Hay una entidad más dividida que el Consejo General del Poder Judicial, y es la ANC. Hace años que la gran plataforma independentista vive en una guerra de trincheras permanente que en los últimos meses se ha descarnado y desacomplejado mediáticamente. El último caso ha sido una reforma estatutaria que ha crispado los ánimos y ha alimentado una batalla entre el sector oficialista, liderado por Lluís Llach, y el sector crítico, liderado por el independentista free-lance, Josep Costa. De hecho, el exvicepresidente del Parlament, publicó un artículo en El Món, donde criticaba con dureza las pretensiones de reformular los estatutos de la entidad tal como proponían los oficialistas.

La respuesta no se ha hecho esperar. Cuarenta secretarios nacionales, entre los que se cuentan, Llach, Jordi Pesarrodona, Joan Matamala, Josep Cruanyes, Toni Strubell, Julià de Jòdar, o Nohemí Zafra, han firmado un manifiesto titulado «¡Que nadie nos dicte el sentido de nuestro voto!». En el documento, al que ha tenido acceso El Món, los secretarios defienden la «necesidad de actualización» de revisar parcialmente los estatutos y el reglamento de régimen interno de la Asamblea. De hecho, argumentan que la propuesta de reforma ya se planteó, con propuestas incluidas, por los anteriores secretariados nacionales. Ante esta reforma, los firmantes cargan las tintas contra Costa por el artículo donde pedía el voto contrario a la revisión estatutaria.

Josep Costa, ex-vice-presidente de la Mesa del Parlamento de Cataluña. Barcelona 04-06-2024 / Mireia Comas
Josep Costa, ex-vice-presidente de la Mesa del Parlamento de Cataluña. Barcelona 04-06-2024 / Mireia Comas

Todo contra Costa y los críticos

El manifiesto no se anda con rodeos. Tras afirmar que «los conflictos deben abordarse» reclaman como «positivo y necesario revisar y actualizar mediante un proceso democrático las normas de funcionamiento». Un proceso, añaden, que debe hacerse desde la «participación y la serenidad». En este contexto, apuntan contra Costa. «Lamentamos profundamente el artículo apocalíptico publicado por el secretario nacional Josep Costa en El Món, en el cual, más allá de las habituales falsas acusaciones propias de sus escritos se dirige a los socios pidiendo que voten no a todas las propuestas que se puedan presentar», sentencian.

«Es bastante curioso y digno de subrayar que pide a los socios que voten en contra de propuestas que aún están en proceso de construcción», añaden. Unas propuestas que recuerdan ahora están a «merced de ser modificadas por las enmiendas que los socios quieran aportar a través de las asambleas territoriales». «Es inconcebible», reprochan, «que sin conocer las propuestas finales de modificación, sin poder leer ni una línea de lo que se pretende modificar porque justamente está en un proceso participativo y abierto de redacción se pueda instar a los socios a votar en un determinado sentido». «Es inconcebible», remarcan por segunda vez, «que alguien se sienta investido de autoridad para dictarnos el sentido de nuestro voto antes de que el proceso abierto de enmiendas determine el redactado final».

Sin un resultado previsto

El mismo documento subraya que los 41 secretarios nacionales que lo firman votarán «seguramente de manera diferente ante las decenas de propuestas que llegarán al final del trayecto». «Cada uno votará como persona libre», indican. Así, concluyen que «ninguna mayoría, ninguna minoría, ni ningún cabecilla nos dictará el sentido de nuestro voto». «En la Asamblea no conforman ningún grupo o partido político sometido a disciplina de voto», recalcan. De esta manera, invitan a los socios a participar «de manera bien libre y serena en un proceso de revisión y actualización de algunos aspectos del funcionamiento de nuestra entidad». «No se trata de un proceso de vencedores y perdedores», advierten, sino que los socios decidan si es necesario o no modificar los estatutos.

Siguiendo este razonamiento, los firmantes no ocultan el deseo de que la propuesta final «pueda gozar del amplio consenso que recogió la consulta sobre la hoja de ruta, la cual, a pesar de las habituales voces que pidieron el voto en contra, recogieron un amplísimo apoyo del 83% de los votantes». «Con viejos o nuevos preceptos, desde la Asamblea continuaremos trabajando con las reglas del juego que los socios determinen y lo haremos con un único objetivo: la independencia de Cataluña», concluyen el manifiesto.

Los firmantes

1. Agustench Isern, Lluís

2. Aibar Manero, Xavi

3. Alsina Aubach, Jordi

4. Altarriba Segarra, Jordi

5. Andreo Garcia, Antoni

6. Ariño Garrié, Anna

7. Bayramzade, Elnur

8. Bitlloch Compañó, Raimond

9. Caballero Vallès, Rosa M.

10. Cruanyes Tor, Josep

11. Currià Jové, Blanca

12. De Jòdar Muñoz, Julià

13. Faus Masgrau, Climent

14. Fontoba Solé, Paulí

15. Garreta Garriga, Salvador

16. Gavarró Ferrer, Antoni

17. González Valerio, Juli

18. Guillamon López, Joan

19. Llach Grande, Lluís

20. Llobet Mar[, Jordi

21. Matamala Alzina, Joan

22. Nadal Sales, Miracle

23. Oliva Ricós, Benet

24. Pesarrodona Capsada, Jordi

25. Piñol Balasch, Josep

26. Pugès Dorca, Montserrat

27. Puig Cordon, Joan

28. Quintana Tomàs, Rosa M.

29. Romeu Oller, Elisenda

30. Sabé Gríful, Teresa

31. Sans Rotllant, Pepa

32. Sardà Pons, Núria

33. Sastre Benlliure, Carles

34. Sol Puig, Quica

35. Strubell Trueta, Toni

36. Valls Baró, Jaume

37. Vendrell Violant, Albert

38. Ventura Mas, Sílvia

39. Vila Boix, Josep

40. Vilaró Rovira, Carme

41. Zafra Gàlvez, Nohemí

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