comprometido a hacer compatible la lengua catalana con la internacionalización del sistema universitario. Escardíbul ha animado a la UCE a continuar y se ha conjurado para la preservación de la lengua catalana. El presidente de la Diputación de Lleida, Joan Talarn, por su parte, ha reclamado «incrementar» el apoyo institucional porque «unen» los Països Catalans. Por eso ha reclamado a todas las Diputaciones y los consejos comarcales que apoyen a la UCE.

Oriol Amat, vicepresidente de la Xarxa Vives d'Universitats/Josep Maria Montaner/UCE
Oriol Amat, vicepresidente de la Xarxa Vives d’Universitats/Josep Maria Montaner/UCE

«Dificultades»

El acto, sin embargo, ha estado bajo la sombra de la duda sobre el futuro de la entidad. El rector de la UCE, el catedrático de Historia, Jordi Casassas, después de criticar a la prensa española y catalana, ha pronunciado un discurso donde ha destacado la «mejora de la comida» respecto a los menús que son tradicional bazofia. Aun así, Casassas, en declaraciones a la prensa, ha admitido que la continuidad está «sobre la mesa».

Por eso, ha pedido tener las cosas en dos pasos. «Primero, se debe ser consciente de la realidad, y, después, tomar decisiones en función de la realidad», ha remachado. «Pero añado un tercero, que es la voluntad de seguir», ha enfatizado. «La voluntad es seguir, pero las dificultades crecen y el éxito no decrece», ha argumentado. Unas dificultades «económicas, materiales y personales».

Por eso, Casassas ha querido «llamar la atención colectiva» porque la UCE no se hace «sola». «Esto es el trabajo de todo un año y, por tanto, debemos estar en este sentido muy atentos», ha añadido. Para Casassas, «todo el mundo expresa la voluntad de participar en la UCE pero debe llegar de una forma u otra», ha reprochado. En este sentido, ha lamentado que las subvenciones de este año no llegaran hasta finales de mayo. Una situación que provocó una seria duda de que se pudiera celebrar la edición de este año.

Joan Talarn, presidente de la Diputación de Lleida en la UCE de este mediodía/Josep Maria Montaner/UCE
Joan Talarn, presidente de la Diputación de Lleida en la UCE de este mediodía/Josep Maria Montaner/UCE

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