La Sindicatura Electoral del Consell de la República ha rechazado las reclamaciones presentadas por Toni Comín y Montserrat Duran sobre los resultados de las elecciones a la presidencia de la entidad. Los comicios los ganó con claridad el abogado Jordi Domingo, que se impuso con un 65% de los votos. Ahora, el órgano interno del Consell de la República ha rechazado, por un lado, el recurso de amparo que había presentado Duran por presuntas irregularidades y, por otro, ha desestimado la petición de Comín de realizar una auditoría técnica informática antes de proclamar los resultados definitivos, informa la Agencia Catalana de Noticias (ACN).
Ante la negativa de la Sindicatura Electoral, el exvicepresidente de la entidad y eurodiputado electo de Junts ha insistido en sus reclamaciones e instado al nuevo presidente a encargar igualmente la auditoría para cumplir con el “compromiso” que firmaron todos los candidatos antes de las elecciones. La candidatura de Comín considera que los responsables del proceso electoral no mantuvieron la neutralidad que se le exige al órgano interno y señalan directamente al vicepresidente de Junts, Toni Castellà. También denunciaron dificultades técnicas para votar y la ausencia de interventores en el momento de abrir las urnas digitales. Aseguran tener “documentado” que una persona pudo votar con los datos de otro elector sin su consentimiento.

Puigdemont reconoce que prefería caras nuevas en el Consell
El presidente catalán en el exilio y presidente saliente del Consell de la República, Carles Puigdemont, ha explicado en una carta enviada a los socios de la entidad que durante el proceso electoral evitó posicionarse para no influir en los resultados, pero ha admitido que personalmente apostaba por nuevos liderazgos, tal como ha acabado sucediendo. “Cuando tomé la decisión de cesar el gobierno del consejo que presidía, y consecuentemente presentar mi dimisión, lo hice convencido de que debemos prepararlo para un nuevo ciclo, con nuevos liderazgos y con la mirada puesta más allá de la existencia de un exilio que, si España fuera una democracia plena, ni se habría tenido que producir, ni ahora debería existir”, dice la carta.