Hace cinco días que Esquerra Republicana, Junts per Catalunya y la CUP recuperaron la mayoría independentista del 52% en el Parlamento para pactar una propuesta de resolución sobre la amnistía y el referéndum, pero hoy, en la sesión de control en el Gobierno catalán de este miércoles en el Parlamento, ha vuelto el cuerpo a cuerpo entre los republicanos y juntaires, que se han enganchado en varias ocasiones. La más sonada ha sido cuando el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, le ha reprochado que al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que «constatamos atónitos que la debilidad y la carencia de liderazgo del Gobierno catalán continúan persistiendo».
«Ninguna reacción, ninguna rectificación, ningún cambio de rumbo. Lo hemos visto en esta misma sesión de control. Cero autocrítica. Cero aceptación de las críticas», ha remachado. Batet ha reivindicado que si formación «actuará con iniciativa», «ante la inacción, actuaremos con acción parlamentaria» y ha reclamado que los Departamentos de la Generalitat «actúen de forma más coordinada y más integrada». En este sentido, ha anunciado que presentarán un proyecto de ley para activar la Agencia de Atención Integrada Social y Sanitaria porque «hace un año que espera la puesta en marcha y el más caliente es al fregadero».

Aragonés le ha replicado que la propuesta que quieren presentar «ha sido uno de los grandes objetivos» del Ejecutivo catalán y que hace un año la «responsabilidad» de esta iniciativa en el Gobierno era de Junts. Así mismo, ha avisado a los juntaires que «van tarde porque el proyecto de ley ya está en marcha» y «la llevaremos en las semanas próximas o meses». Por otro lado, ha hecho una valoración «muy positiva» del debate de política general porque surgió un acuerdo sobre la amnistía y la autodeterminación, pero ha resaltado que «me supo muy mal que alguien sacara pecho que propuestas de Esquerra no salieran adelante y se aliaran con PSC, Vox, Ciutadas y PP para impedirlo«.
«Pedradras» por Cercanías
Juntos por Cataluña y Esquerra también han topado y se han repartido «pedradas» por la situación de Cercanías de Cataluña en una pregunta parlamentaria formulada por la diputada Cristina Casol, donde ha lamentado que «ir repitiendo curso a Madrid nos lleva los catalanes al caos y los que sustentan gobiernos a Madrid no aprueban esta asignatura». En este sentido, ha recordado que el Parlamento aprobó en el debate de política general del año pasado insta a traspasar Cercanías y ha remarcado que «el Gobierno vuelve a exigir el traspaso para ir repitiendo el curso político».
La consejera de Territorio, Ester Capella», le ha replicado que «se ha equivocado de cámara porque no soy la ministra de Transportes» y le ha «recordado que «votaron en contra de la financiación de Cataluña y otras cuestiones» en el debate de política general. «¿Quiere que le recuerde cuántos años han estado gobernando ustedes este país y han tenido la responsabilidad de la movilidad del país? En parte del desastre a las infraestructuras, algo tienen que tener que ver ustedes», le ha espetado Capilla, que ha reprochado a Casol que «se ha equivocado de donde tenía que dirigir la pregunta y las pedradas» porque la solución para Cercanías, segundos ella, es que «vayamos de la mano» a Madrid a reclamar el traspaso integral que permita prestar «un servicio de primera».

Elena reprocha a Junts su «rol» con la inseguridad a Manresa
El consejero de interior, Joan Ignasi Elena, ha reprochado a Juntos por Cataluña «el rol» que ha adoptado el partido de Laura Borràs y Jordi Turull a Manresa con la convocatoria de la manifestación contra la inseguridad después de la pelea de este sábado en el Paseo y de la gamberrada a la estación de autobuses donde se rompieron los vidrios de seis vehículos.
Elena ha lamentado en este sentido que haya formaciones que intenten utilizar los disturbios «para hacer política y generar odio». El consejero lo ha dicho después de que la diputada de Juntos por Cataluña Jeannine Abeja pidiera en el Gobierno hacer frente desde una «derramando multidepartamental» a esta «violencia gratuita» y «peleas con nivel de violencia mucho más elevado del que estábamos acostumbrados».