El presidente del gobierno catalán, Pere Aragonès, también ha dado la bienvenida a la consejera al exilio, Clara Ponsatí, después de un exilio «forzado e injusto», pero ha lamentado que el retorno no sea con plena libertad. «Hace evidente una vez más que la represión contra el independentismo continúa y se sigue laminando la calidad del sistema democrático», ha lamentado Aragonés. El presidente de la Generalitat ha señalado que el juez Pablo Llarena y el Tribunal Supremo, con la detención a Ponsatí, «evidencian sistemáticamente la falta de respeto hacia los principios democráticos básicos».
Aragonès ha asegurado que la detención vulnera los derechos de la ex consejera de Educación, Clara Ponsatí, como eurodiputada y «pone de manifiesto que el Estado no respeta la inmunidad» parlamentaria que establece la Eurocámara. En este sentido, el presidente ha subrayado que «poner las urnas no es ni será nunca delito» y por eso espera que Ponsatí quede en libertad de forma inmediata.

Lejos de resolver el conflicto político con el Estado
«Su detención es una evidencia más que estamos lejos de resolver el conflicto político con el Estado», ha añadido el presidente, que ha pedido que las partes implicadas «redoblen los esfuerzos para construir una solución política que ponga fin a la represión y permita decidir en libertad el futuro político del país». «Desde el Gobierno seguiremos luchando contra la represión, por la democracia y por los derechos y las libertades», ha destacado el presidente, que ha prometido continuar trabajando por la independencia «aquí y por todas partes», por la amnistía y por el retorno en libertad de todos los represaliados.
Ponsatí ha sido detenida este martes después de haber devuelto en Cataluña por sorpresa. Solo media hora después de haber empezado a pasear por Barcelona con su abogado, Gonzalo Boye, un agente de los Mossos de paisano le ha pedido que lo acompañara.