Joan Carretero, quien fue consejero de Gobernación por ERC en el tripartito de Pasqual Maragall y acabó dejando el partido tras ser expedientado por proponer una candidatura unitaria para hacer unas elecciones plebiscitarias, vuelve a la actividad política. Pero ha elegido como escenario el espacio político que queda fuera de las instituciones oficiales. Con esta filosofía, prepara, con un grupo de activistas, el lanzamiento del proyecto llamado Parlamento Libre, una plataforma que se propone montar una gran consulta popular en todos los municipios de Cataluña para elegir los que serían los diputados de esta cámara alternativa. De momento, ya tienen en marcha la primera versión de la web que usarán para difundir cada paso que dé el colectivo y recoger adhesiones, y buscan local para hacer un acto de presentación en Barcelona tan pronto como sea posible. El mismo Carretero lo explica en una entrevista a El Món.
La intención de los impulsores del proyecto es preparar la consulta para llevarla a cabo en un año y medio. Y, una vez hecha, el objetivo es recordar la validez del resultado del 1-O y comenzar a dar pasos para implementar dicho resultado, principalmente a partir de contactos internacionales. «Queremos que se voten una serie de candidatos y que se haga un Parlamento Libre que proclame la validez del referéndum del día 1 de octubre de 2017. Y, a partir de ese momento, que se haga lo que no hizo el presidente de la Generalitat entonces, que es intentar encontrar reconocimientos internacionales sobre el hecho de que la legalidad en Cataluña es esta y no la legalidad española. Esto es la parte más difícil. Pero es lo que se ha hecho internacionalmente la mayoría de las veces en casos similares», explica.

Según su punto de vista, actualmente el Parlamento de Cataluña es «una institución española en la que no hay nada que hacer». «Nada de nada. Allí hay unos señores españoles que juegan a la política española», destaca. Y, si algunos de los actuales diputados quisieran salirse de este guion, la reacción del Estado sería inmediata. «En 2017 los pillamos medio distraídos y dejaron hacer hasta donde dejaron. Ahora, cualquier cosa que se planteara en el Parlamento de Cataluña sería anulada al minuto cero. Por lo tanto, es una institución española, completamente controlada por los españoles, con juristas españoles y, además, si no, tienen los tribunales para ir invalidando todo lo que se haga».
«Es una falacia tratar de independentistas a Junts y Esquerra»
A pesar de la convicción con la que reivindica el proyecto, Carretero admite que el proyecto puede acabar en fracaso. «Sé que puede ser un desastre y que nadie vote. Entonces no pasa nada, lo hemos intentado. Lo que no puede ser es que te digan que no has probado nunca nada. Yo podré decir que he probado algo», concluye.
En la misma entrevista hace un análisis muy duro de la política catalana y se muestra especialmente crítico con los partidos independentistas institucionalizados. De hecho, considera que no son independentistas. «Lo que es una falacia es tratar de independentistas a Junts y Esquerra. Ese es el error. Esta gente no son independentistas, son autonomistas. No pasa nada, cada uno es lo que es, pero no son independentistas y, por lo tanto, no obtendrán votos independentistas. Al contrario, los irán perdiendo. Porque nadie les cree», afirma.
En cambio, cree que el independentismo de base sigue existiendo: «Aunque Junts, Esquerra y la CUP quieran hacer ver que el día 1 de octubre de 2017 no existió y todo lo que había pasado para llegar al 1 de octubre no existió, ha existido. Y eso ha marcado este país. Aunque ellos querrían volver al mismo lugar, este país no es el mismo».