Ha jugado en terreno amigo y se ha hecho notar. Y en un contexto cómodo, esta tarde, el presidente de la Generalitat en el exilio, Carles Puigdemont, ha pronunciado una conferencia sobre Pompeu Fabra en la Universidad Catalana de Verano (UCE), que esta semana se celebra en Prada (el Conflent). Puigdemont ha sido recibido de pie por el auditorio lleno como un huevo en el Liceo Charles Renouvier que esperaban desde hace rato en los alrededores del edificio. Acompañado de Jordi Turull, secretario general de Junts, y un buen grupo de colaboradores, y de nombres destacados de Junts como Josep Pagès, Judit Toronjo, Albert Batet, o Eduard Pujol. Un espacio donde ha defendido la lengua, la consecución de las competencias de inmigración y la negociación para lograr la oficialidad del catalán en Europa.

Puigdemont ha glosado la figura de Pompeu Fabra, y ha situado de nuevo la lengua como la «clave de bóveda de la nación». Una premisa que le ha servido para construir un discurso donde ha centrado la pelota contra «la España que hace más trampas que leyes» aprovechando la negociación para oficializar el catalán en la Unión Europea. Un hecho que, a juicio de Puigdemont, sería «más importante» que poder hablar en catalán en el Congreso de los Diputados.

En este marco, ha advertido que el regreso del curso político en Cataluña y España se presenta «intenso» y ha situado la oficialidad del catalán como uno de los pactos que se deben cumplir a pesar de la ofensiva de la derecha española en el ámbito de las instituciones europeas. «En otoño pasarán cosas que no han pasado hasta ahora, ya hemos dado suficiente tiempo», ha advertido. Sin embargo, Puigdemont se ha negado a «especular» sobre «qué pasaría» si no se consigue la oficialidad europea y ha evitado delimitar ningún plazo. Por otra parte, ha propuesto llevar a cabo una «litigación estratégica» en defensa del catalán, denunciando todas las actuaciones denunciables contra el uso del catalán.

Carles Puigdemont i Jordi Casasses, en l'homenatge a la tomba de Pompeu Fabra a Prada/Josep Maria Montaner/UCE
Carles Puigdemont y Jordi Casasses, en el homenaje en la tumba de Pompeu Fabra en Prada/Josep Maria Montaner/UCE

Entender «café con leche» para tener permiso de residencia

El presidente en el exilio ha elevado a los altares del santoral de la nación a Fabra por su apuesta por el afán normalizador y modernizador de la lengua catalana. Un trabajo que con las «herramientas actuales son insuficientes». De hecho, ha expuesto tres razones que explican la regresión del catalán. Por un lado, años de represión y persecución. También ha añadido una legislación que aboca al «monolingüismo». Asimismo, «la inmigración, la incapacidad económica y la nula disposición del Estado» para destinar recursos a ayudar a integrar gente en una «sociedad extraña, ajena y a menudo, hostil».

De ahí que haya reclamado las competencias en inmigración para no eludir el debate de cómo gestionarla desde el Parlamento. En este sentido, ha colocado la lengua como una de las condiciones de la gestión migratoria, recordando que la actual ley ya prevé el conocimiento de las lenguas cooficiales de la comunidad donde se reside. En todo caso, ha defendido que «ningún funcionario» puede renovar la documentación si una persona no entiende «café con leche o dolor de barriga». De ahí que hayan criticado con dureza que «se expulsa de la catalanidad» a muchos inmigrantes que serían el relevo generacional de la lengua y «se les envía a los brazos del españolismo».

«La minifalda»

Uno de los otros puntos de la conferencia de Puigdemont ha sido atacar la «falacia del catalán son simpáticas o no». «Es de primero de manipulación intentar convencer que la regresión no es por la persecución, sino culpar a la víctima». «No entiendo las almas cándidas que consideran que el retroceso del catalán llega porque los abusos contra nuestra lengua es porque llevamos minifalda y vamos provocando», ha sentenciado.

«La catalanofobia es estructural en buena parte de la sociedad española, y es un elefante en la habitación de la sociedad española, pero el problema está ahí», ha enfatizado. Por eso ha pedido a las fuerzas políticas catalanas pasar a la ofensiva y no dejar entrar la agenda desnacionalizadora del Gobierno de Salvador Illa, y el ataque de Vox y PP. En definitiva, Puigdemont ha pedido atacar «la España del PP, Podemos, PSOE, del rey, de Marchena, y la que nos dice que no necesitamos la independencia porque ya podemos vivir bien como españoles, pero nos ahogan económicamente, no nos dejan vivir en nuestra lengua y después nos tratan de insolidarios». También ha puesto sobre la mesa la sentencia, previsible, del Tribunal Constitucional sobre el 25% de castellano en la escuela, de la cual prevé una escasa resistencia del Gobierno y con un consejero del ramo, Xavier Vila, emitiendo una «protesta enérgica».

Una imatge de la sala on ha pronunciat la conferència Carles Puigdemont/Josep Maria Montaner/UCE
Una imagen de la sala donde ha pronunciado la conferencia Carles Puigdemont/Josep Maria Montaner/UCE

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